Las Siete Voces [+21]

Capítulo 38

Ares.

Veo, escucho y envidio las expresiones y gemidos de placer de Hermes provocados por la pequeña diablolla entre sus piernas. Pasa su lengua lentamente por toda su longitud deteniéndose en la cabeza donde succiona un poco haciendo que Hermes apriete las sábanas con sus puños. Miró en dirección a los chico y los veo a algunos con sus penes ya en manos y otros con los puños y mandíbulas apretadas.

Yo en su lugar estaría ardiendo de envidia.

Seguro lo están.

Atenea: Nunca he echo esto.

Lo mira de forma inocente mientras chupa una de sus bolas y masturba su pene haciéndolo temblar.

Joder.

Atenea: ¿Podrías ser mi maestro?

Hermes agarra su cabello en una coleta mientras baja su cabeza hasta capturar sus labios de forma salvaje.

Ares: Seremos tus jodidos maestros.

Veo como luego de un beso demasiado pasional y luego de casi quedarse sin aire deciden separarse y Atenea recuesta a Hermes como estaba en un inicio y ella vuelve a su posición inicial dándome la jodida mejor vista de mi puta vida.

Paso dos de mis dedos por su raja viéndola temblar.

Ares: Serás una buena niña y exprimirás a mi hermano ¿Entiendes?

Veo como asiente con su cabeza, pero eso no me satisface así que dándole una palmada en el coño que la hace sobresaltar mientras se escucha el erótico sonido de su excitación.

Ares: Quiero palabras.

Digo con voz demandante y ronca, siempre me ha gustado escuchar su voz agitada y entrecortada.

Atenea: S...si, entiendo.

Mira a mis hermanos sentados en los sillones y sillas de la habitación.

Atenea: ¿No se unen?

Hades: Ya llegará nuestro momento, por hoy solo serán ellos dos.

Ella asiente sin decir más.

Baja su cabeza al encuentro de la polla de Hermes y veo como besa su brillosa punta mirándolo a los ojos, Hermes baja sus manos y con estas recoge su cabello en una coleta mal echa pero que la hace ver tan jodidamente erótica que no puedo aguantar y sintiendo como mi polla suelta líquido preseminal empiezo a acariciar de forma suave su clitoris mientras pego mi erección a su muslo sintiendo como se moja más.

Atenea se mete la polla de Hermes a la boca escuchando y viendo como con un profundo gemido esté tira su cabeza para atrás lleno del morbo de la situación. Aprieta su agarre en su cabello bajando su cabeza un poco más viendo como la saliva escurre por las esquinas de su boca bañando sus piernas y polla. Decido entrar al juego en ese momento y bajando mi cabeza al elixir de nuestras vidas doy un largo lametazo desde su coño hasta su ano escuchándola gemir con la polla de mi hermano aún dentro de su boca provocando un gruñido de este último.

Me prendo a su coño como un muerto de hambre lamiendo y chupando su clitoris sintiendo mi dureza cada vez más dolorosa. Me separo de su coño escuchando su gemido de protesta ahogado por la polla de Hermes. Me bajo los bóxers ansioso y vuelvo a prenderme de su coño solo que está vez acariciando mi dureza al ritmo de mis lametones. Con una mano acaricio sus nalgas y con la otra me acarició la polla escuchando los obscenos sonidos que hace su garganta al atragantarse con la polla en sus manos. Veo como Hermes muerde su labio y aprieta sus puños y el cabello de Atenea tratando de no correrse, yo estoy igual de solo verla recibiendo y dando placer.