Atenea
9 meses de embarazo.
Me remuevo en la cama con una sensación horrible, siento una fuerte presión en mi pelvis y un horrible dolor en mi espalda baja, me incorporo en la cama sabiendo que no podré dormir, veo a los chicos y joder que no quiero despertarlos, los he molestado mucho con el embarazo.
Aunque se lo ganan por embarazarme.
Me levanto de la cama con cuidado de no despertar a los chicos y empiezo a dar vueltas por la habitación mientras acaricio mi vientre tratando de calmarme, veo a los chicos removerse buscándome y abrazándose entre sí, inevitablemente sonrió aún presa del dolor. Doblo mis rodillas y bajo mi cabeza cuando el dolor se hace insoportable y un gimoteo sale de mi boca sin poder controlarlo.
Joder.
Benjamín: Fueguito ¿Estás bien?
Siento sus manos tocándome mientras escucho su voz preocupada ¿Cuando se despertó?
Ares: ¿Gruñoncita?
Niego con mi cabeza y los chicos me tratan de calmar sin entender que me pasa, siento un líquido bajar por mis piernas asustando me, Benjamín y Ares sueltan un grito de terror despertando a los chicos quienes al verme no dudan en venir a ver qué tengo.
Hermes: Joder, creo que rompió fuente.
¿Crees?
Por fin miro a los chicos y estos se encuentran pálidos y nerviosos, jodidamente nerviosos. Siento como Hades me toma en sus brazos al salir del shock en el que estaba.
Hades: Busquen las cosas para los niños y Atenea, preparen el coche, llamen al doctor, a nuestros padres y al los chicos.
Suelta mientras empieza a caminar conmigo en brazos pero antes de salir completo logro escuchar.
Zeus: Nuestros hijos van a nacer, carajo.
Thor: Creo que me voy a desmayar.
Atenea: ¡Ni te atrevas pendejo!
Lo hace y lo mató.
Hades mete mi cuerpo a la camioneta mientras los chicos salen despavoridos y chocando con todo lo de la mansión. Los chicos se acomodan en la camioneta tratando de calmarme mientras Ares maneja como un puto anciano.
Atenea: ¿¡Se te olvidó cómo manejar o qué mierdas!?
No es mi intención gritar pero joder que el dolor no me deja pensar con claridad, veo como Ares me mira con nerviosismo mientras traga saliva y acelera, los chicos toman mis manos y acarician mi vientre mientras besan mi frente y mejillas. Llegamos al hospital y todo pasa muy rápido, en un momento estoy en una camilla siendo llevada a una sala de partos donde hay cómo 7 doctores que fueron amenazados con sus vidas y las de sus familias si algo salía mal.
Son unos exagerados pero así los amo.
Hermes: Si les pasa algo por más mínimo que sea ni ustedes ni sus familias vivirán para contarlo.
Los doctores asienten pálidos y una vez tengo la suficiente dilatación me indican que puedo empezar a pujar, fue un gran espectáculo ver cómo los chicos querían matar a la enfermera que se encargaba de ver cuan dilatada estaba, pujo con todas mis fuerzas sintiendo que se me saldrán las putas entrañas en lugar de los bebés, sigo así por media hora, la media hora más larga de mi puta vida antes de escuchar el estridente grito de mi primer bebé y el sonido sordo de un gran peso cayendo al suelo, miro y es el desgraciado de Bastián que se había desmayado.
Atenea: Maldito cobarde.
Susurro.
Los doctores le dan mi bebé a una enfermera para que vaya a limpiarlo y me indican que siga pujando y así lo hago, pujo por quince minutos sintiéndome cada vez más agotada.
Atenea: No puedo más...
Apolo: Sí puedes, rojita.
Aprietan las manos que tienen sujetas a las suyas y eso me da aliento, pujo tres veces más escuchando otro llanto fuerte, el llanto de otro de mis bebés, se llevan al niño una vez lo ponen en mi pecho como con su hermano y sigo con los dos que faltan, alrededor de dos horas después ya mis cuatro niños han nacido sanos y salvos. Hades, Zeus y Thor terminaron en el suelo haciéndole compañía a Bastián.
Quedándose un mes sin sexo por cagones más lo de la cuarentena.
Traen a mis bebés conmigo y los acomodan en mi pecho mientras mis chicos, los que están conscientes, nos rodean con brillantes sonrisas en el rostro.
Atenea: Bienvenidos al mundo, bebés.
Dejo un beso en sus pequeñas frentecitas derritiéndome por lo hermosos que son, son tan pequeños que me da miedo romperlos, son tan bellos que me tienen embobada, son mis hijos, nuestros hijos. Veo a los chicos con los ojos brillantes, ya los cagones se encuentran conscientes y miran embobados a los niños al igual que el resto, sonrió viendo los con lágrimas de felicidad en mis ojos.
Atenea: Los amos, mis dioses.
Dejan un suave beso en mi frente y labios y otro en la de los bebés que se encuentran dormidos.
Unísono: Nosotros te amamos más.
Sonreímos en grande y volvemos nuestra atención al fruto de nuestro amor, a nuestros hijos.
Tengo más de lo que una vez quise.
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Las Siete Voces [+21]
RomanceCuando empiezas a cuestionarte el motivo de tu existencia sabes que no todo va tan bien como aparenta, todo esto Atenea Smith lo sabe muy bien. Levantarse y saber exactamente lo que harás llega a tal punto de resultar asfixiante, todo esto hasta que...
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