Las Siete Voces [+21]

Capítulo 61

Atenea

Me levanto con un gran calor en todo mi cuerpo pero más específicamente en mi coño, miro a mi alrededor notando que todavía está oscuro y son las 4 de la mañana.

Atenea: Mierda.

Susurro al sentir el calor aumentar, acarició uno de mis pechos ya que Zeus tiene el otro en su gran mano mientras duerme y eso por muy tonto que parezca me excita más, lentamente bajo mi mano libre a mi entrepierna notandola humeda, muy húmeda, masajeó mi botón de nervios y un jadeo se me escapa. Sigo con mi trabajo con los ojos cerrados mientras acarició mi seno y bombeo lentamente en mi interior, siento el nudo ya conocido crearse en mi vientre bajo pero por alguna razón no puedo correrme, abro los ojos frustrada viendo unos pares de ojos mirándome mientras acaricia su gran erección.

Todos estamos desnudos, a ellos les gusta tocarme sin ninguna barrera mientras duermen y a mí también.

Hermes: ¿Por qué te detienes?

Su voz suena ronca, muy ronca, su venosa y gran mano sigue rodeando lo que es mío.

Atenea: No puedo llegar...

Hago un puchero y lo miró directamente a mi polla como si le estuviese hablando a ella.

Hermes: Ven.

Me alza en brazos y me sienta en su regazo mientras su mano abandona su polla y se encarga de que la mía lo haga también.

Hermes: Quiero que montes mi mano.

Yo quiero otra cosa.

Me inclino a la altura de su cara mordiendo su labio inferior y cuello sintiendo como su agarre en mis caderas aumenta.

Atenea: ¿Y si quiero montar otra cosa?

Susurro en su oído viendo cómo su cuerpo se estremece.

Hermes: No, no te has estado sintiendo bien últimamente.

Lo miro con una ceja arqueada mientras me muevo un poco sobre su erección que roza mis nalgas.

Atenea: Quiero follar.

Beso sus labios metiendo mi lengua en su boca mientras con una mano acomodó su polla en mi entrada sintiendola palpitar, bajo sobre su polla sintiendo como mis paredes vaginales se contraen sacándole un gruñido de lo más excitante a mi hombre. Me muevo un poco aún besando sus labios y saber que lo estamos haciendo en la misma cama donde se encuentran dormidos mis otros hombres solo me excita más si es posible, Hermes me ayuda en mis movimientos con sus mano en mis caderas, moviéndome como si fuese una muñeca y eso me encanta.

Joder con las hormonas.

Hermes: Eres una pequeña muy caprichosa, osita.

Susurra en mi oído mientras clava sus talones en la cama para aumentar sus embestidas, escucho un gruñido y cuando veo de quién proviene mi centro palpita y por mi cuerpo pasan leves espasmos. Bastián se encuentra con su polla en mano mientras me ve siendo follada por Hermes.

Atenea: ¿Te unes?

Esas son las palabras que parece necesitar ya que inmediatamente se pone a mis espaldas abriendo mis nalgas, Hermes sale de mi interior ganándose una queja de mi parte que muere en sus labios, siento como vuelve a meterse en mi interior luego de que Bastián untara su polla con mis jugos, cuando creo que entrara por mi ano lo siento presionando la polla de Hermes y haciéndose paso en mi interior, mi coño hace un esfuerzo sobrehumano para recibir ambas pollas, siento las manos de Bastián acariciar mi espalda mientras ambos se quedan quietos, bajo una de mis manos a mi botón sensible sintiendo como estalló en un glorioso orgasmo solo con eso.