Las Siete Voces [+21]

Capítulo 12

Thor

Estaba en clase aburrido y apunto de salir para echarle una miradita a mi cerecita cuando de repente me llega un mensaje diciendo que Hades la tenía en sus brazos.

¿Cómo mierdas? No sé, pero si la cagó juro que lo mató sin importarme que sea mi hermano y compañero de vientre.

A fin de cuentas no es el único.

Ese fue mi incentivo para pararme del asiento en el que estaba y salir del salón de clases sin decir ni una sola palabra.

Tengo cosas mucho más importantes que hacer que escuchar estupideces que ya me sé.

Me dirijo al estacionamiento donde se que está mi hermano vivo, aún.

Llegó y cuando veo la imagen frente a mi no lo puedo creer.

Hades está llorando con Atenea en brazos mientras le dice lo mucho que la extraño, iba a golpearlo por arruinar el plan cuando notó algo, algo inusual.

Atenea está inconsciente.

Thor: ¿Que le pasó?

Desesperado me acerco a ellos y le tocó la cara.

Joder, cuanto extrañaba está sensación.

Hades: Cuando me escuchó decirle pequeña se desmayó.

Interesante.

Thor: ¿Por qué mierda le hablaste? Es que acaso no sabes que un estúpido impulso puede hacernos perderla de nuevo.

Estoy tan enojado que no note que había comenzado a alzar el tono de mi voz.

Cálmate, ella está aquí.

Hades: ¿Me crees idiota? Un estúpido se la iba a llevar a no se dónde.

Una sonrisa macabra se planta en mis labios.

Bipolar.

Cállate.

Thor: ¿Dónde está la rata?

Hades: La mandé a cumplir su último deseo.

Antes de poder seguir hablando llegan los demás y lo primero que hacen es tocar alguna parte del cuerpo inconsciente de Atenea, la que sea.

Algunos se acercan y besan sus manos repetidamente mientras otros acarician y huelen su cabello y cuello.

Tenemos una pequeña obsesión con su cabello, bueno, con toda ella en realidad.

Hermes sin emitir ninguna palabra se la quita de los brazos a Hades y la acuna contra su pecho.

Pagaría por leer sus pensamientos justo ahora.

Veo como sin poder evitarlo derrama una lágrima y entierra su rostro en el cuello de nuestra mujer.

No le gusta que lo vean vulnerable.

Todos nos quedamos en silencio mirando fijamente a Atenea.

Detallando cada parte de su cuerpo, si tiene más pecas o no, si sigue teniendo ese lunar detrás de la oreja, si está bien.

Si es real.

Si sigue siendo nuestra.

Apolo: Emmm ¿Qué haremos cuando despierte?

No había pensado en eso.

Zeus: Supongo que le diremos que se desmayó y la trajimos aquí.

Thor: Muy casual, me pasa todos los días — le respondo con sarcasmo — no podemos decirle eso.

Zeus: ¿No? y entonces según tú ¿Qué podríamos decirle?

Thor: No tengo una jodida solución a todos los problemas, eso ya se verá en el momento.

Hades: ¿Se podrían callar? Van a despertarla.

Hacemos silencio nuevamente y nos dedicamos a mirarla, cada quien perdido en su mundo cuando de repente Hermes se tensa y todos centramos nuestra atención en él.

Veo como Atenea va abriendo poco a poco sus ojos.

Sus hermosos ojos verdes.

Atenea: ¿Qué...

Veo cómo su cuerpo se paraliza al vernos rodeándola y por un momento me asusto, pero luego recuerdo que no nos recuerda y no sé si sentirme mejor o peor.

Atenea: ¿Quienes mierda son ustedes y que hago aquí?

Esa boca te hará ganar muchos castigos, cerecita.

Mataría por volver a poner mis manos en sus pálidas y apetecibles nalgas.

La ley de la gravedad dice que dejes de pensar en eso si no quieres que nuestra osita salga corriendo.

Cierto.

Hades: Esa boca.

Hades tiene la voz ligeramente más ronca de lo normal.

Ese es el efecto Atenea.

A todo esto no me di cuenta que aún seguíamos en el auto y que Hermes todavía la tiene en brazos.

Que envidia.

Atenea: Si no me dicen en este instante qué carajos hago aquí...

Zeus: ¿Qué harás, cerecita?

Veo como se estremece y creo que nadie lo pasa desapercibido.

Zeus aprovecha y pone una mano en su muslo izquierdo y aprieta ligeramente, ella se sonroja un poco pero lo ignora.

Joder, cuanto extrañaba ese sonrojo.

Atenea: Te haré una sola pregunta y la interpretaras como más quieras — le dice acercándose a él hasta que sus rostros están cerca, muy cerca — ¿Qué tanto te gusta usar a tu amiguito?

Se pasa la lengua por sus labios y todas las miradas se dirigen a ellos.

Mierda.

Zeus: ¿Quieres averiguarlo?

Esto se descontroló.

Atenea: ¿Quieres mostrarme?

Y sin más, Zeus la besa.

Joder.

La besa.

¡La está besando!