Un año después.
Benjamín
Hoy, después de un año lleno de momentos inolvidables, amigos incondicionales e incontables sonrisas y peleas con nuestra mujer.
Hoy, justo hoy no es nuestro mejor día, nuestra mujer se encuentra de un humor de perros desde que se levantó, creo que es por la regla pero sea lo que sea la hace ver en realidad aún más loca, da miedo la verdad. Últimamente ha tenido muchos cambios de humor repentinos.
Aún así la amo, la amamos.
Atenea: ¿Vamos a ir o se quedarán como estatuas aquí?
Tenemos una cita por nuestro primer aniversario de novios después de que ella haya recuperado la memoria y nos hayamos integrado a la relación, Atenea sale por la puerta de la habitación y luego entra nuevamente y nos mira con la clara orden en sus ojos.
Salgan.
Obedecemos inmediatamente como perros adiestrados y salimos, si los chicos nos vieran estaría riéndose de nosotros aún sabiendo que están igual o peor.
Atenea: ¿Y mi beso?
Hace un puchero y se cruza de brazos ¿Quién la entiende?
Nos acercamos y la besamos como es debido, cuando llega mi turno muerdo y chupo sus labios mientras tiro de sus cabellos para inclinar su cabeza hacia arriba mientras me inclino un poco mucho para alcanzar sus labios.
Si me la subo a las caderas terminaremos en otra cosa.
Benjamín: Vamos.
Le doy mi mano viendo cómo estás encajan perfectamente y se ven realmente bien juntas. Algo que me gusta de nuestra mujer es lo pequeña que se ve a nuestro lado pero más me encanta la capacidad que tiene para manejarnos a su antojo y tenernos en la palma de su pequeña y delicada mano que tantas veces rodeó nuestras pollas.
No pienses en eso, no pienses en eso, no pienses en e...
Soy sacado de mis pensamientos cuando una pequeña y caliente mano se coloca en mí entrepierna por encima del pantalón.
Joder.
Atenea: Espabila, cariño.
La muy maldita se va dejándome con una erección en mis pantalones.
La persigo y cuando la tengo a mi alcance la estampo contra la pared y la tomó por el cuello mientras clavo mi erección en su vientre.
Benjamín: Si sabes que tendrás un castigo por esto ¿Verdad?
Aprieto su cuello.
Zeus: Dejen la follada para luego, se nos hará tarde.
Atenea se para en puntillas y lamé mi cuello para luego chupar mi labio inferior endureciéndome más y sacándome un gruñido.
Atenea: Estoy ansiosa por ese castigo, cariño.
Me deja un poco tonto y aprovechando eso sale de mi agarre y corre en dirección a los chicos que la ven con ojos oscurecidos en deseo y frustración a la vez por no poder hacerla nuestra justo ahora.
¿De enojada a caliente y perversa?
Salgo de mi ensoñación y salimos todos al garaje de la mansión que compramos hace unos meses cerca de la de los padres de los chicos. Abordamos la camioneta con rumbo al cine, los chicos quieren revivir algo que no quisieron decirnos pero no importa, ya lo descubriremos. Llegamos al cine y veo el entendimiento cruzar por el rostro de nuestra mujer y una sonrisa llena de perversidad surcar su rostro.
Hermes: Entradas para el exorcista.
Suelta seco mientras agarra por las caderas a nuestra mujer mientras ve fríamente como el chico se la come con la mirada.
Thor: Si no quieres perder tus ojos será mejor que los quites de nuestra mujer.
Inmediatamente aparta su mirada viéndose avergonzado por lo que ha hecho aunque nosotros sepamos que no se arrepiente. Nos da las entradas y compramos palomitas y refrescos para la función. Entramos y nos sentamos en las últimas filas las cuales están desiertas, es una película vieja, casi no hay personas viéndola.
*****
Desde hoy el exorcista se convirtió en mi película favorita, joder que si.
Salimos de la sala de cine con unas enormes sonrisas, chupetones en el cuello y labios hinchados.
Atenea: Tengo hambre.
Suelta mientras nos subimos al auto.
Bastián: ¿Qué quieres comer, gatita?
Acaricia sus mejillas sonrojadas.
Atenea: Quiero pizza.
Todos asentimos con la cabeza, también tenemos hambre. Salimos del lugar y nos dirigimos a una pizzería cercana, una vez en ella Apolo y Ares van a pedir las pizzas, luego de un rato vuelven con el ceño fruncido y tensos, nuestra mujer los mira con una ceja alzada.
Atenea: ¿A quién tengo que matar?
Su mirada y las nuestras se oscurecen al solo imaginarla haciéndolo.
Apolo: A nadie, aún.
Nos enfrascamos en una grata conversación donde nuestra mujer es el centro de toda nuestra atención pero somos interrumpidos por una mesera con los pechos casi al aire.
Mesera: Caballeros, aquí tienen su pedido- lo pone en la mesa ignorando por completo la presencia de nuestra mujer mientras pone sus pechos casi en las caras de Hermes y Ares que se encuentran más cerca de ella- cualquier cosa que necesiten solo tienen que llamarme, estamos para cumplir todos sus deseos.
Pone sus manos en el hombro de los chicos dejando un papel con su número en una de las servilletas, nuestra mujer la mira con miles de promesas en sus ojos.
Ares: Suéltame antes de que corte la mano con la que osaste tocar lo que no es tuyo.
La chica aparta rápidamente su mano y Hermes se la sacó bruscamente moviendo su hombro no queriendo tocarla ni hablarle, esos son privilegios que muy pocos tienen.
Mesera: ¿De quién eres entonces? Podrías ser mío.
Juega estúpidamente con un mechón de sus extensiones mientras su voz chillona sale con un tono "seductor".
Ares: Ya tengo dueña y no me interesa nadie más que ella.
Nuestra mujer sonríe en grande estando complacida con sus palabras. La mesera voltea a míranos a nosotros como buscando algún interés en alguno y fallando terriblemente en el intento.
Solo tenemos ojos para nuestra mujer, para nadie más.
Hades: Todos tenemos dueña y es a la persona a la que acabas de ignorar.
Suelta frío.
Zeus: También es la dueña de tu último suspiro por atrévete a tocar y mirar lo suyo.
Atenea: Hola, soy lo último que verás antes de dejar de ensuciar el planeta con tu patética existencia.
Sonríe macabramente mordiendo un trozo de pizza mientras ve como la mesera sale despavorida.
Me pone cuando está celosa, me pone con solo respirar.
Nota de la autora.
Se está acercando el final de la historia de nuestros bebés 🥲.
Déjenme saber de qué les gustaría un extra.
Hasta pronto, Wattperos.
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Las Siete Voces [+21]
RomanceCuando empiezas a cuestionarte el motivo de tu existencia sabes que no todo va tan bien como aparenta, todo esto Atenea Smith lo sabe muy bien. Levantarse y saber exactamente lo que harás llega a tal punto de resultar asfixiante, todo esto hasta que...