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Las vacaciones habían comenzado dando paso al tránsito de innumerables autos, gran mayoría de los estudiantes volvieron a sus hogares mientras otros se dedicaron a hacer viajes extravagantes, un número muy minúsculo permaneció en Waterloo, entre ellas estaba Hinata, desde su ingreso a la universidad no veía viable moverse de ahí, no es como si tuviera un lugar la que pudiera llamar hogar, cómo querer visitar un lugar en donde te hacen miserable cada vez que respiras.

Hinata permaneció por varias horas sentada en una banca dándole la espalda al parque, dedicándose solo a observar las copas de los árboles a la entrada del espeso bosque de la zona.

Detrás suyo habían varias personas entre ellos niños que jugaban y mascotas que corrían en compañía de sus amos. Inhalo el aire frio mientras exhalaba por la boca, había momentos que su mente se quedaba totalmente en blanco, no tenía eventos que quisiera encumbrar, los pocos que tenía se escapaban, ella solo tenía el presente, ni el futuro le parecía atrayente.

Se puso de pie para dirigirse a una tienda de conveniencia, era la que más transitaba ya que no estaba llena de aglomeraciones lo que la hacía perfecta, camino con una canastilla por los pasillos de lácteos, tomando un litro de leche se detuvo a leer la etiqueta, con frustración la deposito en su cesto mientras continuaba su recorrido, sus demonios aparecían preguntándole por que cuidaba su alimentación, que más daba que muriera de hambre o de algo más.

¿No sería mejor?

—Oh lo siento, no fue mi intensión. –dijo un chico con el que choco. Ella lo rodeo y siguió su camino.

—Soy Toneri, perdón, no estaba viendo por donde iba.

Hinata continuo sin responderle, aquel chico se rasco la cabeza y la miro irse a otro pasillo, se removió en su lugar dando vueltas mostrándose muy nervioso.

—Idiota, has algo. –se dijo y sin más la siguió, noto que no se encontraba, siguió caminando observándola en una de las cajas.

Ella salió de la tienda solo con la leche no tenía ganas de surtir su lista de productos, escucho la campanilla de la puerta detrás suyo. Consciente de que alguien la seguía se detuvo.

—¿Qué?

—Hola otra vez, ah, soy Toneri estudio en la misma universidad que tú y... bueno yo quería conocerte, hace días que te he visto y... disculpa no soy bueno ligando, yo...-abrió sus ojos con evidente horror, se había expuesto sin miramientos, no quiso mirarla para evitar su humillación. —Me pareces muy linda, y me gustaría conocerte, si es posible...me gustaría ser tu amigo y quizás...

—Siempre eres directo o es mi día de suerte. –expreso molesta. Hace algunas semanas atrás había notado que la seguía. El chico se sonrojo. —No estoy interesada.

—¡Espera! –corrió posándose al frente mientras extendía los brazos con un claro mensaje. —No te vallas, no te imaginas el tiempo que he estado esperando. Y-yo he estado debatiéndome... Lo que quiero decirte es... es que me gustas. Me gustas mucho y me gustaría que salieras conmigo.

El pobre se mostraba sumamente sonrojado, estaba prácticamente echado humo, sus ojos estaban expectantes a ella.

Hinata estaba seria, muy en el fondo se sorprendió, nadie había hecho esa declaración hacia su persona, cambio su semblante.

—¿Es broma?

—Ninguna, te lo aseguro, estoy siendo honesto, yo...he quedado cautivado con tu perfil, y tu inteligencia, te vi en la última conferencia del doctor Orochimaru desde ese momento te he admirado. He estado al pendiente de ti, se perfectamente que no tienes amigos, que no sales mucho. Ni siguiera con ese chico popular del cual soltaron un sinfín de rumores, los cuales por supuesto que no creí.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora