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—Es mentira ¿No?...e-es mentira, mentira, no, no puede ser cierto, no. –no paraba de caminar de un lado a otro.

—Hijo, por favor escucha.

—No papá, debes de estar equivocado, la estas confundiendo, eso no es cierto, porque ella esta...esta bi-bien...

—Hijo... -dijo su madre incluyéndose en la conversación. —Es cierto, el incendio fue el siete de diciembre durante la madruga...

—¡Mentira! ¡Es mentira! ¡Eso no es verdad! –debido a los gritos se escuchó el llanto del bebe que estaba en su cuna, Kushina corrió a él para abrazarlo y sacarlo de aquella habitación.

—Cálmate Naruto –expreso Minato calmado, o al menos intentando parecer calmado.

—¡Cómo quieres que me calme cuando es evidente que es una mentira! ¡Ella no puede estar muerta papá! ¡No puede!

Te amo Naruto, te amo tanto.

¡Júralo, júralo por favor! Jura que jamás de dejaras.

No podía creer aquella noticia, no cuando en su alma ella estaba, había considerado esperar un tiempo para buscarla, para al menos verla de lejos para comprobar que estaba bien, soñaba con escuchar su voz. Ahora eso era imposible.

Su padre se acercó a el para abrazarlo, dejando que sacara su dolor, Naruto se aferró sintiendo las piernas débiles su llanto fue atroz, por su cabeza pasaban un sin fin de momentos, todos junto a ella.

Se sintió miserable por correr de Hinata, por haber huido, quizás si se hubiera quedado con ella habría podido ayudarla, habría...podido cambiar algo.

podido cambiar algo

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—Llora hijo, llora. –su padre aguanto el nudo que se formó en su garganta, le dolía ver a Naruto así, lo abrazo con fuerza dejándole ver que él estaba ahí. No fue fácil enterarse del siniestro de aquel incidente.

En un inicio estaban enojados con Hinata por hacer pasar a su hijo por todo aquello, pero detrás de esa hambruna se encontraba un hermoso lucero... su nieto, al cual amaban con todo su corazón. Por él la habían perdonado.

Después de todo ellos no eran de los que guardaban rencor, así había educado a Naruto. Verlo llorar les hizo entender que el amor que su hijo sentía por ella era inmenso, a pesar de lo que había hecho Naruto la seguía amando.

¿Cómo paso?

Se preguntaron los dos más de una vez, llegaron a la conclusión de que Naruto había sido el único que conoció a la Hinata Hyuga real, aquella lejos de traumas y males.

—Sácalo hijo, sácalo todo. –dijo sin aflojar su abrazo. El hombre maduro se convirtió en un niño.

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Tiro la lata al cesto dando en el blanco, era su tercera soda del día, dejo de lado aquel tazón de frituras y se levantó del sofá, camino hacia la ventana que daba hacia el bosque, la lluvia había comenzado a caer.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora