—No, no estoy interesado.
—Pero eso se puede arreglar. –aquella castaña estaba muy encimosa con él desde que había terminado con Yugaoh, las mujeres se le insinuaban de una manera incomoda dejándolo fatigoso y si a eso le sumaba el exceso de trabajo su vida era un deplorable monologo.
Deseo desaparecer.
—Escucha de nuevo, tengo novia, te agradecería que hagas lo mismo que... sigue tu camino, encontrar a alguien que corresponda tus sentimientos...
—No serás tú. –Naruto iba a decir unas palabras más pero aquella castaña se apresuró a callarlo. Sorprendido intento alejarla rápido pero ella se había aferrado a su cuello.
—¡Maldita zorra! –de un momento a otro alguien alejo a la castaña de una forma no tan pacífica.
—¡Ahhh! ¡A-ayuda! ¡Auch! –pudo ver a su linda novia convertida en otro ser, uno completamente diferente. La pelinegra se lanzó jalando y golpeando a la castaña hasta que ambas terminaron en el suelo donde inicio la riña.
—¡Hinata! –no cabía del asombro, Hinata no mostraba interés en dejar escapar a su contrincante. —¡Para Hinata, la estas lastimando!
—¡No debiste besarlo, él es mío, mío! ¡Déjame, Naruto! ¡Zorra!
—Tranquilízate Hinata. –gracias a la intervención de otras personas que se encontraban cerca fue que pudieron separarlas aunque no fue fácil ya que la ojearla tenía una fuerza impresionante, aquella castaña no tenía buen aspecto, por lo que la legaron inmediatamente.
—Hinata pero qué... -no pudo terminar su frase ya que ella lo golpeo, quedando atónito.
—¿Por qué me haces daño Naruto? - las lágrimas ya caían por sus ojos bellos ojos.
—Hinata...
—Te amo tanto que me duele el alma, siempre estoy pensando en ti, y tú... besándote con cuanta mujer se te atraviesa.
—No, no es lo que piensas, te lo juro, yo jamás te he mentido, lo sabes. Ella... mira no importa, dejemos eso atrás, si, olvídalo.
—Para ti es tan fácil, porque eres hombre.
—¿Qué? –Naruto no quería que Hinata se desilusionara de él, no quería que se volviera a encerrar en esa coraza y sobre todo no quería que se alejara.
No, Naruto no es así, Naruto es diferente, mi Naruto es...
Hinata mantenía una lucha consigo misma, sentía su sangre hervir a un nivel desconcertante, sus uñas estaban dañando sus palmas mientras las apretaba en un puño, estaba furiosa. Había visto a más de una mujer coquetear con su Naruto, solía espiarlo a la salida sonriendo con satisfacción cuando él las rechazaba, pero esta vez, esa había llegado lejos.
Giro el rostro hacia la derecha donde Yugaoh se burlaba. El aura sombría que la envolvía comenzó a intensificarse...
—¿Mi amor?
La voz de Naruto la tranquilizo, lo miro notándolo preocupado. Se lanzo a su pecho abrazándolo con fuerza, deseando ser uno, inhalo su perfume calmando sus pensamientos.
Mio. Él es mío.
Volvió a su departamento en compañía del rubio, después de guardar sus cosas en su habitación preparo un festín para ella y su amado, se inventó una mentira para explicar el porqué de sus maletas.
Muy entrada la madrugada mientras Naruto descansaba su rostro sobre sus senos desnudos, Hinata pensaba en su designio, uno en el que nadie más se metería entre ella y su amado, sonrió acariciando el cabello rubio de su amante, quería conocer a sus suegros pero considero que lo mejor sería cuando ya tuvieran hijos.
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LYCORIS O
HorrorCuando el amor obsesivo se dispara, nada parece detenerlo. El sentido común, la farmacoterapia, la terapia electroconpulsiva, los médium, la regresión y la hipnosis fracasan al unísono. Ni magia ni terapia. La adicción afectiva es el peor de...