Revolvió su café mientras continuaba mirando por la ventana, aquella cafetería era tranquila y alejada de la universidad, lo que agradecía.
—Aquí está su orden, si necesita algo más aquí estamos para servirle. –una castaña se mostró muy amable al menos con él, miro su pedido notando una nota en esta, era un número de teléfono, Naruto lo arrugo inmediatamente para que Hinata no lo viera, nervioso bebió de su chocolate para después chasquear la lengua.
—Amm ¿Segura que solo pedirás café?
—Si. –dijo sin apartar la mirada de la ventana. Naruto miro también por la ventana, el cielo estaba nublado no había mucha gente por las calles tenia pinta de que pronto llovería.
Bajo los hombros con signo de cansancio, Hinata no se lo ponía fácil, quería entablar conversaciones para conocerla mejor, sus charlas se reducían a los temas de explicación durante la tutoría.
Después del restaurante Naruto la condujo a un centro comercial, la llevo con el pretexto de buscar libros, en medio de su búsqueda le dieron ganas de visitar el baño, Hinata quien no mostraba ningún signo de expresión no dijo nada.
—No tardo. Ah y no te vayas a ir porque si no iré por ti.
Se recargo en uno de los pilares mientras levantaba la mirada.
En que rayos me metí.
Metió las manos en la sudadera sintiéndose peor al darse cuenta de que estaba vacía, eso nunca le había sucedido, de no ser por el quien había ido por ella con el pretexto de que lo podía dejar plantado, comenzó a maldecirlo. Tres chicos caminaron hacia ella.
—Valla, valla pero si es el ratón de biblioteca, qué, ya te cansaste y ahora buscas trabajo de ramera, justo como dicen por ahí. –simplemente no contesto, se mantuvo serena aunque por dentro se sentía hervir, solo apretaba los puños deseando tener a la mano algo con que dañarlos.
—Debes de tener algo bueno, si no por qué ese tipo está detrás de ti, ¿Qué? ¿Ahora eres bruja? –rieron. —¿No es curioso? Antes nadie te tomaba en cuenta, es más, ni te topaban, no sabían de tu existencia a excepción de los de tu clase, y de pronto, estas en boca de muchos. Te volviste en la más odiada en un santiamén.
—Mi novia dice que necesitas atención y cariño, dime ratoncito ¿Es cierto eso? –uno de ellos estiro la mano con la clara intención de tocarla. Ella tenía listo su puño, solo deseaba que se acercara lo suficiente.
—¡Ay!
Se sorprendió, no supo en que momento Naruto había aparecido, estaba a su lado, para sorpresa suya la sujetaba con una mano, nadie lo había hecho, mientras con la otra torcía el brazo de ese chico.
—Ni se te ocurra ponerle tus asquerosas manos encima, me oíste, si lo vuelves a intentar lo pagaras caro–lo soltó cuando considero que era suficiente. —Se creen mucho ustedes tres contra ella ¿No? A ver no que muy machitos.
ESTÁS LEYENDO
LYCORIS O
TerrorCuando el amor obsesivo se dispara, nada parece detenerlo. El sentido común, la farmacoterapia, la terapia electroconpulsiva, los médium, la regresión y la hipnosis fracasan al unísono. Ni magia ni terapia. La adicción afectiva es el peor de...