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Hinata miro con frustración, desde su encuentro en la tienda su presencia se hizo más constante, era la séptima vez que encontraba a ese tipo en el mismo lugar que ella transitaba, no era mera coincidencia, cuando lo enfrentaba con la mirada él se hacia el desentendido, el que no tenía amigos, era reservado y tímido.

Si le pasara algo, nadie lo extrañaría.

—Ya sé que estas siguiéndome.

—Ah no, yo no... solo caminaba por aquí.

—No importa, no me molesta. –la miro incrédulo. —Sí, no me molesta, creo que está bien, somos algo parecidos, a mí también me gusta caminar sola. Nos vendría bien charlar.

—S-sí, claro que sí, y-yo encantado. ¿A dónde quieres ir? Yo invito.

—Me gustaría ir al parque, ahí podemos hablar ¿Te parece bien?

—Sí, si, donde tú digas, por mi está bien.

Se dirigieron a la parte más brumosa del parque, donde no era muy transitado más que por las mañanas para quienes salían a correr, era una parte bastante sólida.

—Me gusta tu cabello.-soltó tímido.

—Gracias.-le respondió con una ligera sonrisa mientras seguían caminando adentrándose más.

—T-también tú, tu cara, eres muy bonita, debo decir que tu voz es muy agradable, es algo que me gusta mucho. Si por mi fuera me pasaría horas escuchándote.

Sus manos sudaban mientras su corazón bombeaba con fuerza, le gustaba permanecer gran parte de su tiempo frente a la computadora, a fuera la vida le parecía muy aburrida hasta que la vio a ella, no tenía vínculos con nadie y no pensó necesitarlos hasta ahora.

—H-Hinata.-dijo deteniéndose. —Me gustas mucho, m-me gustaría que fueras mi novia.

De forma rápida se giró a ella para tomarla de los hombros y empujarla ligeramente al tronco de un árbol. Hinata quien permanecía con ambas manos en su chaqueta se dejó guiar.

—¿Quieres ser mi novia?

Hinata arrugó el entrecejo mientras se disponía a responder, estaba a punto de sacar algo de una de sus bolsas de su chaqueta cuando fueron interrumpidos.

—Valla, valla, pero miren nada más qué tenemos aquí. –eran alrededor de siete chicos entre ellos algunas chicas quienes se acercaban a ellos.

—Pero si son los dos raritos de toda la universidad, la friki o no perdón el ratón de biblioteca y el pericote.

—Qué no es la rata de biblioteca.

—Ah sí eso, la rata de biblioteca y el pericote. Que grata sorpresa, ustedes sí que saben cómo divertirse.

—Vinieron a hacer sus cosas, que asco. ¿No que las ofrecidas era otras? –dijo una castaña tomándose se la cintura.

—¡Lárguense! –expreso Hinata mientras ellos se burlaban.

—¿Ya vieron quien lleva los pantalones? –más risas acompañaron el comentario.

—P-por favor váyanse, déjenos solos.-la voz de Toneri apenas era audible.

—Pobre imbécil, eres un marica, mira que ella parece tener más huevos que tú. –Toneri apretó los puños y sin previo aviso se lanzó a aquellos chicos golpeadolo a la cara.

Los demás se lanzaron a el propinándole más golpes, cuando cayó comenzaron a patearlo, eran cuatro contra uno por lo que no pudo hacer nada por defenderse. Hinata solo miro sin mostrar algún singo de preocupación por él.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora