LYCORIS O

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—Juez Danzo cuánto tiempo. –saludo el comandante al hombre de avanzada edad mientras se quitaba su largo abrigo.

—Buenas tardes comandante Hatake, debo felicitarlo, no hace nada más que recoger medallas y reconocimientos. Debe ser difícil ser usted. –se ganó un gesto de duda por parte del peliblanco. —No es fácil ser la envidia de varios colegas, por ahí escuche que tiene compañeros no muy felices con sus avances.

El comandante Kakashi se sacudió la pelusa del hombro izquierdo, no era su culpa que en los lugares donde se cambia llegaran casos interesantes.

—Disculpe que lo moleste señor juez solo vengo en modo profesional, he venido para solicitarle los informes del caso Hyuga.

—Y yo que creí que venias a invitarme un café. -palmeo su hombro y ambos caminaron hacia una oficina.

Mientras hablan, el juez extendió unas carpetas al policía.

—Tengo curiosidad, han pasado veintitrés meses desde este caso, ¿Por qué viene en busca de estos informes?

—Precisamente, ya van a ser dos años desde su detención. Esa mujer es de alta peligrosidad, como recordara no estuve de acuerdo con su veredicto final, les asegure a todas las familias de las victimas que estaría al pendiente de esa...

El juez soltó una burla que no pasó desapercibido.

—Me parece curioso que hayas prometido eso, cuando esas víctimas de las que hablas tuvieron sus propias malezas, la presión social fue muy fuerte y más cuando hubo quienes la idolatraron. No será porque te dio en el ego, ella se deciso de más pervertidos que tú en toda tú carrera.

—Esa mujer es un peligro y más ahora... –se detuvo en una página en concreto. —Ahora que sabe que su hijo vive. ¿Me puede explicar por qué sus abogados fueron a la clínica?

Intento serenarse, no quería parecer molesto, pero lo estaba.

—¿Mh?

—¿Por qué permitió que sus abogados fueran a la clínica del doctor Orochimaru? No se da cuenta que... fue así como se enteró.

—El informe dice que ella sola saco la conclusión, después de todo estaba consiente en el parto, y lo escucho llorar. Es una mujer inteligente, no iba a tragarse eso de la hipotermia. A demás los abogados fueron a entregar documentos no a soltar la sopa. Deja el caso por la paz, ten una vida, a este paso morirás por trabajo.

El peliblanco se quedó recargado en la silla, mientras se frotaba la barbilla mostrándose preocupado.

—Es solo que...

—¿Qué? –pregunto intrigado el juez.

—Tengo un mal presentimiento.

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Naruto miro el calendario, era 14 de noviembre, un escalofrío cubrió su cuerpo a pesar de la calefacción de la casa, oficialmente se cumplía ya dos años desde ese terrible incidente.

Coloco ambas manos sobre la mesa de la cocina cuando su cuerpo se sintió débil, pensar en ese suceso lo hizo sentirse triste, aun pensaba en ella y eso le dolía.

No podía entender como su historia de amor se convirtió en una de horror, después de despertar del coma busco con desesperación a Hinata. Se vio así mismo débil, a miles de kilómetros lejos de ella. Sus padres, primero le mintieron diciéndole que ella había muerto, eso lo destrozo pensó en morir pero en medio de esa hambruna supo que era padre.

—Pa-papá –sonrió para darse la vuelta, miro a su pequeño tambalearse mientras se recargaba de la mesita de la sala.

Se limpio la lagrima que había caído de su ojo derecho, cogió el biberón y camino a él. Se agacho para estar a la altura. Su hijo comenzó a golpear un pequeño martillo de juguete mientras balbuceaba unas palabras. Naruto lo tomo y se alzó con él en brazos. Comenzó a pasearlo mientras reía.