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—¡No te oigo! ¡Vamos estamos en una fiesta! – cuando escucho una reunión de reencuentro, no pensó que un antro de mala muerte sería el destino.

Kankuro, Sakura y Omoi lo había contactado para salir, fue una gran sorpresa y alegría saber de ellos, el trabajo no dejaba mucho tiempo libre por lo que debían aprovechar.

Sonrió ante las babosadas de Omoi, Sakura parecía tener mejor humor, ya que no paraba de aceptar los chistes de los chicos. Casi se ahoga cuando Kankuro intento cumplir un reto, el cual consistía en invitar a bailar a una chica pero esta le respondió con una cachetada.

—Eres terrible ligando. –dijo Sakura con la copa entre los labios. —Ahora sé porque te cortaron.

—Si, como si para ti fuera muy fácil. –reto Kankuro.

—¿Quieren ver?

—¡Si! – los tres la vieron caminar seductoramente hacía unos chicos, se quedaron mudos viendo como estos respondieron a sus encantos, Omoi chasqueo la lengua al ver a uno pedir el número de Sakura, ella volvió a su mesa con una gran sonrisa en los labios.

—Eso es trampa, para ti es fácil porque eres mujer.

—¡Ah por favor! Acepten que no saben cómo hablarle a una mujer. –Sakura se llevó un mechón detrás de la oreja.

—Tú eres guapa no que nosotros, somos unos simples mortales, oye Naruto ve y defiende nuestro honor.

—¿Qué? –expreso Naruto asombrado.

—Déjalo en paz, él tiene una relación, esa es la diferencia entre ustedes.

—Ay Sakura. No la escuches viejo, el hecho de que estes a dieta no quiere decir que no puedas ver el menú para que... oh, mira. –Kankuro señalo hacia una mesa donde un grupo de chicas les sonreían coquetamente. —Amigos míos, me tendrán que disculpar pero creo que ha llegado mi momento.

—¡Te acompaño!, ¡Te acompaño! –ambos chicos se alejaron.

—No pareces muy animado, dime ¿Tiene que ver con Hinata? –Naruto solo suspiro. —Ninguno de nosotros se sorprendió cuando nos dijiste que salían, te tardaste mucho, no dijimos nada porque ya lo olíamos, la forma en que cuidabas de ella era abrumadora.

—Estamos bien. –expreso intentando sonar despreocupado.

—¿Seguro?

—No creí que tendría una sesión de la doctora corazón. –dijo sarcástico.

—Tranquilo, no seré metiche. –se quedaron en silencio mientras la música resonaba, Naruto tomo un trago para humedecer la garganta.

—No debes preocuparte, ella volverá, después de todo te ama, sé que te ama. –él solo sonrió, iba a decir algo cuando Sakura lo interrumpió.

—Wow, si no fuera hetero definitivamente me sentiría atraída por ella. –Naruto arqueo la ceja sin saber a qué se refería, por lo que decidió girar para ver quedando asombrado.

Pronto sus ojos se toparon con los preciosos luceros perla que lo miraban con enorme felicidad. Estaba abrumadora, definitivamente había pasado mucho tiempo en algún salón de belleza ya que su cabello parecía seda, Naruto se acercó a ella anonado, lo primero que hizo fue tocar su mejilla.

—Hinata.

La mejor noche de su vida, nada mejor que bailar, cenar y platicar, Hinata no se mostraba cohibida como había sido tiempo atrás, acabo bromeando con Omoi, Kankuro y hasta con Sakura. Naruto solo se abrazaba el estómago de tanto reír.

—Deberíamos repetir, a ver cuándo podemos tener un espacio en nuestras agendas. Mañana tengo un vuelo para Canadá.

—Espero que les valla bien. –se despidieron fuera de un restaurante, Naruto y Hinata miraron como los tres subían a un taxi para llevarlos a su hotel. Cuando el carro desapareció Hinata se pegó más a Naruto, el apretó su brazo en su cintura con calidez.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora