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"Así es John todo indicaba un crimen pasional, el poderoso Hiashi Hyashi permanece en resguardo de las autoridades, hay una gran movilización por parte de diversas asociaciones que piden que se haga justicia, que no quede impune...

La prensa estaba por todas partes acosando a la familia de la víctima y del agresor, Kaguya no daba crédito a lo sucedido, no podía creer que su hijo fuera un maniático, se lamentaba por su actuar y más por su pequeña nieta, por otro lado Hanna estaba feliz pensando que con Hiashi en la cárcel finalmente podría ser dueña de todo.

—No recibirás ni un solo centavo

—Soy su esposa, es mi derecho.

—¿Derecho? De qué derecho hablas si tu muy sabes que no mereces nada, tengo pruebas que lo demuestran, le eras infiel incluso aun estando embarazada.

—Habla como si su hijo fuera un santo, le recuerdo señora que su hijo también me fue infiel, incluso tuvo el descaro de llevar a su amante a mi casa, con mi hija.

—Ja, ahora resulta que tienes una hija, hasta que te acuerdas de ella.

—Claro que me acuerdo de ella, aunque le duela esa niña tiene mi sangre, su hijo fue tan hipócrita que no solo la llevó, la había instalado ahí, ¿Cómo acabo todo eso? ¿He? Se da cuenta que pudo hacerle algo a la niña.

—Claro, ¿Y dónde estabas tú? ¿Si se supone que te importa tanto mi nieta?, lo ves, no respondes, no te preocupes querida, yo tengo la respuesta, estabas de libertina. Ni tú ni mi hijo tuvieron la decencia de pensar en ella, ¡Jamás! Mis abogados ya se están moviendo para que tú nunca puedas disfrutar del dinero de mi familia.

—Eso ya lo veremos, tengo la custodia de Hinata y eso señora, me garantiza el dinero de su amado hijo.

Hinata 11 años

Deposito la caja sobre la cama, era la última que le faltaba por desempacar, se habían mudado de nuevo a otra casa más económica en un vecindario algo respetable, luego de las constantes visitas a la corte su madre se había quedado sin mucho dinero.

Hanna no había logrado obtener la fortuna de Hiashi Hyuga, lo único que le quedaba era esperar que Hinata cumpliera la mayoría de edad para poder tocar ese dinero. Por el momento Hanna tenia que mantener a su hija, esperaba ansiosa a que ella creciera para que le regresara con creses todo lo que estaba invirtiendo en ella.

Por supuesto que el trato era el mismo cargado de indiferencia y asco, ya que continuamente le gritaba que le recordaba a su padre quien aún permanecía en prisión luego del crimen cometido, no medía las palabras que usaba con ella, a veces le decía que era un desperdicio, un mero saco de porquería. A esas alturas Hinata entendió que no tenia caso llorar, no tenia caso soñar con que alguna vez su madre la tratara con amor y cariño, más bien entendió que ella jamás sería feliz, en su antigua escuela fue señalada por el crimen de su padre.

Estaba a punto de ingresar a una nueva secundaria esperando no ser relacionada con su padre, ciertamente no tenía mucho entusiasmo por iniciar una nueva etapa en su vida, su belleza le jugaba en contra cuando intentaba pasar desapercibida. Odiaba sus ojos, aquellos que evidenciaban su linaje por lo que optaba por anteojos o lentes de contacto para ocultarlos.

La nueva secundaria no parecía ser diferente las demás, a pesar de ser pública tenía buenas aulas y una gran biblioteca, le gustaba escabullirse ahí, le agradaba que la tomaran por rara y/o cerebrito, así no tenía que lidiar con sus compañeros y menos con los grupos populares.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora