Al llegar a su departamento no hizo otra cosa más que dar vueltas y vueltas, se estaba ahogando ella sola. Su cabeza era un mar de emociones, se recrimino así misma el que Naruto no la haya seguido.
¿Y si Naruto me toma la palabra y esta vez no me vuelve a buscar?
La sola idea la hizo sentirse pavorosa, tomo sus llaves y salió a buscarlo, se había aprendido su dirección en cuestión de minutos, se dirigió a su departamento con la ilusión de que estuviera solo.
Visualizo el edificio notando que era nuevo, no todos los departamentos estaban habitados, subió por el ascensor hasta llegar al piso donde se alojaba, camino por el pasillo cuando al mismo tiempo escucho un ruido.
Al llegar a la puerta le llamo la atención que este estuviera semicerrado, toco la puerta para entrar cuando alguien desde adentro intento empujarla para cerrarla, al sentir la intromisión Hinata coloco el pie en el marco impidiendo cerrarlo.
—Pero ¿Qué? -alguien se quejo desde adentro, esa persona no era Naruto.
Cuando esa persona se asomo Hinata quedo anonada.
—¿Pero qué estas haciendo aquí? –fue lo primero que salió de sus labios, su voz sonó áspera.
—¿Yo? Eso debería preguntártelo a ti, creí que ya te habías resignado, deberías. Como sea largo. –Sasuke volvió a empujar la puerta, de nuevo Hinata se lo impidió. —Quítate o no respondo.
—¿Dónde esta?
—No esta –acto seguido empujo la puerta.
—No es verdad- con ambas manos empujo. Desafiándolo fijo sus ojos en el notando su apariencia desalineada, tenia el saco abierto, la camisa fuera de sus pantalones y la bragueta abajo lo que hizo que agrandara los ojos, Sasuke sonrió de forma ladina.
Usando toda su fuerza lo empujo y se adentro a la habitación. —¡Espera! -la puerta se cerró detrás de ella. No perdió tiempo inspecciono el sitio ubicando a Naruto en el sofá.
—¿Naruto? ¿Me oyes Naruto? ¿Naruto? Háblame.- se arrodillo a su lado tocándole la mejilla, parecía ido, como si estuviera ebrio, muy ebrio, se acerco para oler su aliento, después se alejo apretando ambas palmas hasta que se convirtieron de puños.
—Naruto me invito a venir ya que somos cercanos, bebimos y se le paso la... -no lo dejo terminar, le dio una bofetada que lo hizo dar una vuelta hasta apoyarse de la mesita mas cercana, atónito se toco la mandíbula, prácticamente quedo incrédulo.
—¡Maldito cabron! ¡Hijo de puta! ¡Cómo te atreviste! –aquella mirada hizo que instintivamente diera un paso hacia atrás.
Sasuke se congeló por un momento, después se incorporo disgustado recuperando la compostura.
—¡Qué te pasa loca! –se llevo una mano al área golpeada.
—¡Qué demonios haces!¡Enfermo! ¡Lo has engañado! ¡Qué pretendías! ¡Maldito cerdo!
—¿Yo? Habla por ti, no tengo por que darte explicaciones, has nos un favor y lárgate por donde viniste. ¿O qué, vienes por elogios?, ¿Necesitas que alguien te ponga atención? ¿Alguien que no te ignores? Das lastima, solo porque el ha sido amable -se arreglo un poco la ropa mientras ella le sostenía la mirada desde su posición. —Pero que idiota. Lo nuestro es irrompible, acéptalo. Pronto se dará cuenta y volveremos a estar juntos. Solo es cuestión de tiempo.
Ella se puso de pie al frente de Naruto en un gesto de desafío y protección.
Ese gesto le divirtió, se rio y dio media vuelta para salir azotando la puerta.

ESTÁS LEYENDO
LYCORIS O
HororCuando el amor obsesivo se dispara, nada parece detenerlo. El sentido común, la farmacoterapia, la terapia electroconpulsiva, los médium, la regresión y la hipnosis fracasan al unísono. Ni magia ni terapia. La adicción afectiva es el peor de...