44🔪

54 6 3
                                    

La música era suave a pesar del murmullo de los demás comensales, Naruto suspiro cansado desde su sitio, la semana había sido muy atareada para el, su encargado se había cizañado con el y todo por Yugaoh quien ahora salía con el.

Dio un segundo vistazo al menú para por fin pedir algo de comer, al principio pensó que una taza de café seria suficiente. No lo fue.

La lluvia había comenzado a caer y cayó en cuenta de que no cargaba con un paraguas, suspiro con resignación.

—¿Gusta algo mas joven? –la mesera lo estaba mirando fijamente lo que no paso desapercibido para el rubio.

—Ah, si, me gustaría ordenar.

—Le sugiero los camarones rellenos con salsa de arándanos, si, suena algo rara la combinación pero le aseguro que el sabor es inigualable- solto una risa suave y continuo —O si lo prefiere puede pedir la comida del dia que consiste en pechugas de pollo asadas acompañadas de una guarnición generosa de vegetales, una salsa sweet o puede elegir un corte de...

—Esta bien, me agradan los camarones.

—De verdad que no se va arrepentir. Le van a encantar. –la mesera corrió a la cosina con la orden. Naruto volvió a mostrarse pensativo, mientras volvia su vista a la ventana pensó en Hinata.

Ella se mostraba muy cariñosa, protectora y sobre todo apasionada, inconsientemente toco sus labios. Un escalofrio cubrio su cuerpo.

Hinata siempre quería más, y eso de cierta forma lo inquietaba, jamas había pensado perder su virginidad con ella ni por un pelo le paso por la cabeza que aquello pudiera suceder, pero ahora que había pasado no dejaba de rebobinar el momento en que la tomo de una forma desenfrenada, aun no comprendia que le había pasado, el no era así.

—Aquí esta su orden.- el miro su plato como ido. —Qué lo disfrutes.

Nisiquiera noto cuando la mesera le dijo que lo disfrutes y no, que lo disfrute. Despues de siete minutos salio de su trance e inicio a comer, iba por el segundo bocado cuando alguien cubrió sus ojos desde atrás.

—Ah. –su primera reacción fue gemir bajito, después cayo en cuenta de que era un conocido jugándole una broma, sonrió de lado pero luego esa sonrisa se desvaneció. Reconoció su perfume y sus manos pequeñas.

—Adivina quién soy.-él no hablo. —¿A qué no adivinas?-la escucho soltar una risita. Cuando Naruto tomo sus manos para quitarlas ella se alejo. —¡Tarán, soy yo!

La vio sonreír ampliamente por lo que le correspondió asintiendo, se puso de pie para acomodarle una silla por lo que ella se acerco encantada robándole un beso de sus labios, poso ambas manos alrededor de su cabeza para acercarlo a ella.

—Valla sorpresa encontrarnos, no crees mi amor, por qué no me avisaste.

—No tenia planeado nada, solo salí a despejar la mente, quería algo de soledad... –cuando vio sus ojos perla sobre el, cayo en cuenta de lo que había dicho. —N-no, no me lo tomes a mal Hinata yo...

—Descuida, a cabo de recordar que vine por... un...algo. Mejor te dejo.

—No espera Hinata... -cuando pronuncio esas palabras ella ya estaba cruzando la salida, Naruto se paso las manos por el pelo y la cara, pago la cuenta y salió tras ella.

Recientemente habían tenido una pequeña discusión donde salió a relucir la importancia del espacio, Hinata había insistido en mudarse con el ya que no se le despegaba ni un instante, para Naruto aquello era demasiado pronto, no tardo en hacérselo saber lo que ocasiono la discusión.

Corrió por el piso pero no la vio por ningún lado, se recrimino así mismo por no pensar antes de hablar, saco su celular y la llamo, mientras seguía recorriendo por aquel gran centro comercial escucho su tono telefónico, lo siguió hallándola sentada en uno de los bancos de las heladerías.

LYCORIS ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora