Tiempo antes.
—Los declaro marido y mujer...
Los aplausos acompañados de felicitaciones no se hicieron esperar, la fiesta estaba llena de gente de alta sociedad, todo parecía estar lleno de júbilo, de no ser por el novio quien apenas podía disimular su incomodidad y su desdicha. Su ahora esposa estaba de lo más radiante, muy hermosa con su vestido de diseñador de varios miles, era una gran belleza que no tenía comparación, muchos de los presentes se acercaron al novio para alagarlo y elogiarlo por su elección.
Al parecer todos creía que se estaba casando por amor, nadie sabía a excepción de sus padres sabían del mes y medio de embarazo motivo por el cual los llevo a casarse tan repentinamente.
Arrugo la frente cuando la vio al frente de la pista con sus amigas bailando de lo más feliz, se maldijo por ser demasiado ingenuo al enredarse con ella, sabía que era una ambiciosa de lo peor, solo estuvo con ella en una ocasión, ocasión en la cual creyó ser solo un acostón de una noche, apretó su copa con fuerza hasta que esta se rompió, un mozo se acercó a ayudarlo pero el solo lo ignoro, estaba decidido a hacerla pagar.
Cinco años después
—¡Cállate! ¡No tienes derecho para reclamarme!
—¡Valla que lo tengo! ¡Soy tu esposa! ¡Oíste tú esposa, te guste o no!
—¿Esposa? ¡Qué estupidez! ¡Estamos en una farsa! ¡Cada fin de semana le abres las piernas a no sé cuánto infeliz!
—¡Eso es porque tu no me atiendes!
—¡Por favor! ¡No me vengas con celos estúpidos! ¡Sabes perfectamente que tu y yo no tenemos nada! ¡Si no fuera por esa mocosa yo estaría feliz en algún crucero con una mujer de verdad!
—¡Pues yo sería modelo!
—¡Si, así hubiera sido, pero lo jodiste! ¡Jodiste todo! -tomo su saco y salió de la habitación azotando la puerta hecho una furia.
—¡A dónde vas! ¡Hiashi!... Maldita sea -tomo la botella de licor que tenía en el buró para darle un sorbo directo mientras salía de la habitación, ninguno de los dos noto a la pequeña que yacía parada al lado de la puerta, era como si fuera invisible para sus padres, a su corta edad tuvo que vivir en un ambiente de odio y desprecio, escuchaba a sus compañeritos en la guardería decir como sus padres se amaban dándose abrazos incluso besos, había quienes contaban con emoción como los arropaban para luego arrullarlos con bellos cuentos y canciones.
Pronto sus ojitos se llenaron de lágrimas, anhelaba una relación así, justo como se lo contaban, como lo veía en televisión, apretó su conejito entre sus pequeñas manos mientras sus piecitos cubiertos solo por unos calcetines se movían hacia su cuarto. Una vez dentro de su habitación se metió a la cama mientras sus sollozos se hacían más grandes, como cada noche lloraba hasta quedarse dormida, los únicos que la amaban ya habían muerto, sus abuelos, incluso un par de tíos, acepción de su abuela Kaguya, la madre de su padre quien vivía en otro país, su madre se negaba a que la visitara, por lo que eran contadas las veces en las que se veían.
Al llegar el nuevo amanecer se levantaba puntualmente para dar inicio a sus actividades, poniendo empeño en cada acción suya queriendo hacer que sus padres se sintieran orgullosos de ella, pero cada intento, cada acción era simplemente ignorada, de no ser por los empleados tal vez ella ya estaría muerta, pues ni siquiera procuraban su alimentación.
Si su vida ya era un caos, empeoraría aún más.
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LYCORIS O
KorkuCuando el amor obsesivo se dispara, nada parece detenerlo. El sentido común, la farmacoterapia, la terapia electroconpulsiva, los médium, la regresión y la hipnosis fracasan al unísono. Ni magia ni terapia. La adicción afectiva es el peor de...