Cap. 34: El Trapezoedro de las Estrellas.

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Más allá de la realidad del propio universo, pero atado al mismo y a sus leyes inquebrantables, más allá del plano material, un lugar donde se reúnen los individuos mágicos más poderosos o sabios; un lugar que solo unos pocos tienen el privilegio de visitar y donde se toman muchas de las decisiones más importantes que conciernen a la magia en el universo. Ese lugar era la Sede de la Burocracia de la Magia, una torre que flotaba en un vacío infinito, rodeada de hermosas luces moradas que hacían deslumbrar la belleza de la arquitectura de la torre. Antaño, se encontraba rodeada de fuentes de agua inagotables y la entrada en el primer piso tenía grandes columnas de mármol y cristales, su fachada exterior estaba hecha de piedra, con pequeños cristales que flotaban y daban vueltas a su alrededor; sin embargo, en la actualidad, se realizaron algunas pequeñas modificaciones, en especial en su interior para mejorar los servicios que ofrecía la edificación.

El lugar funcionaba completamente con magia. ¿Que esperar del baluarte de la misma en el universo? Cualquier asunto relacionado con la magia era tratado en ese sitio, y los principales responsables de tratar dichos asuntos eran la Alta Comisión Mágica, quienes de hecho se encontraban reunidos en su mayoría en la cima de la torre. Un portal dimensional se abre en la base de la torre, Sean el encargado de la seguridad y de otros asuntos del lugar se acercó un poco para comprobar aquel portal; fue entonces que una figura salió del mismo cerrando luego el portal usando sus tijeras dimensionales. Se trataba de una mujer, un rostro conocido de hecho, fácilmente reconocible por su cabello morado, el parche en uno de sus ojos, aquel guantelete dorado especial que cubría su mano derecha, sus ropas que indicaban elegancia pero que al mismo tiempo le daban un aire de fortaleza, su sonrisa alocada y aquella larga cola cubierta por una armadura de placas dorada; Meteora Butterfly hacía acto de presencia en el lugar, el pequeño alce encargado de la seguridad realiza un saludo cortés a la dama.

-"Bienvenida a la sede majestad."

-"Sean, ya te he dicho que dejes las formalidades cuando estamos solos."

-"Lo siento Meteora, ya sabes, el protocolo."

-"Supongo que me deben estar esperando arriba."

-"Así es, los demás miembros de la comisión ya se encuentran aquí, le estaban esperando."

La dama asiente con su cabeza y se adentra sin contemplaciones en el interior de la torre, su mirada se veía severa y algo estricta, tal vez por la razón por la que la comisión invocó aquella reunión, razón de la cual ella tenía un poco de conocimiento general. Su paso a través del primer piso de la torre fue rápido, Sean ni siquiera se molestó en detenerla en el chequeo de seguridad, sabía muy bien la urgencia de la situación así que no quería retrasar a la reina Butterfly, su tiempo en el ascensor tampoco fue alargado, de hecho apenas duró unos pocos segundos hasta que las puertas del transporte se abrieron revelando así el que era el piso más alto de la torre. Al final de un pequeño pasillo se encontraba la puerta de la sala de reunión, una puerta doble, grande y de madera enchapada muy bonita; Meteora abrió aquella puerta haciendo acto de presencia en el lugar, llamando la atención de todos los allí presentes.

-"Disculpen la tardanza, estaba atendiendo unos asuntos del reino, mayormente relacionados con los hechos ocurridos recientemente."

En el lugar se encontraba Omnitraxus, como siempre en el centro de una gran mesa circular asistiendo a la reunión desde una esfera de trasmisión. Rhombulus se encontraba hablando con Lekmet, mientras este último parecía estar estudiando unos pergaminos que parecían importantes; el hombre con cabeza de diamante vestía unos zapatos de tela azul, junto con una larga capa que le hacía juego, por otra parte el Alto Canciller vestía una túnica negra que dejaba al descubierto las alas de murciélago en su espalda. En otra parte, se encontraba Hekapoo limando sus uñas mientras recostaba sus pies sobre las piernas del agente del equilibrio Marco Díaz, quien le daba un agradable masaje en los dedos de los pies a su mujer, a su lado tenía muchos papeles y documentos importantes sobre la mesa, todos apilados y perfectamente organizados para la reunión que se llevaría a cabo. Por último, Glossaryck se encontraba jugando alguna especie de videojuego en una pantalla flotante mientras comía papitas fritas de una bolsa, aunque lo correcto podría ser aclarar que las papitas flotaban solas una a una entre intervalos de tiempo, directamente hacia la boca del hombrecillo mientras este se concentraba con el mando entre manos. Todos tomaron sus respectivos lugares y se acomodaron alrededor en la mesa, excepto Glossaryck quien continuaba jugando desinteresadamente del asunto.

Alice vs las Fuerzas del CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora