Cap. 36: Noche de Copas.

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Los mercados abrían sus servicios para el pueblo desde temprano por la mañana, era posible encontrar todo tipo de artículos, alimentos e incluso adornos. De la misma forma, las tiendas y negocios empezaban a atender a sus clientes desde temprano, por lo que era normal ver mucha actividad en las calles de Mewni. Las expansiones que había sufrido la ciudad durante los más recientes reinados de la familia Butterfly habían traído consigo prosperidad y legitimidad a una nación que antaño estuvo en constantes conflictos bélicos con los monstruos, pero esos tiempos de guerra quedaron ahora bien atrás. Era común ver a niños jugando en las calles, fingiendo ser caballeros o aventureros, otros jugando a la mazorca explosiva o incluso jugando con balones encantados... ¿Encantados?

El contacto con la magia en Mewni había llegado a niveles que ni siquiera la Alta comisión Mágica imaginó en el pasado. Todo comenzaría con la fundación de Santuario, una escuela para aquellos que poseían actitudes mágicas, luego sería apoyado por las investigaciones de la hechicera Suprema Star Lucitor, actual directora de la institución educativa y a quien se le atribuye el descubrimiento de la magia artificial. Su método permitiría la creación de encantamientos en los objetos, o permitía a personas comunes usar un poco de magia básica sin suponer un peligro para sí mismos o para los demás; decir que Mewni era un baluarte de la magia era quedarse corto. Artefactos mágicos funcionaban durante el día mediante estos complejos mecanismos mágicos, automatizando algunos trabajos e impulsando a su vez el desarrollo de la ciudad; por si fuera poco su sistema de seguridad era tan avanzado e intrincado que nadie se preocupaba de que algo se descontrolara o alguien usara aquellos beneficios de la magia para fines malignos.

Pero si Mewni era una ciudad viva y animada durante el día, durante las noches era igual de bulliciosa mostrando su lado más maduro y adulto. Las luces de las farolas que alumbraban todas las calles de la ciudad convertían a la ciudad en un lugar libre de oscuridad bajo el manto nocturno, incluso las luces del Distrito del Este, o la Zona Rosa como le llamaban algunos habitantes, resplandecía convirtiendo a la negra noche en un día perpetuo. La delincuencia en la ciudad básicamente había desaparecido casi en su totalidad, apenas quedaban pequeñas sabandijas rateras que siempre buscaban aprovechar las debilidades de las personas para robarles como una manera fácil de obtener dinero en lugar de trabajar por el mismo; sin embargo eran tan pocos los casos de robo o de actos criminales en la ciudad que podías caminar sin preocupaciones por sus calles, incluso durante el horario nocturno.

Un pequeño grupo de ciudadanos caminaban emocionados por aquellas calles, sintiéndose animados por el genial día que habían tenido, y querían cerrarlo con broche de oro celebrando en uno de sus bares nocturnos preferidos: Polvo de Estrella. El grupo era de apenas ocho integrantes, conformado por cinco hombres y tres mujeres que vestían con ropas de cuero típicas de los aventureros que trabajaban recolectando plantas raras en los alrededores del Bosque de la Muerte Segura, así como dando muerte a las bestias salvajes que intentaban salir del bosque; habían conseguido acabar con un grupo de Gusanosflor, así que les habían dado una paga bastante generosa por su labor. No tardaron en divisar el cartel colgante de madera y luces del local al que se dirigían, aunque desde que se acercaron notaron que se encontraba curiosamente más silencioso de lo normal. Se miraron extrañaos una vez vieron su interior vacío, especialmente sin nadie realizando una clásica competencia de bebida, fue entonces que la dueña del local se acercó a ellos con una pequeña sonrisa es su rostro; se trataba de una mujer madura, vestía con ropas humildes de cantinera negras y blancas, su cabello era corto y de color azul claro.

-"Buenas noches chicos. ¿Un día difícil en el trabajo?"

-"No tanto, de hecho el día de hoy nos fue de maravilla. Y habíamos pensado en pasar a celebrarlo. ¿Acaso no abres esta noche?"

Preguntó uno de los hombres que parecía responder por el grupo, la dueña del local los miró con una pequeña sonrisa mientras negaba con su cabeza ante lo que podrían pensar aquellos muchachos que les conocía un poco pues solían ser clientes frecuentes.

Alice vs las Fuerzas del CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora