Cap. 4: Comité Disciplinario Estudiantil.

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El hogar de la nueva estudiante, Alice Díaz, se encontraba siempre en calma, perturbado ocasionalmente por la aparición de alguna que otra criatura que tenía la desdicha de toparse con esa ubicación, pero que aun así ninguna suponía ningún tipo de problema. Las mañanas, o por lo menos el horario que indicaba el comienzo del día, eran muy tranquilas y agradables pues toda la familia solía estar presente con alguna que otra excepción ocasional; después de todo en un lugar donde no hay día ni noche, donde no parece existir el concepto de tiempo, solo se puede distinguir un momento del otro gracias a los diferentes relojes que había repartidos por aquella casa, todos ajustados con el tiempo de Mewni.

Esa mañana, toda la familia estaba reunida disfrutando de un buen desayuno, hecho por el padre quien se encontraba ausente de una conversación que estaban teniendo madre e hija. ¿Qué hacía? Las típicas labores de un hombre de familia, preparar más raciones para el desayuno pues la primera ronda no parecía haber sido suficiente.

-"... Ciertamente, tu regalo de ayer me resultó bastante interesante."

La hermosa dama de rojos y largos cabellos se deleitaba con una taza de té negro mientras su único ojo visible, fuera de la cobertura de su flequillo, observaba de manera distraída con dirección hacia la cocina, mostrándose un poco indiferente con la conversación. De hecho, la llama sobre su cabeza era tan tenue que podría extinguirse con la más leve brisa, tal vez aún se encontraba adormecida, o tal vez no quería estar ahí.

-"Me alegro que le haya gustado madre. Me pareció que podría sacarle provecho."

-"Por supuesto, tengo nuevas ideas gracias a ti querida. Aunque, aún no me has querido decir como encontraste un arma tan peculiar."

-"Bueno... Yo..."

-"¡El desayuno está listo!"

Mencionaba el padre de aquella familia trayendo consigo entre sus manos dos bandejas repletas de comida, ambas emitían un aroma delicioso que hacía que aquellas dos damas quedaran hipnotizadas por el aquel manjar servido desde tan temprano. Sin embargo, la madre volvió en si misma rápidamente observando fijamente al hombre.

-"Tan inoportuno como siempre tonto. ¿No podías esperar un poco? Estaba a punto de hacerla confesar."

-"Vamos amor, olvida eso. No importa de donde haya sacado esa arma. Además, no querrás que tu comida se enfríe. ¿Verdad?"

-"Supongo que no."

-"Gracias padre."

El hombre con un gesto burlón le guiña un ojo a su hija y regresó a la cocina, dejando nuevamente a madre e hija solas. Estas comenzarían a desayunar, una nueva conversación surgiría entre ambas.

-"Y dime querida. ¿Cómo van las cosas en tu nueva escuela?"

-"Ugh... Bueno... Bastante bien madre. Las clases son sencillas ya que mucho del contenido ya lo conocía gracias a padre y a ti."

-"Ehhhhh... Ya veo... ¿Alguien ha intentado meterse contigo?"

-"¿Eh?... No, madre."

-"Supongo, que tendré que pedirle a tu padre que te pregunte en mi lugar."

-"¡! ¡No es necesario! Vale, lo confieso madre. Ayer tuve necesidad de usar parte de mi fuerza para un combate, mi trofeo de victoria fue esa arma que te obsequié ayer."

-"¿Ves? No era tan difícil querida... ¿Por qué fue la pelea?"

-"Molestaban a Meteora, además hubo bastante desperdicio de comida, vida y energía desperdiciada sin ningún motivo. No podía permitirlo."

-"Comprendo. Me alegra que respetaras nuestros principios familiares, tu padre estará orgulloso."

-"Gracias, madre... Por cierto... ¿Qué piensan hacer hoy padre y tú?"

Alice vs las Fuerzas del CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora