Cap. 16: Navidad al Estilo Díaz.

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Una hermosa y fría capa blanca cubría la ciudad de Mewni, tanto como sus alrededores. La nieve caía lentamente en forma de diminutos y únicos copos con los cuales los niños jugaban, sacando sus lenguas para intentar comerlos y sentir la fría sensación recorriendo sus cuerpos desde la punta de sus lenguas. El lago que rodeaba la ciudad se había congelado, siendo aprovechado como una enorme pista de patinaje en la cual podían verse puestos de ventas, emprendedores inteligentes que aprovechaban las oportunidades que traía consigo el invierno, vendían suvenires como tazas con forma de tronco de árbol, bufandas o atuendos para cubrirse del frío, algunos de ellos con peculiares diseños como aquel que tenía un tocón de árbol bordado.

Los árboles estaban recubiertos de nieve, los de la ciudad tenían sus bases decoradas con pequeños altares. Vendedores ambulantes empujaban sus carretillas vendiendo peluches infantiles y muy adorables con forma de troncos. En algunas partes se veía como algunos participaban en guerras de bola de nieve, lanzándose entre risas y rodeados de diversión aquella blanca y fría sustancia que les rodeaba por todas partes; frente a la puerta de algunos hogares pequeños niños cantaban algunos tronco-villancicos; incluso unas ancianas parecían repartir muy animadas unas galletas con forma de tronco mientras usaban sombreros con forma de troncos sobre sus cabezas. Ese día no habría clases en Santuario, puesto que era una festividad tradicional en Mewni, una celebración anual conocida como el Día del Tronco.

En el castillo Butterfly, Meteora parece correr por los pasillos con exaltación, trepa por los muros y techos como un monstruo que acecha a su presa, mientras su cola se agita animadamente de un lado a otro; la sonrisa parece imborrable de su rostro, de hechos sus afilados dientes se ven algo aterradores a la par que su mirada luce algo macabra y espeluznante mientras contiene una suntuosa risilla diabólica. Usando las facilidades que le otorga la varita mágica, ahora con forma de guantelete que la joven princesa portaba siempre en su brazo derecho con comodidad, hacía aparecer objetos y decoraciones para adornar todo el lugar por el que pasaba, todos con la temática troncosa de la fecha que se estaba llevando a cabo ese día en toda la ciudad, y por supuesto también en el castillo.

-"¡Meteora! ¡Baja de una vez! Si tu madre nos llega a pillar nos meteremos en problemas por tu culpa."

Gritaba la princesa del Inframundo, Comet Lucitor, a su prima que colgaba de un candelabro de cristal en el techo. Se veía con un rostro cargado de cierta amargura, tal vez había algo de vergüenza pues se sentía rara por el infantil actuar de su prima ante la festividad. Sin embargo no se encontraba sola, detrás de ellas venían Felicia y Alice, ambas con rostros serios, aburridos, un poco confusos pues no entendían por qué había tantos troncos por todas partes. Felicia caminaba con sus brazos cruzados mostrándose escéptica e incomprendiendo el actuar de la princesa Butterfly, mientras que por otra parte Alice aunque tampoco entendía, no le daba tanta importancia; sin embargo en caso de esta última, vestía ropas un poco diferentes a las usuales. Las ropas de la joven Díaz eran completamente rojas, un poco más arregladas que sus atuendos salvajes convencionales, la tela parecía ser algo gruesa aunque continuaba siendo resistente a las llamas, no era un abrigo pues ella no los necesitaba por su naturaleza ígnea, pero sus bordes estaban cocidos con una línea blanca de esponjoso algodón; generalmente ella no usaba sombreros, pero esta vez sobre su cabeza entre ambos cuernos, llevaba un puntiagudo gorro muy similar a su vestido, la punta caía hacia atrás por el propio peso de la tela gracias a la gravedad mientras era recubierta por un esponjoso pompón blanco como la nieve; en sus manos portaba guantes completamente blancos, un poco ajustados y que parecían llegarle hasta el hombro aunque no se podría estar seguro pues sus manos estaban cubiertas por las largas mangas del vestido; sobre sus hombros, la joven llevaba una cubierta de tela que hacía juego con sus ropas, no era muy larga y estaba abotonada en su pecho con un broche negro.

Alice vs las Fuerzas del CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora