Cap. 52: La Semilla Cósmica II.

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Allí abajo donde la luz de la estrella más brillante no llegaba, en donde la penumbra más oscura se combinaba con los fétidos aromas capaces de desgarrar y hacer retroceder a las mentes más débiles carentes de la resistencia necesaria; allí en donde la humedad que corría por aquellas paredes rocosas y gotas caían de las estalactitas del techo formando grumos y charcos de agua repulsiva en el suelo... Dos mujeres avanzaban por aquel sistema de túneles naturales iluminados únicamente por la luz creada por la magia demoniaca de la dama de rubia y sucia cabellera. Comet Lucitor se movía levitando mientras los pasos eran marcados en el agua por la dama que le acompañaba, Alice Díaz mantenía un andar firme sumado a una mirada enfocada hacia el frente, la seguridad en su destino se veía claramente en aquel ojo descubierto adornado debajo de este por aquel lunar que compartía con su padre.

Llevaban mucho tiempo viajando por aquellos lugares, ninguna sabría decir aproximadamente cuanto después de todo al no ser conscientes de los ciclos del día y la noche, calcular algo así sería complicado; aunque una estimación de la dama Lucitor parecía indicar que podrían llevar alrededor de unos seis o siete días allí abajo. Seguían los instintos de la dama Díaz, quien las había llevado por intrincados sitos teniendo que enfrentar peculiares y monstruosos peligros durante el trayecto, aunque aquellos enfrentamientos les garantizaron al menos el alimento necesario para no tener que regresar por comida y así poder seguir adelante sin dar demasiadas pausas.

Actualmente, los gases venenosos que les rodeaban, casi imperceptibles a simple vista, tan peligrosos como el ácido sulfhídrico desprendido por el ácido sulfúrico. A pesar de ello, la dama Díaz parecía poder caminar entre aquella miasma mortal sin problemas, los venenos que había probado en su propio cuerpo eran por mucho más poderosos y se necesitaría algo peor para conseguir dañarle. Caso muy diferente al de Comet, quien necesitaba de uno de sus hechizos de protección para moverse libremente por aquellos túneles plagados de venenos mortales, en situaciones semejantes, que ya había experimentado en un par de ocasiones junto a Alice, no podía preguntarse como su compañera había llegado a estar tan loca como para probar tantos venenos en sí misma como para acabar volviéndose tan resistente, había que estar simplemente demente para arriesgarse tanto, y lo que es peor es que la química y la elaboración de extrañas sustancias generalmente peligrosas de una u otra forma, siempre había sido solamente una especie de pasatiempo para ella.

-"¿Puedes sentir la hostilidad en el aire Alice?"

-"Por supuesto... Esta nube venenosa no es remotamente ordinaria... El empeño con el que parece querer invadir nuestros cuerpos de manera tan insistente me hace creer que tiene hasta vida propia."

-"Hemos visto muchas cosas. Algo así ya no me supondría ninguna sorpresa. Lo más increíble es que no te afecte."

-"Sea una entidad viva consiente o carente de consciencia, siguen siendo solo gases nocivos. Algo así no es una preocupación para mí... Generalmente solía usar mis habilidades de control espacial para controlar el veneno y extraerlo de mi cuerpo, así podía lidiar con aquellas sustancias invasivas que entraban en mi sistema repentinamente... Por supuesto, al hacerlo siempre dejaba porciones controladas en mi interior para que mi cuerpo pudiera enfrentarse a la amenaza y elaborar los anticuerpos pertinentes... Ingerir veneno, para luchar contra el veneno."

-"¿Sabes? Entiendo la lógica detrás de tu refinado sistema que has desarrollado durante años, pero no puedo evitar pensar que hay que estar muy mal de la cabeza para hacer algo así, en especial teniendo en cuenta la escala a la que lo has llevado. ¿Cuántos tipos diferentes de veneno has consumido?"

-"Tantos que simplemente he dejado de prestarle atención al número en cuestión. Pero por otra parte... ¿Quién de nuestro grupo tiene la cabeza en su sitio?"

Alice vs las Fuerzas del CosmosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora