Una particular figura encapuchada se encontraba descansando junto a un arroyo cristalino, el flujo del agua era suave y constante, como un fino río que hacía su camino entre un sendero a través de las rocas del suelo; sus bordes rebosaban de vida e incluso podían apreciarse algunas flores de exuberantes y llamativos colores. Un pequeño insecto volador de aspecto similar a una polilla se acercó volando a una de las hermosas flores, su intención era alimentarse de su néctar mientras el polen se impregnaba en sus patas, dicho polen se esparciría por los verdes campos llenándolos de mucho más color; sin embargo cuando el insecto se posó sobre la bella flor, fue engullido abruptamente por la planta que le atrapó y consumió vorazmente perdiendo durante el proceso su apariencia, la cual no tardaría en volver a ser inocente y hermosa nuevamente tras unos momentos.
-"Comer, o ser comido... Es la ley que rige el orden en la naturaleza..."
Murmuró aquella figura encapuchada con una voz suave e indiferente mientras contemplaba aquel acto con lo que parecía ser su único ojo visible. El aspecto más detallado del individuo era particularmente familiar, a pesar de sus ropas raídas podía notarse una complexión femenina, dos grandes cuernos habían agujereado la capucha que cubría su cabeza y su rostro, el cual también era parcialmente cubierto por una bufanda roja. La dama se encontraba pensativa, llevaba semanas investigando aquella dimensión, viajando de un lugar a otro y deteniéndose en todos los asentamientos de civilización que encontraba para recopilar información; hasta ahora no había tenido mucha suerte más allá de haber encontrado algunos rumores referentes a esa zona en la que se encontraba ahora.
Aquella era la dimensión H-33B2, solo una más en el basto universo, pero era una dimensión que aquella mujer no conocía hasta hace poco. Fue su amiga quien le habló por primera vez de ella, de ahí comenzó a investigar por su cuenta, buscaba ver si la información que le habían dado era cierta o solo una exageración; pero tras los días que llevaba ahí, apenas había descubierto algunas pocas cosas. Tal vez se debiera a que su apariencia tan diferente le suponía un problema cada vez que llegaba a un lugar, en un par de lugares incluso le tacharon como monstruo e intentaron atacarla, realmente esto no era algo que le preocupara y tampoco era algo que le hiciera sentir ofendida; ella estaba orgullosa de quien era, de su apariencia, y sobre todo de sus cuernos que heredó evidentemente de su madre, aunque esto no significaba que fuera problemático, en especial en lugares donde debía pasar desapercibida o tener un perfil bajo... Tal vez debía de idear algo para cambiar su aspecto, tal vez una ilusión sobre sí misma, ella dominaba el control del espacio circundante, básicamente la imaginación era su límite... De hecho, ahora que lo pensaba fríamente...
-"También podría servirme para moverme más libremente en la dimensión de los abuelos... En la Tierra mi apariencia también llama la atención... Si... Pensaré más detenidamente en ello más adelante."
Ahora debía priorizar su investigación, y afortunadamente la buena suerte le sonreiría un poco, un poco más adelante podía divisar un pequeño asentamiento nativo. Sus cuernos ya llamaban mucho la atención, así que no quería aparecer de forma repentina en medio del lugar provocando un escándalo o el desconcierto, en su lugar iría caminando. Acomodaría un poco la bufanda que cubría la mitad inferior de su rostro, su cabello fue acomodado adecuadamente destacando su perfecto flequillo el cual cubría su ojo izquierdo, la túnica que cubría todo su cuerpo apenas y cubría la punta de su estoque el cual colgaba de su cintura; ajustó un poco los guantes negros en sus manos mientras daba pasos serenos al mismo tiempo que el color ardiente se apagaba en su mirada.
No tardó mucho en llegar a su destino, tal y como esperaba la gente en las calles le miraba con un poco de horror y con miedo, era la primera vez que veían a alguien con cuernos, muchos se encerraron en sus casa mientras algunos se mantuvieron en alerta observando sus movimientos. La dama se mantuvo indiferente, no quería mostrarse hostil, así que simplemente se acercó a un puesto que parecía vender frutas de aquella dimensión; algunas eran redondas y de varios colores, otras eran alargadas con puntos rojos sobre una superficie verde, incluso habían racimos de pequeñas frutas con forma de cubo azules; bastante poco peculiar, aunque nada sorprendente realmente comparado con otras cosas que ya había visto a través de los años. El vendedor era un sujeto de baja estatura comparado con ella, típico de las personas de aquella dimensión, su piel se encontraba quemada por el sol aunque era difícil notarlo por el rojizo tono natural de aquella especie nativa, una pequeña protuberancia con forma de raíz brotaba de un costado de su cabeza mientras un pequeño turbante de tela blanquecina le cubría parcialmente desde la frente; sus brazos eran delgados y alargados, casi podían tocar el suelo con ellos, algo bastante común, además aquel individuo vestía con unas ropas ligeras de tela y cuero, bastante humilde y común para un pequeño vendedor de frutas de un pequeño pueblo. El hombre se mostraba un poco desconfiado, su mirada parecía analizar los movimientos de aquella figura, dudaba de si se trataba de un ladrón o algún tipo de ser malvado, con ver su apariencia era más que suficiente como para desconfiar. Fue entonces que la dama dejó de analizar la mercancía con su mirada, para luego dirigir su mirada hacia el mercader.
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Alice vs las Fuerzas del Cosmos
Mystery / Thriller¿Qué decisión tomarías si tuvieras las puertas abiertas a todas las opciones disponibles? Sin lugar a dudas no sabrías que camino elegir, el cómo sostener las riendas de tu vida. Esta es la historia y vida de Alice Díaz, hija de dos de los individuo...