Alice vs las Fuerzas del Cosmos

Cap. 14: Visita de una Humana.

Dimensión R-52A, también conocida como Yalahob, sus pacíficas llanuras y tranquilos ambientes carentes de peligros siempre habían sido motivos más que suficientes para pasar un rato relajante en aquel lugar. Sin embargo, últimamente el sitio se veía un poco más diferente a lo que era un par de meses atrás. En una de sus largas llanuras, grandes agujeros podían verse en la tierra, rocas destruidas y quebradas, los árboles del bosque cercano se encontraban talados, más específicamente cortados en su gran mayoría, lo que una vez fue un hermoso césped era ahora un páramos muerto y seco, casi sin vida. ¿Pero cuál era el motivo de estos cambios tan alarmantes para un ecosistema tan pacífico como R-52A?

Resulta que aquel sitio se había convertido en el patio de juegos de un pequeño grupo de individuos, algunos de ellos tan peligrosos que podrían causar con mucha facilidad graves estragos en sitios con mayor población. Se trataba del lugar en donde el individuo Marco Díaz, miembro de la Alta Comisión Mágica, entrenaba a sus cuatro estudiantes, y la ejecución de estos entrenamientos solía terminar ocasionando graves daños al terreno a su alrededor; se supone que la naturaleza acabaría por reparar todo ese caos, pero nada se arregla de un día para otro y es un lento proceso que lleva mucho tiempo.

¿Pero en que solía consistir ese entrenamiento? Cada chica seguía las indicaciones de su maestro y ahora mismo las cuatro se encontraban reunidas esperando por él. Meteora usaba su guantelete con forma viperina para practicar, inventaba palabras al azar que se le ocurrían en el momento mientras aquel objeto todopoderoso emitía chispas de colores oscuros y reproducía las locuras que la princesa decía entre risas.

-"¡Jajaja! ¡Explosión de Tréboles de la Suerte!"

Como si un pequeño impacto hubiera explotado frente a ella, se levantó una nube de humo verde que hizo aparecer cientos de tréboles de cuatros hojas que poco a poco comenzaron a caer al suelo, algunos siendo llevados por la brisa del viento de aquel lugar.

-"¡Meteora! ¡No es justo que solo te diviertas tú! ¡Yo también quiero intentarlo!"

-"Por supuesto prima. Aquí tienes."

La princesa de Mewni le entrega el guantelete a Comet, el objeto al instante de pasar de una mano a otra brilla un poco cambiando su forma. Cuando la luz se apagó se reveló un elegante bastón de madera roja de poco más de un metro de altura, la cabeza del bastón tenía el diseño de un ojo de metal plateado grabado en la madera su forma se encorvaba levemente imitando la forma de un anzuelo invertido, similar a la que se ve en algunos paraguas; por otra parte la punta que apoyaba el bastón al suelo no era de madera, sino de un metal dorado con un diseño algo puntiagudo pero sin llegar a ser realmente peligroso. La princesa del Inframundo se emociona mucho y maniobra su bastón, lo movía de tal forma que este giraba en círculos mientras hacía movimientos elegantes y refinados dignos de una dama de alta cuna; no era la primera vez que Meteora le dejaba jugar con la varita, sin embargo le emocionaba tanto como aquella primera vez, tanto que incluso a veces le resultaba difícil desprenderse de tal objeto que para colmo le resultaba bastante cómodo y practico, de hecho había considerado comenzar a usar bastones similares, solo que aún no había encontrado uno con un diseño que le guste como tal en las tiendas por lo que encargó que le hicieran uno personalizado según sus indicaciones, aun debía esperar a que se encontrara terminado el trabajo.

-"¡Jajaja! ¡Lluvia de Albóndigas!"

De repente tras unas pequeñas chispas producidas por la punta del bastón que golpeó el suelo, comenzó a caer del cielo sobre sus cabezas en un radio de un par de metros a su alrededor, una pequeña cantidad de albóndigas de carne; Meteora se veía emocionada por aquello y tanto ella como su prima comenzaron a jugar a atrapar la carne con sus bocas y a comer con bastantes ganas hasta que por fin la lluvia se detuvo.