Unión Forzada || OMEGAVERSE LUZUPLAY ||

Sexagésima Novena Luna

ෆ ¡Largo! ෆ

Narrador Omnisciente:

El territorio y la manada de Luzu estaba en paz, Luzu estaba planeando ir a buscar a su Beta para tener esa plática, el Alfa estaba dispuesto a escucharlo hasta el final y si así lo quería darle un consejo a su amigo, pedo el territorio tenía otras intenciones.

Cuando el castaño estaba subiendo las escaleras para ir a la habitación del Beta de lentes, cuando de pronto toda la casa comenzó a sacudirse, se trataba de un gran temblor, el cual comenzó a tirar aquellas casas que estaban fuera, las pocas que habían resistido cuando Luzu tomo el mando.

Fue en este temblor que Juan tuvo un momento de lucidez, llamando y buscando a Ari para salir juntos de casa para estar a salvo, mientras que el Alfa quiso salir corriendo a buscar al Omega y el par de betas que lo acompañaban, pero cuando comenzó a bajar a las celdas se topó con tres lobos, se trataba de Auron, Biyin y Deqiuv, quienes habían cambiado a su piel de lobo para salir de ese lugar.

Una vez todos salieron de casa notaron como a fuera las pequeñas casas se habían caído, la casa principal a penas había aguantado el temblor.

Cuando aquel movimiento telúrico termino, un gran silenció reino el lugar, el cual fue roto cuando escucharon los pasos de Nia y Ocho, ese par estaban patrullando cuando el temblor paso.

Sin embargo que el temblor se detuviera no quiso decir que los problemas terminaban ahí, pues cuando Auron quiso cambiar a su piel humana escucho una voz grave y profunda que ya habia escuchado antes.

"¡Lárgate!"

Esa no era una petición, sino una orden la cual estaba gritando pero ¿A quién? Auron se movió un poco pero ahora el que temblaba era él, se habría caído si no fuera por qué Luzu lo tomó en brazos evitandolo.

–Auron .... –Murmuro.

Sin embargo su voz fue apagada por la voz desesperada de Ari, quien comenzó a gritar el nombre de su esposo, cuando todos voltearon, Ari tenía entre brazos al beta de lentes, quien estaba inconsciente.

–¡Juan!

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Mientras tanto en la manada de Pol:

Ya había pasado un par de días desde que Luzu y sus lobos se fueron del territorio, las cosas en aquella manada no habían cambiado, por más sorprendente que sonará, el Alfa Pol, el Alfa Perxita y el Alfa Karchez estaban manejando muy bien la situación, poco a poco le ganaban terreno a los lobos sombra, todo gracias a las hojas de los árboles que el territorio les brindo.

Pero eso no significaba que la ausencia de Luzu y sus lobos no los afectaban, claro que se las estaban arreglando lo mejor que podían, pero habían áreas en las que se notaba que faltaba algo de ayuda, por ejemplo el área de la enfermería, Violeta y Mayichi se las arreglaban cómo podían pero había veces que la enfermeria se llenaba tanto que la presencia de una tercera mano no les caía mal.

Justo en ese momento, la enfermería estaba a tope, necesitando aquella ayuda para suministrar o preparar las medicinas y en este caso el pobre lobo que cayó en la enfermería para ayudar fue cierto Alfa peliblanco y ojos bicolor.

Karchez solo pasaba por la enfermería para darle un mensaje a uno de sus lobos que estaba ahí, pero para su mala suerte, la Omega castaña lo vio desocupado y le pidió ayuda, el Alfa no se pudo negar, aceptando todo trabajo que la chica le daba, desde revisar quien ya había recibido la medicina, hasta prepararlas.

Justo cuando la demanda bajaba, Karchez terminaba su último trabajo, al lado de cierta otra Omega rubia, Mayichi, aunque ninguno estaba cruzando palabras o miradas.

–¡Alfa Karchez! Llegó un mensaje del territorio –Comento Zorman, entrando a la enfermería con una carta.

Karchez tomo la carta y comenzó a leerla, en ella su madre preguntaba cómo estaban las cosas en el territorio de Pol, si es que ya se habían echo cargo de la amenaza y cuando volvería.

El Alfa se quedó callado un momento, pensando en que decir, tras guardar la carta en el sobre se la devolvió al científico.

–Escribe una respuesta, dile a mi madre que la situación no ha mejorado en nada y que la infección de los lobos sombra es cada vez peor, que no hay cura y tardaremos más.

Zorman miro a su Alfa con atención, tras analizarlo captó las intenciones del peliblanco, sonrió y accedió ante las órdenes del chico para después irse dejándolo solo con la Omega nuevamente.

–¿Vas a mentirle a tu madre?

Karchez no la miro pero si contesto –Es una mentira blanca, es mejor ocultar la información por ahora, ustedes lo dijeron, hay un traidor en mi territorio.

Mayichi alzó una ceja –Tu madre no es la traidora.

El Alfa sacudió la cabeza –Ya lo sé, pero eso no quita que aún no sabemos quién es el traidor, no sabemos si tiene un puesto alto, si siempre está cerca o si tiene acceso a estas cartas y mensajes ¿Qué pasaría si llega a enterarse de que tenemos una cura?

La Omega rubia le dio media sonrisa mientras continuaba su trabajo –Estoy segura de que la traidora ya sabe que tenemos una cura y que estamos exterminando a sus lobos.

–Es probable que si lo sepa, lo que no sabe es de dónde viene la medicina o como se prepara, si lo supiera ya habría venido a atacar tus árboles.

Hubo un momento de silencio en donde Mayichi finalmente miro al Alfa con atención, cabellos plateados, ojos de bicolor y un aroma propio de un Alfa dominante.

–Te pareces tanto a tu madre –Dijo sin querer, pues aquellas palabras se escaparon de su boca.

Karchez alzó la mirada algo sorprendido, mirando a la Omega –Yo... ¿Conoces a mi madre?

Mayichi abrió los ojos con sorpresa para después bajar la cabeza algo avergonzada, nuevamente hubo silencio, Karchez pensó que la Omega no quería hablar del tema, tal vez tampoco le caía bien su madre, pero la voz de la rubia nuevamente se escuchó.

–La conocí cuando éramos jóvenes, ella era como tú, siempre tranquila, tomando las decisiones correctas, su lobo siempre tenía el deseo de liderar y ella compartía la meta, lo notabas a simple vista, ella siempre imponía cada que la tenías de frente aunque de alguna manera conservaba su lado dulce.

Mayichi hablaba de la Alfa Cristina con cierto cariño y anhelo, la Omega odiaba a todos los Alfas que se le cruzaban a excepción de un par de ellos y entre esos Alfas se encontraba Cristina.

Sin embargo el cariño que tenía en los ojos desapareció cuando recordó ciertas palabras que hicieron que su corazón doliera "Mayichi, me convertiré en Alfa de la manada... Pero tendré que casarme" La rubia sacudió la cabeza y volvió a la realidad.

–Pero eso fue hace mucho tiempo, después de que se convirtiera en la Alfa, nosotras perdimos el contacto.

Karchez suspiro y formó una leve sonrisa –Entonces creo que mamá no ha cambiado en nada, un día de estos deberías ir a la manada, seguro que le da gusto verte ahí.

Mayichi solo forzó una sonrisa –Eso me encantaría –Murmuro.