Parte 13

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Temía abrir los ojos pero estos se abrieron por si solos una vez que la luz cegaba. Me senté en el lugar, la habitación completamente blanca y radiante juntándose con el olor embriagante del alcohol.

Nuevamente me encontraba en aquel hospital.

Seguía con mi vestimenta, y sin pensarlo dos veces me puse de pie, la sensación de frío me hizo dar cuenta que estaba descalza, pero no me importo en lo absoluto, solo pensaba en una cosa y era encontrar a Alice y salir de aquí, de este hospital, y lo antes posible de esta ciudad.

Salí de la habitación inspeccionando que nadie se encontrara en los pasillos, me dispuse a correr encontrando la habitación de mi amiga, y no pensaba detenerme hasta que llegara pero mis pies se detuvieron por si solos al apreciar aquel cuerpo al final del pasillo, temblé al observarla.

Mi madre estaba allí, observándome con su ceño detenido, su tez blanca, y cada centímetro de su cuerpo se encontraba temblando.

Ella se acerco a paso lento a mi y trague saliva cuando nos enfrentamos, sus ojos estaban rojos, su labio inferior temblaba y me observaba con terror.

—Debes detener todo esto...

Me asuste ante sus palabras y el asombro me invadió, había pasando demasiados años desde que no escuchaba su voz tan clara.

—No entiendo de lo que hablas mamá...

—¡Debes detenerlo, Lara!—exclamo—. ¡Deja de hacerlo!—grito esta vez.

Fruncí el ceño confundida.

—M-mamá...no lo entiendo...

Quería abrazarla, y quería que ella me dijera al oído que todo estaba bien, que su muerte era falsa y ella se encontraba conmigo para protegerme.

—¡Estas arruinándolo todo! ¡lo estas destruyendo!—grito eufórica.

—¡Tu estas muerta! ¡ya basta!. Yo no tuve la culpa, mamá... yo te extraño...

—¡Eres un maldito demonio! 

Negué ante sus palabras, sollozando, nada de lo que decía era verdad, o era lo que quería creer. Ella comenzó a alejarse de mi, retrocediendo, negué cuando giro su cuerpo y corrió lejos de mi.

Fui detrás de ella, pero a cada paso que yo daba eran dos que ella tenia de ventaja. Intente controlar mis pisadas, pero me fue imposible no resbalar y caer en el piso cuando ella doblo en una esquina.

Fue allí cuando oí un sollozo, gire mi cabeza observando el interior de la habitación, en una camilla a lo lejos su cabello castaño llamo mi atención.

Me pare inmediatamente de mi lugar y respirando profundamente camine al centro de aquella habitación,  reconocí el cuerpo de Alice en la camilla aunque me era imposible visualizar su rostro, el mismo se encontraba cubierto por ambas de sus manos, sus sollozos se escuchaban en cada rincón. Me acerque a la castaña a paso lento, ella ni siquiera se percato de mi presencia, pues estaba sumisa en su llanto.

Observe lo delgada que estaba, y el sonido de las maquinas conectadas a su cuerpo, el cardiograma sonaba en toda la habitación,  las pulsaciones de su corazón eran alteradas. Trate de tranquilizarla poniendo mi mano sobre su hombro.

—Alice...—susurre.

La castaña instantáneamente aparto sus manos, su vista se dirigió hacia mi, su tez estaba pálida, sus ojos rojos, su rostro empapado. 

Al visualizarme su labio comenzó a temblar y sus párpados se abrieron mas de lo normal, fruncí el ceño ante su—ahora—radical cambio.

—E-eres tu— tartamudeo.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora