XII

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Y también dedicado a; Familia de Vampiros. Se les quiere xx

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Observe a mis padres, quienes descansaban en eL sillón comiendo palomitas, y esperándome para sumarme con ellos a ver la película. Me acerque, y ambos hicieron un lugar para darme espacio entre medio.

—Te estábamos esperando, cariño—exclamo mi madre sonriendo.

Le devolví el gesto, y asentí mientras me sentaba a un lado suyo, tome un puño de palomitas que el mayor me alcanzo y luego suspire recostándome al sofá. 

Había pasado una semana del día de Halloween, había tenido demasiadas oportunidades para contarles a ellos los problemas que tuve en la fiesta, de como Danny y Tim colocaron los pasamontañas en sus rostros, del mal rato que pase, y también de la ayuda que recibí de Thomas. Pero no se los conté. Lo encontraba innecesario, y mas si sabía que tal vez, luego de decirlo, se pondrían mas paranoicos de lo que estaban.

O tal vez no mi padre, pero podía apostar todo lo que tenía que mi madre volvería al punto inicial de su control hacía mi.

—Lo se— sisee—. Estuve ordenando mi habitación.

La mayor asintió.— ¿Ya te has bañado?

Negué.— Pensé hacerlo luego de ver la película.

Ella volvió a asentir y recoloco un mechón de cabello detrás de mi oreja.

—Te he planchado el pijama hoy— bramo—. Esta limpio sobre tu cama.

—Lo se— respondí de inmediato—. Gracias, mamá.

—No hay de que, amor— murmuro.

Me recosté en su hombro a medida que mi padre colocaba la película en el DVD, era de humor, así que me deje llevar por las risas de los mayores y sus comentarios de vez en cuando. Pero no podía concentrarme, mi cabeza no dejaba de procesar en si en verdad había hecho un gran trabajo ignorando a Lauren ayer.

Había tenido una sección con ella, como todos los viernes, me había recostado en el sillón y ella me animo que le contara todo lo que ocurrió en la noche del sábado, pero una vez más—así como también la había esquivado con mis padres— no le nombre en lo absoluto que había pasado en el laberinto. 

Sentí que si le volvía a relatar mis miedos, podía retroceder mas pasos, y no me permitiría volver a comenzar del inicio.

Ella me había sonreído encantada, por la plática que mantuvimos, en la cual me la pase hablando de Thomas, y de lo cortés que había sido conmigo, a ella le dio mucho gusto que me pudiera integrar con el, pero su última y típica pregunta recayó en mi cuando me pare del sillón y ya era la hora de irme.

—Lara— me había llamado—. ¿No tienes nada mas que quieras contarme?

Me sentí algo paranoica, pensando que tal vez ella sabía lo que había ocurrido y que estaba mintiendo.  Pero luego suspire aliviada, era imposible que supiera, y después de todo, ella siempre hacía esa pregunta antes que me fuera de la sala.

—No— había susurrado—. Todo está bien.

Pero trate de apartar esos pensamientos, diciéndome y conformándome a mi misma que estaba en lo correcto.  

Suspire acomodándome mas en el brazo de la mayor, di un rápido vistazo a su rostro, estaba sonriendo y sus ojos levemente aguosos debido a cuando reía. Mi padre estaba igual, solo que trataba de disimularlo, aunque por el brillo del televisor, podía tener una perfecta visión de su semblante.

Al parecer ellos si que estaban disfrutando de la película, me enfoque nuevamente en la pantalla del televisor cuando este pareció bajar de brillo. Pero no era eso, sino que ahora se encontraban pasando los créditos.

—¿Te ha gustado, cariño?— pregunto mi padre, me gire hacía el y asentí con una media sonrisa—. ¿Cuál ha sido tu parte favorita?

Balbucee unos segundos, y luego aclare mi garganta.— La... de los créditos— sisee.

A el pareció gustarle, o tal vez una respuesta muy ilógica, pero el rió y sujeto su estomago. Fruncí el ceño, escuchando su risa, sin entenerla del todo, pero me uní, sus carcajadas eran demasiado contagiosas.

—Peter, eso no fue gracioso— dijo madre, y los dos rodamos los ojos—. ¡Hey, que los he visto!

Mi padre observo a la mayor, y volvió a rodarlos, reí mirando a ambos. Mi madre lo observo unos momentos apretando sus labios para no reír, pero luego se nos sumo, y allí permanecimos unos minutos, hasta que fue momento de levantarme del sillón.

—Ya es tarde— clame mientras bostezaba—. Será mejor que me vaya a bañar.

—Si, luego cuando estés en la cama, iremos a desearte buenas noches— dijo mi padre y asentí.

Dentro de mi, quería decirle a ambos que no necesitaba esos saludos, y que ya no era una niña. ¿Pero a quien engañaba?, la parte favorita del día, era cuando tenía esos momentos con ambos, así que volví a asentir mientras me disponía a subir las escaleras.

Luego de tomar el pijama, camine hacía el pasillo para adentrarme al baño.

Me despoje de mis prendas, y luego de corroborar el agua de la ducha, me adentre a ella, suspirando con alivio cuando el líquido comenzó a caer sobre mi cuerpo.

Una sonrisa se colaba en mis labios inconsciente. Mañana era domingo y al fin podía juntarme con Thomas en el parque. No había visto al rubio en todo lo que iba la semana, ya que él había tenido que rendir algunos exámenes, pero por lo que había podido entender—que mi madre comento—los había aprobado.

Para celebrar quedamos en vernos el domingo, y las horas ya estaban en cuenta regresiva.

Moví mis hombros dejando una mayor accesibilidad al agua, mientras cerraba mis ojos, y al adentrarme mas tuve una horrible sensación.

Unos flashes recorrieron por mi mente, tan rápido que me note sorprendida.

Me aparte de inmediato del agua, sintiendo como mi corazón se había alterado, y mi respiración se noto algo anormal, suspire en lo alto recostada al marmol, observando como el agua fluía hasta llegar al pequeño agujero en el centro de la ducha. 

Respire en lo alto negando a medida que llevaba ambas de mis manos a mi rostro. 

Cerré mis ojos una vez mas, tratando de recordar nuevamente la escena, pero todo se volvió borroso.

Solo podía observar agua.


Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora