Sh...Es un secreto.

I (Parte 2)

Ellos quedaron observándome, una sonrisa se desprendió en su rostro. Peter capto mi figura logrando que me sobresaltara, quería alejarme, no quería estar junto a ninguno de los ellos, pero era imposible, mi cuerpo no reaccionaba.

Estaban vivos, ellos estaban allí, y eso me hacía querer gritar, pero me contuve, podía sentir mi garganta desgarrarse por el nudo que crecía.

Peter llevo sus manos a su rostro sonriendo y aquello me asusto, no había vuelto a ver su sonrisa desde hacía años. 

Parecía sorprendido, ambos lo estaban, pero no mas que yo.

Se acerco lentamente, no quería que se acercara, no quería tenerlo cerca, no quería sentir su presencia, pero el ignoro mis gestos de disgusto y cuando menos quise creerlo ya se encontraba a un costado de la camilla.

Su aspecto no era como recordaba, su barba estaba afeitada y una sonrisa remarcaba un gesto amable con el hoyuelo que se hacía notar en su mejilla, su atuendo estaba reluciente, no como recordaba sus viejas prendas manchadas en cerveza barata, y de el emanaba un rico olor a colonia remplazando el de cualquier bebida alcohólica.

Su mano hizo contacto con la mía, y la apretó fuerte, aquello hizo que una corriente eléctrica recorriera mi cuerpo. No era el mismo tacto cuando sentía su mano impactar en mi mejilla, ahora era suave y delicado.

—Mi pequeña ha despertado—susurro y observe las lágrimas que bajaban por sus mejillas—, ha despertado— repitió y otra vez.

Su voz me hizo temblar, hacía años no escuchaba esta tan clara. No pude contestar, ya sea por mi garganta o por la sorpresa de ver a ambos... vivos.

—No puedo creerlo, no, no puede ser real— murmuro ella desde la pared, mi madre no dejaba de sollozar con una sonrisa.

—Ven Madeline, acércate— siseo Peter.

No aparte mi vista de ella quien apretó sus labios controlando los temblores de su inferior, Peter me observo una vez mas, y luego a regañadientes soltó mi mano.

Se acerco a paso lento hacía mi madre, Madeline, casi había olvidado su nombre, visualice su atuendo, aquel vestido sucio había sido remplazado por un pantalón de vestir negro y una chaqueta formal, su pelo estaba bien recogido en un moño y su rostro con un ligero toque de maquillaje.

—Vamos, Madeline, ella quiere verte— musito Peter extendiendo su brazo y la mujer aparto las lágrimas de sus mejillas, segundos mas tarde se encontraba de pie—. Vamos, cariño, ya no lloremos que la estamos asustando.

Ella dejo escapar algunos sollozos seguido de unos leves asentimientos, Peter sonrió y limpio sus lágrimas para luego envolverla en sus brazos. 

Trague saliva esperando que el abrazo terminara rápido, solo duro algunos segundos, ya había olvidado la última vez que ambos tuvieran al menos una muestra de afecto.

—Debes llamar a las enfermeras de inmediato— ordeno ella y Peter asintió.

Su voz era firme, y aunque su labio inferior seguía temblando no se veía asustada en hablar, todo lo contrario, se veía y escuchaba fuerte.

—Oh, por Dios, no me lo puedo creer— bramo Peter largando una risa nerviosa y luego corrió a la salida.

Ella se quedo, no quería dejar de mirarla pero mis párpados comenzaban a pesar una vez más.

—Oh, lindura, mantente despierta hasta que venga el médico— clamo tomando mi mano—. Vamos, tu puedes— incitó y aquel apoyo logro que pudiera mantener mis ojos abiertos—. No sabes lo feliz que estoy, cariño— murmuro a medida que las lágrimas comenzaron a salir—. Te he extrañado tanto, linda.

Apreté mis labios para contener el nudo en mi garganta al volver a oír su voz, y ella al percatarse de ello corrió sus lágrimas.

—Lo siento— balbuceo—. No debo armar tanto drama en tu cabeza, es difícil para ti aún.

Quería gritarle que me explicara que ocurría, quería saber que era lo difícil, que me dijera que hacía acá y quien era ella en realidad.

Pero aquella preguntas podían esperar.

—Mamá...— sisee y ella apretó mas mi mano.

—Tranquila, cariño. Estas muy débil, no puedes hablar aún...

Pero sus palabras no me importaron.— ¿Estás bien?— cuestione y luego respire, acto que dolió debido a los tubos.

Ella me sonrió, extendió su mano hacía mi mejilla... su tacto, la yema de sus dedos pasando por mi reseca piel, había echado tanto de menos sus caricias.

—Estoy muy bien, amor.

Escuche unas pisadas rápidas venir y mi corazón se acelero con miedo. Pero todo paso rápidamente, observe como algunas enfermeras y un médico entraban a la habitación con sus ojos completamente abiertos y sonrisas resplandecientes.

—¡Enhorabuena!— exclamo—. Estoy muy sorprendido. Bienvenida Lara— finalizo una vez al costado de mi camilla.

Trague saliva sintiéndome cohibida ante todas las miradas.

—¿Hace cuanto ha despertado?— cuestionó a mis padres, y Peter llevo la mirada a la mujer.

—Hace unos cinco minutos como mucho— clamo y el médico asintió anotando en una planilla—. Será mejor que le haremos un chequeo general, podrían esperar afuera.

El temor se presento en mi y apreté fuerte la mano de la mujer logrando que ella me sonriera.

—Tranquila, cariño, estas en buenas manos, no tardaran mucho... estaremos en casa muy pronto los tres juntos.

¿En casa? quise preguntar. ¿A que casa se refería?

—No— murmure y ella acarició mi palma, bajando a la altura de mi rostro y besando mi frente.

—Regresare pronto, mi vida— musito y aparto su mano.

Y ella junto a Peter abandonaron la habitación. 

—Bien, Lara, ¿Podrías mover los dedos de tus pies y manos?— cuestiono el médico, y lo hice, ganándome una sonrisa de su parte—. Creo que no hay ningún problema con tu sistema nervioso, pero para estar mas seguros hay que realizar algunas placas y muestras de sangre.

Logre asentir apenas, intente mantener mis párpados abiertos, pero estos cada vez pesaban mas, y no tenía a mi madre quien me animara para no cerrarlos, y ninguno allí tenia intensiones de animarme para que me mantuviera consiente. 

Mis ojos se cerraron escuchando la charla que dos enfermeras tenían con el médico, sus voces se escucharon muy lejanas.

"Tenemos que controlar sus signos vitales"

"Es un milagro que haya despertado, estábamos considerandos desconectarla..."

"No todo el mundo despierta de dos años de coma"