Parte 2

121K 9.8K 3K
                                    

Deje la bicicleta en uno de los costados de la casa y entre en ella, faltaba muy poco para que el sol se ocultará y sabía que debía hablar con él.

No faltaba mucho para que el viernes llegase, pero hoy evitaría el tema, o trataría.

Cerré la puerta de madera lentamente y escuché al instante como los platos se estrellaban en la cocina.

Peter.

Visualicé a mi madre retorcida en el sillón inclinándose de atrás para delante tapando sus orejas, una escena muy perturbadora.

Los gritos de aquel monstruo no tardaron en llegar.

—¡Lara! ¡Ven aquí ahora mismo!— gritó y temblé.

No se tenía que ser un genio para saber que se encontraba ebrio.

Lo detestaba tanto.

Sus pasos se hicieron notar y apareció en el marco de la cocina tambaleándose.

—¿Cuántas veces te dije que no salgas sin mi permiso? —su voz era torpe y rasposa —. ¿Cuántas veces te repetí que hicieras la comida cuando llegara?—su mandíbula se tensaba—. ¿Cuántas veces te dije que no te vistas con esa ropa?—en cada pregunta avanzaba un paso, y era un paso que yo retrocedía.

Odiaba ser tan débil, no había cambiado, lo noté cuando las lágrimas invadieron mi rostro.

Retrocedí hasta que mi cuerpo impacto con la fría pared y Peter ya estaba frente a mí. Con una bofetada hizo que cayera al piso, quedé boca abajo sin siquiera quejarme, era increíble como me había adaptado a sus abusos. Tomo mi cabello y me arrastró al sofá que estaba mi madre, vi por el rabillo del ojo como tomaba del brazo bruscamente a la mujer y la tiraba al suelo.

Rápidamente me colocó a lo largo del sofá, mis lágrimas no dejaban de salir.

Visualicé como se sacaba su cinto, nada nuevo ¿cintasos?, ya estaba acostumbrada a eso, pero mi cara esparció terror cuando comenzó a bajar sus pantalones.

—¿¡Qué estás haciendo?!—grité con miedo cuando se colocó sobre mi y comenzó a rasgar mi remera.

Comencé a patalear y llorisquear cuando beso mi cuello

—Vamos a divertirnos un poco, hijita—dijo mientras bajaba su mano a mis pechos y cuando comenzó a tocar estos, pero se detuvo en cuanto le escupí el rostro.

Grave error.

Recibí unas cuantas bofetadas, grite tratando de detenerlo, pero había tomado mis manos con una de las suyas. Mientras que con la otra bajaba a mi pelvis y sus dedos llegaban a tocar mi monte de Venus sobre la tela de mis bragas. Mordí mi labio inferior hasta sentir el gusto metálico de la sangre salir de ellos. 

Entre el asco y los nervios activados a causa de sus actos, mi vista paso al jarrón encima de la mesilla. Liberé una de mis manos cuando se distrajo y tome el jarrón,  lo sujete con todas mis fuerzas para luego romperlo en mil pedazos en su cabeza.

Peter comenzó a gritar al instante y rodó por el piso hasta quedar boca abajo sosteniéndose el lugar golpeado.

Me pare aún temblando, mi ropa estaba rasgada y mis piernas flaqueaban. De igual manera sabía que no tenía tiempo, comencé a correr hacia la salida, pensé muchas veces en llevarme a mi madre, pues, ella tendría que pagar todo cuando atravesara la puerta, aunque mis pensamientos fueron acortados cuando Peter subió la mirada y esta chocó con la mía, inmediatamente se puso de pie.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora