XV

22.7K 2K 886
                                    

El gesto de Thomas permaneció igual, solo que ahora su ceja estaba levemente arqueada, preguntándome con su mirada una justificación para mis actos. Simplemente seguí con mi negación, y me cruce de brazos.

—¿Que dices, Lara?— pregunto mientras se acercaba—. Hey, no te apartes, no voy a hacer nada.

Asentí y pare mi paso, al no percatarme que había retrocedido.

—Simplemente no quiero entrar en esos árboles, eso es todo— brame.

—Oh...— susurro mientras soltaba un suspiro, su vista giro observando los árboles, se mantuvo así unos largos segundos, para luego volver a enfocarse en mi—. No hay nada que temer, ¿recuerdas?, prometí protegerte. 

Su mano se extendió frente a mi, pero volví a apartarme, unas imágenes cruzaron en mi cabeza viendo su mano, los flashes pasaron tan rápido por mi mente, que no pude percatarme a que hacían referencia.

Volví a negar, y Thomas bufo, ahora colocando sus manos en cada uno de sus bolsillos delanteros.

—Tengo un lugar especial para mostrarte— musito encogiéndose de hombros—. Pero si quieres irte a casa, o no entrar es decisión tuya.

—Thomas...— comencé humedeciendo mis labios, pero en el momento de hablar mi garganta se seco.

—¿Que piensas?— cuestiono frunciendo el ceño—. ¿Piensas que te puedo hacer daño? ¿En verdad crees que te podría hacer daño, Lara?— pregunto haciendo un ademan. Balbucee unas palabras, pero no respondí—, tal vez tu silencio haya contestado mi pregunta— exclamo para luego pasar por un lado de mi.

—Thomas, sabes que no es eso— dije dando media vuelta, observando como el rubio rodeaba la camioneta.

Él paro y su vista recayó nuevamente sobre mi.

—¿Entonces que es?— cuestiono alzando un poco la voz—. No soy adivino, Lara. Ni tampoco puedo entrar a tu mente.

—Solamente... yo, uhm...— balbucee jugando con mis manos.

Comencé una batalla interna, no podía contarle a Thomas sobre la pesadilla, sabía que el no se alejaría, pero aún no tenía la eficacia completa si el seguiría apoyándome de la misma manera, y mi avance hubiera sido en vano, logrando que todos los pasos que había podido avanzar fueran inútiles 


Suspire, mi vista volvió una vez mas a los árboles, un leve escalofrió recorrió mi espalda, llevándome a rápidos dejavús, volví a ver al rubio, quien esperaba paciente una explicación.

Explicación que no tendría por el momento.

Termine asintiendo.— Vale— musite haciendo una seña con mi cabeza—. Confió en ti, Thomas.

—En verdad quiero saber lo que ocurre Lara.

Negué.— No tiene caso, ni siquiera tiene importancia, ¿podemos ya dejarlo?

Medito unos momentos, y al cabo de unos segundos, acompañado de un largo suspiro asintió con una leve sonrisa. Abrió la camioneta y saco de ella un farol, la lamparilla aún se encontraba apagada, y la manija estaba algo oxidada.

—Esta bien, es para poder alumbrar el camino— exclamo mientras se acercaba, me extendió su brazo, tarde unos segundos pero luego lo cogí, el sonrió ante el acto y luego caminamos hacía el sendero—. No tienes que temer de mi, Lara. No es como si fuera un maldito psicópata— susurro acompañado de una pequeña risa.

Trague saliva, pero no solté su brazo.

El sendero era estrecho, y la poca luz iba desapareciendo con los minutos, el sol se escondía en el final de la ciudad, así como también mi visión disminuía. Cuando Thomas se percato de ello, encendió el farol, dando mayor accesibilidad para poder ver el camino.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora