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Mi madre lucía muy contenta cuando nos encontrábamos en el carro yendo a la consulta con Lauren. La observe todo el camino esperando que me dijera que ocurría, aunque lo sabía a la perfección. Viro su cabeza captando mi mirada y una vez mas me enseño su perfecta dentadura.

—Papá me has contado que han pasado un día genial ayer— exclamo confirmando mis dudas—. Que bueno saber que se volvieron a hablar, eso me hace extremadamente feliz, hija.

Asentí, su sonrisa delataba su gran felicidad, hasta tal punto de ponerme un poco incómoda.

—Hemos pasado... un día agradable ayer— susurre jugando con mis manos—. Si... muy agradable— finalice y sonreí apenas.

—Es bueno que comiencen de cero, y tu que te hayas acercado a el, no sabes lo feliz que estaba cuando me lo ha contado, ¿tu también?—cuestiono, y esta vez no alejo la mirada de la carretera.

Quede pensando por unos momentos, llegando a la conclusión que si; si había disfrutado estar a su lado y que pudiéramos compartir momentos juntos, que lográramos formar nuevos lazos y que todo en su respectiva volviera a la normalidad.

Sonreí inconsciente recordando como después de algunas piezas en el piano, y luego que me incorporara ayudando a tocar, preparamos la comida juntos. Vaya sorpresa que se llevo mi madre al entrar a la cocina y observarnos a ambos hablar y reír.

Y hasta yo misma estaba sorprendida de mis actos, pero luchaba con mis demonios para que todo volviera a ser como antes.

—Si— murmure—. Lo he disfrutado— sisee y vire mi cabeza hacía la ventanilla.

—Que lástima que mañana tengas que salir con Thomas— bramo cuando faltaban unas simples cuadras para llegar a la casa de ladrillos.

Mi corazón comenzó a bombardear mas rápido al oír su exclamación, trate de controlarme y actuar normal, como si la situación no me afectara, pero sabía que no era así, ya que había estado toda la semana formando expectativas muy grandes, y contando los días para que el sábado por fin llegara, entre nervios, angustia y ansiedad por ver nuevamente al rubio.

—¿Por que lo dices?— pregunte frunciendo el ceño.

—El sábado tenía planeado ir juntas a dar un paseo, no lo se, tal vez a la playa, o al centro comercial— sugirió encogiéndose de hombros—. Tal vez podrías cancelarle a Thomas mañana... e iríamos juntas al cine.

—No le cancelare a Thomas— clame rápidamente.

Hasta yo misma llegue a sorprenderme del tono de mi exclamación, pero a su vez me pareció justo, no cancelaría algo que en verdad quería hacer por el solo hecho de que a ella comenzara a molestarse, y ya había dejado de ser la bebé para que me obligara a abandonar los derechos que me pertenecían. 

A pesar de todo ella entendió, y guardo silencio hasta que entre en la consulta con Lauren.

—Pero esto es un avance muy rápido— exclamo la mujer posando sus codos sobre la mesa y su rostro entre sus manos—. ¿Y a que se debe todo esto, Lara?, parece que Thomas es muy gentil contigo, es una gran persona al ayudarte en este progreso que llevas a cabo.

Asentí y le sonreí.— El es muy... cortés. Es un gran...amigo.

Lauren me devolvió el gesto.— Amigos— murmuro desviando su mirada a la carpeta de arriba de su escritorio—. Espero que el sea paciente con tus tratamientos, pero sin duda alguna, estas progresando muy rápido. Y la salida de este sábado logrará que conozcan a nuevas personas.

Apreté mis labios no muy convencida con su exclamación, algo incómoda por la idea de imaginar a todas las personas que irían a la fiesta. Pero automáticamente el miedo se desvanecía cuando el rostro de Thomas aparecía en mi mente, sabía perfectamente que el no dejaría que algo malo me pasara.

—He hablado con mi padre ayer— susurre—. Hemos tocado el piano juntos...

Apartó todos los papeles que se encontraba observando, y me miro con un gesto de sorpresa, para luego sonreír.

—¿Es cierto eso?— cuestiono y asentí—. Sin duda es un progreso muy grande, si tomamos la cuestión de lo nerviosa que te encontrabas por tu sueño. Pero es bueno que vuelva el contacto con tu padre, hasta donde yo he hablado con el, el solo quiere tu mejora y ayudarte, que bueno que hayas podido vencer tu miedo y progresar.

—Gracias...— murmure.

Ella volvió a sonreírme y luego escribió unas cuantas palabras en la libreta, objeto que jamas había podido ver en ningún momento, ya que siempre lo mantenía alejado de mi alcance.

—Entonces, ¿no ha sucedido nada fuera de lo normal en este tiempo?— pregunte.

Trague saliva y baje la mirada unos momentos, mi lengua picaba en querer decirle cuando observe a Alice en la tienda, pero algo me recordaba que no era buena idea decirlo en ese momento.

Así que calle y negué.

—No, todo normal— murmure y ella asintió.


Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora