XIII (Parte 1)

19.9K 1.9K 253
                                    

El sábado por la mañana, mamá necesitaba hacer unas compras para comenzar nuevamente con su trabajo, nuevas prendas y calzado. En dos meses comenzaría nuevamente las clases, y para ello había tenido una pequeña discusión con la mayor, junto con mi padre; que en las horas que yo volvía al estudio, ella podía comenzar a trabajar.

Se había resistido al principio; poniendo siempre la escusa, de que quería ayudarme y no quería dejarme sola, que tal vez la necesitaría y no estuviera para darme una mano. Sin embargo al cabo de unas horas termino accediendo.

Así que cuando me plato la idea de ir al centro comercial accedí, después de todo yo también tenía una compra pendiente.

—¿Thomas vendrá por ti en la tarde?

—Si— musite mientras acomodaba mi cabello.

—¿Te agrada?— cuestiono y asentí.

—Es un gran... amigo—dije encogiéndome de hombros—. Es bueno que todo haya vuelto a la normalidad.

La mayor asintió, su vista no se despego de la carretera en ningún momento, no agrego nada mas, así que decidí virar mi cabeza y disfrutar del camino hasta llegar al centro comercial. 

El día estaba despejado, el sol radiaba, pero se podía disfrutar por la agradaba brisa. Una vez estacionado el coche, quite el seguro y me baje primero, mi madre pareció molesta por ello, ya que pude escuchar un bufido de su parte. Rodee el automóvil esperando que bajara, y así lo hizo momento después.

Extendió su mano, pero negué.

—No la necesito— dije y ella apretó sus labios.

—Me alegro por tu avance— confeso con unas sonrisa—. Pero te estas tomando el tema de la independencia muy a la ligera, Lara.

—Te equivocas— interrumpí de inmediato—. Lo estoy tomando como una chica de dieciocho años se lo puede tomar.

—Una chica de dieciocho años, que vive hace dos años atrás— dijo mientras tomaba su cartera.

Fruncí el ceño, y me acerque.

—¿Que quieres decir?—cuestione—. Al parecer estoy adaptándome a los cambios mas rápido que tu.

Oí un resoplido de su parte, para luego darse media vuelta y cerrar la puerta del carro, coloco su cartera en su hombro y luego camino hacía el centro comercial. Rodé los ojos y trote unos metros hasta llegar a su lado.

—No entiendo porque estas enfadada— clame—. No veo razón para que lo hagas y me controles, es mas, tendrías que estar feliz en que pueda avanzar, y no me este quedando en el tiempo, estoy tratando de progresar, pero no puedo hacerlo con tu control.

Ella no respondió, se limito a seguir caminando sin dirigirme la palabra, aquello logro que me frustrara.

Entramos al centro comercial, y caminamos por los pasillos en silencio, observe las prendas colgadas en perchas dentro de algunas tiendas. Trate de ignorar a la mayor en todo momento, y sentí una alivio cuando entro a una tienda y comenzó a probarse trajes. Me senté en uno de los sillones esperando a que saliera.

Estuvo dentro del probador unos veinte minutos, y con la única que discutía sobre las tallas y como lucía sus trajes, era con una de las empleadas.

Aún tenía que hacer mi única compra, así que me puse de pie y camine hacía ella, quien discutía por un color diferente de traje de los dos que tenía en sus manos.

—Mamá...—murmure, no llame su atención hasta la tercera vez que lo repetí, aunque sabía que aún se encontraba molesta por mi comportamiento me regalo una forzada sonrisa.

—¿Que sucede, cariño?

Humedecí mis labios y me crucé de brazos.— Necesito dinero...

Ella frunció el ceño.— Claro, espérame unos momentos sentada, que ahora iremos juntas a comprar lo que quieras.

Intente protestar, pero en el momento que volví a abrir mis labios, ella ya se había dado la vuelta y caminaba hacía el probador, la empleada me estudio de pies a cabeza y luego rodó los ojos. Arquee una ceja, volvió a darme una rápida mirada y se dirigió al probador, a esperar a la salida de mi madre.

Observe mis prendas. Al parecer la vestimenta que había escogido de mi armario, no le gustaba a nadie. 

Pero ya me estaba dando cuenta, que no me importaba en lo absoluto  lo que los demás llegaran a pensar.

Volví al sillón, malhumorada por el comportamiento de mi madre, su protección seguía presente y no podía hacer absolutamente nada. ¿Protestar?, ya lo había intentado hacía media hora y me había dado cuenta que no funciono. Sin duda tendría que hacer ver lo que hacía de otra forma.

—¿Vamos, cariño?— exclamo, mientras la veía salir del probador con algunas prendas.

No hice nada, solo me límite a caminar hacía donde estaba, y seguirla. Pagamos las prendas, ella intercambio algunas palabras con la vendedora, la cual le había dicho que estaba muy feliz que hubiera vuelto.

Sabía que lo decía por mi, aunque sus tonos de voces eran tan bajos, que apenas llegaba a escuchar que estaban diciendo.

—Necesito 15 dolares— dije cuando ya nos encontrábamos nuevamente en los pasillos.

—¿Que harás con ellos?

Contraje mis labios, para no bufar.— Necesito comprar un CD.

Ella asintió, llevando su vista hacía una tienda, y luego apuntándola.

—En esa tienda comprabas tus CD's— dijo mientras dejaba por unos momentos las bolsas en el suelo, y sacaba dinero de su cartera—. Si mal no lo recuerdo, tenías amigos allí— agrego a medida extendía algunos billetes.

Los tome y los guarde en mi bolsillo.

—¿Amigos?— cuestione arqueando una ceja.

—No recuerdo bien— bramo—. Pero, se que cuando veníamos aquí, siempre te comprabas CD's y los visitabas.

Asentí, tratando de recordar, pero ninguna escena venía a mi mente.

—Hey, cariño. Estaré viendo algunos calzados en la tienda del frente— dijo mientras señalaba—. Puedes quedarte el tiempo que quieras, ¿si?, te estaré esperando allí.

Volví a asentir, ella me sonrió, y luego de besar mi frente camino en dirección contraría a mi, observe como se adentraba a la tienda. Fue allí que suspire mientras comenzaba a caminar hacía la de CD's.

Habían muchos pasillos repletos de discos, vinilos y hasta algunas radios colocadas encima de todos los estantes, quede fascinada viendo como los discos estaban ordenados por orden alfabético, así que me fue muy fácil ir directo hacía la letra M.

—¿Puedo ayudarte con algo?

Me sobresalte dejando el CD en el mismo lugar, quede estática unos minutos, hasta que di media vuelta y enfrente al chico castaño.

Balbucee unas palabras, y luego lleve una de mis manos a mi boca.

No es real. No es real. No es real.

Quise correr, pero mis pies parecieron estar adheridos al suelo. Una sonrisa se extendió por sus labios, capte las pequeñas arrugas que se formaron en las orillas de sus ojos al hacerlo.

—¿Brad?— susurre.

—¡Lara!— grito.


Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora