Sh...Es un secreto.

XVI (Parte 1)

Lo siento si el cap es muy corto, o no actualizo. Pero solo hay una respuesta de tres palabras; (chan chan chan); Empece-las-clases (kill me please), lo siento, pero trataré de actualizar mas seguido, como mañana por ejemplo. <3

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La semana había pasado demasiado rápido, entre salidas con Thomas, toques de piano con mi padre, y charlas con mi madre. 

Ahora me encontraba con ella, estaba sentada tomando un café, mientras no dejaba de dictarme una y otra vez de lo preocupada que estaba a que saliera sola.

—¿En verdad no quieres que te acompañe?— clamo sentándose a mi lado.

Negué una y otra vez, ya había perdido la cuenta de cuantas veces me negué a su petición. Ella me observo apretando sus labios, y luego suspiro juntando sus manos sobre la mesa y suspirando con dificultad.

—No debes preocuparte— anime acariciando su mano—. Todo estará bien, mamá.

—¿Y si llamo a tu padre?, tal vez con el... te sientas mas segura que, uh... conmigo— susurro, su voz casi rota, tratando de aparentar que estaba bien.

Volví a negar, el mayor estaba trabajando, no podía molestarlo si sabía cuanto había costado poder convencerlo que todo estaría bien en esas ocho horas que no estuviera en casa con nosotras.

—No se trata de eso, mamá— musite bajo.

—Oh, claro que si, cariño— espeto a medida que se levantaba, y recogía el vaso sucio, se acerco al lavado y encendió el grifo, el sonido al agua hizo que por unos segundos mi cabeza doliera pero todo se paro en instantes cuando lo volvió a cerrar—. Has estado con el toda la semana— prosiguió mientras secaba sus manos—, podría enseñarte piano si quieres, también se tocar.

Suspire, y me crucé de brazos. Me encogí de hombros para no ser tan brusca, en todo el transcurso de la semana me había negado a salir a la tienda o al centro comercial con ella, no quería rechazarla, pero cuando mi padre no se encontraba en casa para tocar piano, siempre Thomas pasaba a recogerme.

Había visitado la casa del rubio, esta que quedaba a unas cuadras de la mía, y también el miércoles habíamos podido visitar la casa de vacaciones, Thomas puso unas películas en el televisor, mientras Susan cocinaba palomitas.

Sonreí inconsciente recordando cuando el había tirado el refresco en la alfombra.

—¿Lara?

—Uh, lo siento— me disculpe poniéndome de pie—. Estaba... simplemente p-

—Pensando, lo sé—afirmo mientras asentía, su cuerpo estaba apoyado en la mesada, y sus brazos cruzados a la altura de su pecho—. No quiero que evites nuestras conversaciones, puedes separar los espacios entre tus amistades y tus padres.

—Yo estoy bien con papá— dije rápidamente a la defensiva.

—Lamento informarte que no solo tienes un padre— protesto, su ceja se arqueo.

Me contuve en silencio unos instantes, mi mirada perdida, tratando de controlar las palabras que saldrían de mi boca, mordí mi lengua, no quería seguir con la conversación tan absurda.

Me acerque a la silla, en la cual estaba colgada mi campera y me la coloque enseguida, sentí sus ojos detrás de mi, pero no me gire hasta que abroche el abrigo. Le di una rápida mirada y camine a la salida de la cocina.

—Lara— exclamo, y pare, me contuve de espaldas—. No creo que puedas ir a ningún lugar sin mi permiso.

Una leve sonrisa recorrió mi semblante por unos instantes, pero rápidamente la contuve, me gire en mi eje, y observe nuevamente su cuerpo.