Parte 18

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—¡No quiero que estén con ella!

Me removí en mi lugar, abrí mis ojos y rápidamente me acomode, toque el frío y húmedo suelo, fruncí el ceño mirando a todas partes, buscando alguna luz que remplazara el rastro de la completa oscuridad.

Con ayuda de mis brazos y con la poca fuerza que aún poseía logre levantarme, mis piernas flaquearon pero con algo de esfuerzo logre mantener mi compostura, hice una mueca por la contractura de mi cuello y espalda, pero me negué a caer, me negué volver a empezar de cero, me negué a ser débil y me negué a derrochar otra lágrima.

Me sujete de la pared frente a mi anatomía, la toque sintiendo como esta se encontraba helada pudiendo captar el musgo adherido.

Mire a ambas partes buscando alguna señal de luz, cuando el segundo grito se aproximo.

—¡No quiero que me contestes!

Percibí el sonido al final de lo que suponía que era un pasillo, fije mi vista al lado superior derecho, comprobando que allí era de donde había provenían los gritos. Observe a mis espaldas, en el otro extremo, sintiendo una presencia.

Sin esperar a su aparición camine hacia el final del pasillo, con mas intensidad a medida que avanzaba. Cuando vi una luz, y a medida que me acercaba esta daba lugar a la luminosidad dejando atrás la penumbra.

En el momento que había llegado al final mi cuerpo choco con una puerta, toque la misma sintiendo la madera desgastada, apreté mis labios a medida que pegaba mi oreja al lugar y deslice mi mano hasta tocas el picaporte. 

El nerviosismo aumento una vez que los pasos a mis espaldas aumentaron, y con desesperación abrí la puerta y me adentre sin saber que se encontraba dentro, y la cerré a toda velocidad.

Controle mi respiración con mis párpados cerrados, aparte el cabello en mi rostro para luego abrir mis ojos. Conocí perfectamente el lugar, ese mismo en donde con tanta frecuencia visitaba, sentí un poco de nostalgia y las lágrimas amenazaron en salir.

—¡No tiene sentido lo que estas diciendo, Alice! ¡no lo tiene!

Me encontraba en la residencia de la familia Scott, escuchando los gritos que provenían del living. Fruncí el ceño a medida que me sujetaba a mis finas prendas y caminaba a paso lento hacia el lugar.

Me quede recostada en el marco de la puerta, observando la situación, mire a una pequeña Alice sentada junto a un Brad un poco mayor, mis ojos se abrieron visualizando a sus padres, los recordaba, ya que ellos habían fallecido en el accidente de tránsito cuando ambos hermanos tenían solamente ocho y diez años.

—¡No me alejare de ella! ¡Lara es mi mejor amiga!—grito Alice, la pequeña chica se encontraba de brazos cruzados frunciendo el ceño, cosa que era típico de ella cuando estaba enojada.

—Baja el volumen, Alice, que puede escucharte—murmuro su madre.

Observe a donde todos miraban, mi vista se desvío hasta la puerta de madera, donde era la habitación de mi mejor amiga, se encontraba entreabierta, pero todos ignoraron esto apartando la mirada, en cambio yo quede viendo unos segundos más, visualizando como una cabeza se asomaba. 

Una pequeña Lara se encontraba en la oscuridad, con lágrimas en sus ojos, sus labios apretados y su ceño fruncido, dándome a entender que también estaba enfadada.

—Lara esta durmiendo, ella no puede escucharnos—demando Brad rodando los ojos.

El mayor desacomoda su cabello impaciente para luego juntar sus brazos por detrás de su cuello y suspira en lo alto, llamando así la atención de sus dos hijos, y la mirada cansada de su esposa.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora