Sh...Es un secreto.

XVI (Parte 2)

Me mantuve observando por la ventana en todo el viaje, Martha seguía a un lado de mi chequeando una revista. El olor a gasolina inundaba mis fosas nasales, y una de las cosas que seguro estaba completamente de acuerdo hace también dos años atrás; es que odiaba los autobuses.

Pero resistí hasta que la mayor toco mi hombro, diciendo que ya me tenía que bajar.

Le di un último abrazo, y me despedí. Antes de bajar ella volvió a exclamar que fuera a visitarla, y con un último asentimiento camine hacía el frente del autobús.

Intente orientarme con ayuda de los carteles, di unas vueltas, controlando que todo estuviera en orden. Pero no lo estaba, no tenía ni la menor idea de donde me encontraba.

—¡Lara!— gritaron a mis espaldas. Me sobresalte pero gire, Alice y Brad se acercaban corriendo hacía mi—. Hey, que bueno volver a verte— musito ella envolviéndome con sus brazos, también lo hice mientras le sonreí a Brad.

—Hace un poco de frió— comentó el, no me dio tiempo de pensar en cuanto estaba sacando su gorra y me la pasaba, negué y el volvió a sonreír—. Estás temblando, vamos, yo estoy bien.

Apreté mis labios, pero de todas maneras asentí, el se acerco a mi, quedamos frente a frente, separados solamente por la altura que me llevaba. Coloco la gorra en mi cabeza, apartando unos cuantos mechones que estaban en mi rostro. Me sonrió y luego toco mi nariz, seguido de un pop.

Fruncí el ceño, desorientada, y Brad se disculpo mientras pude captar como sus mejillas se sonrojaban un poco.

—Vamos, el café nos espera— bramo Alice, envolvió su brazo con el mío. Y seguí sus indicaciones.

Una vez que llegamos, fue Brad el que pidió nuestras ordenes, el lugar estaba casi vació, así que decidimos sentarnos en los últimos lugares, para tener una conversación mas privada. Me senté junto a la ventana, y Alice frente a mi, logrando que nos separara la mesa. Ella me sonrió, y yo lo hice de vuelta.

—¿Como estás?— cuestiono, su ceja un poco arqueada.

Me encogí de hombros, y arrugue mi nariz.— En verdad, no lo sé.

Una risa salió de sus labios, y asintió.— Te entiendo, yo estoy igual. Solo que muy feliz por volver a verte, no sabes lo emocionada que estaba con que podamos hablar, Brad también lo estaba.

—¿Hablando de mi?

Vire mi cabeza, observando como el castaño se sentaba junto a mi, estaba cargando los tres cafés, le paso uno a Alice, quien le echo la lengua. Y luego a mi, tome el vaso entre mis dos manos, tratando de calentarlas. 

Observe la etiqueta; y como en ella estaba escrito mi nombre, seguido de un pequeño corazón.

Volví mi vista a Brad, pero la suya no choco con la mía, estaba concentrado revolviendo su bebida.

—Me he peleado con mamá hoy— comenté mientras daba un sorbo al café, ambos me miraron, sus ceños fruncidos me dieron a entender que prosiguiera—. No quería que viniera sola.

—Para ser sincera, creí que vendrías con ella— dijo Brad.

—También lo pensé— agrego de inmediato Alice—. Me ha sorprendido muchísimo verte sola por las calles, ella debe estar muy preocupada por ti, cariño.

Asentí, mientras humedecía mis labios. Era tan extraño verlos, una sensación de nostalgia y nervios inundo mi estomago, y trate de controlarme mientras bebía mas café. Era tan ilógico que ellos estuvieran allí, frente a mi, los tres hablando nuevamente. Era tan malditamente irreal que todo hubiera sido una pesadilla, y ellos ahora estuvieran allí, hablando y riendo, como antes.