IV

27K 2.2K 620
                                    

Mi madre inflaba globos y de vez en cuando me miraba haciendo muecas para que riera, pero no había podido complacerla, no luego que ella decidiera hacerme una pequeña fiesta de cumpleaños.

Suspire sentándome mejor en el sillón, y coloque mi cabeza sobre mis rodillas ya que estaban flexionadas contra mi pecho. La mayor no dejaba de correr de un lado a otro colocando globos, ordenando unas mesas, poniendo servilletas, refrescos, comida.

Apreté mis labios, sus movimientos lograban que me pusiera nerviosa.

—Lara— susurro y levante la mirada—. ¿Como se encuentra la cumpleañera?

Me encogí de hombros enseguida, y ella volvió a sonreírme, esperando una respuesta, carraspee cuando sentí mi garganta seca.

—Bien— mentí y ella volvió a lo suyo.

Estaba nerviosa por la aparición de todos mis familiares en la sala, de todas sus miradas observándome como si fuera un objeto de exposición, de sus charlas en susurros como si no estuviera enterada que hablaban de mi. 

Todo recaía en mi madre, veía su rostro cansado de quedarse conmigo hasta tarde en las noches esperando que durmiera, de su cariño al querer protegerme, sus cuidados... ella se estaba esforzando tanto para que volviera a la normalidad, que no podía fallarle.

Me sobresalte cuando sentí una mano en mi hombro y me pare de inmediato, tambalee con mis propios pies y caí al suelo.

—Oh, lo siento bebé, te he asustado— murmuro Peter tratando de acercarse pero retrocedí logrando que un pequeño bufido saliera de sus labios.

—Vamos, Lara—bramo mi madre acercándose—. Papá solo quiere ayudarte.

Quise gritarle que no era una niña para que me hablara de esa manera, que ya no era su bebé, y que hoy ya era mayor, pero nada salio de mi boca en esos momentos, estaba sumisa en la necesidad de escapar de Peter y que no volviera a tocarme en lo mas mínimo.

—Me asusta eso— exclamo—. Ella escapa de mi desde que llegamos al hospital.

—Sigue asustada, cariño— pronuncio mi madre a medida que me ayudaba a levantarme, y en cuanto me puse de pie corrí hacía las escaleras.

Me quede entre los barrotes escuchando su conversación, y supuse que ellos no se habían percatado que jamas llegue a mi habitación.

—Estoy cansado de esto— reprochó el mayor observando el techo.

—Ha estado muy nerviosa— siseo mi madre—. No puedes volver a colocar a alguien en su lugar rápidamente cuando estuvo dos años sin tener noción del tiempo.

Peter asintió pero su gesto no cambio, seguía muy disgustado.

—Bien—cedió—. ¿Y por que ella no corre de ti?

Trague saliva ante su pregunta, quise ir frente a el y contestarle todo lo que mi garganta guardaba, pero nada de eso había sido real, nada lo fue, y el no tenía noción de los conocimientos pasados que guardaba mi alma.

—No lo se—contesto de inmediato la mayor restando importancia al tema e inflaba otro globo.

—No entiendo, Madeline. Quiero ayudarla, no he tenido a mi hija en dos años, mi felicidad de saber que despertó se desvaneció— dijo y observe como mi madre contestaría pero el la corto—. No digo que no este feliz de que despertó, fue un milagro, es mi hija, obviamente estoy muy emocionado. Pero si ella no quiere acercarse a mi y prácticamente no me quiere... creo que todo vuelve como antes... todo sigue igual.

Mi madre no respondió, solo se limito a asentir y seguir con los preparativos de los llamativos globos y algunas serpentinas, me quede allí unos minutos mas esperando que siguieran hablando y mis dudas se aclararan, pero ellos no volvieron a pronunciar palabra alguna y una vez que vi a Peter salir de la cocina camine apresurada a mi habitación.

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora