Sh...Es un secreto.

Parte 17

El frío y húmedo viento que soplaba fuera de la casa azoto mi cuerpo, pero esto ultimo no me importo, después de todo lo que había ocurrido era lo menos que me preocupaba, abrace mi torso a medida que avanzaba hacia los espesos arboles del bosque, visualizando así los últimos rayos de sol que se ocultaban al final de la montaña.

Una vez que había entrado al bosque todo se volvió oscuro, la poca luz solar que aun quedaba desapareció como también el mínimo ruido que oía desde fuera.

Tenia que terminar con todo esto, y lo mejor para hacerlo era llegar al comienzo, al punto de inicio que todo había ocurrido.

Suspire en lo alto llegando por fin al centro del bosque, al que conocía perfectamente luego de tantos años de convivir. Ya no me sentía cómoda, la opresión crecía en mi pecho junto al miedo y lo único que quería era correr lejos y esconderme de la realidad.

Me estremecí al oír unos pasos detrás, me quede en mi lugar y sin bacilar di media vuelta, fruncí el ceño al captar aquel vestido blanco detrás de un gran roble, aparte mi sucio cabello lejos de mi campo de visión y camine hacia el lugar.

Los sollozos se oyeron a medida que avanzaba, llegando por fin, visualizando el vestido y las delgadas piernas de la niña acurrucada, sosteniéndolas hacia su pecho, observe como su espalda se contraía confirmando a la dueña de los sollozos.

Las ramas crujieron bajo mis pies, causando que ella se estremeciera y subiera rápidamente la mirada, dejando a la vista la piel pálida y reseca de sus mejillas, dándome la vista de sus lágrimas. 

Me observo por unos instantes para luego aferrarse mas a sus piernas.

—Vete de aquí...—balbuceo.

Era una voz tan idéntica a la mía.

Mis piernas reaccionaron por si solas, dejando a mi mente atónita ante mis actos, me arrodille en frente de ella observándola con terror. Queriendo despertar de la pesadilla, y sin aun aceptar que esta era la única realidad.

—¿Que ocurre? necesito que me lo digas...—murmure bajo, controlando que las lágrimas no salieran.

Pero ya no podía ser fuerte, después de tantos años luchando con ocultarme de la realidad, luego de tanto esfuerzo... ya estaba cansada y destrozada.

—Tu eres el problema... nosotras somos el problema—exclamo molesta ahora elevando la voz.

Negué sin creerlo, no quería pensar que yo era el problema, porque eso significaba quedarme estancada sin poder avanzar.

Estaba estancada en los problemas, y jamas conseguiría un final feliz de ellos.

—No lo entiendo, nosotras no lo somos...

—¡Claro que si!—grito—. Yo no quería esto, quiero volver a mi mundo, pero él quiere que este aquí, y yo no quiero, porque te odio, te odio por hacerme esto, te odio por existir, ¡yo no quiero estar aquí!

Fruncí el ceño sin poder entender lo que decía, sin apartar la mirada extendí mi mano hacia ella pero esta se aparto, retrocediendo unos metros con ayuda de sus brazos.

—Yo...no te haré daño...

—Ya te lo hiciste, Lara. Lo has hecho, ¡pero él no puede perdonarte! ¡mi venganza ha terminado!

—No comprendo lo que dices, ¡no lo entiendo! ¡yo no quiero que suceda!

Ella me observo y rió sin ganas apartando los cabellos largos que rodeaban su rostro.

—Él esta tan enfadado contigo... pero su ángel ya ha conseguido la venganza que quería, ¡estoy harta de todo esto!

Suspire con irregularidad, sin pararme del suelo, observando como ella también controlaba sus caladas pero permanecía alejada de mi alcance.

—¿Por que no puedes aceptar simplemente las cosas? ¡acéptalo!

Ya eufórica me pare en mi lugar, sentí aquella presencia atrás de mi, ella aparto la mirada de mi para fijarse a mis espaldas con miedo a seguir hablando, se que estaba detrás de mi, pero estaba tan cerca y no podía rendirme aun.

—¡No se de que hablas! ¡no entiendo que debo aceptar! ¡No entiendo que quieres que acepte!

Ella me observo negando con la cabeza sentí un pequeño"sh" detrás de mi, incitando que la pequeña callara pero visualice como negaba con frecuencia, además de con mucho miedo.

—Acepta que estas loca.

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¡Muchísimas gracias por los votos y comentarios que han llegado en estos días  en verdad son geniales, en fin de cuenta no somos muchos, pero estoy feliz con esta pequeña comunidad que formamos juntos, gracias a todas y todos por darle una oportunidad a la historia y tomarse un rato para leer lo que escribo, en verdad no saben lo feliz que me hace saber que alguien le puede gustar lo escribo. Así que muchísimas gracias a todos nuevamente. ¡Los quiero!