Sh...Es un secreto.

EPILOGO

El diario estaba frente a la mesa, todos tenían los ojos puestos en mi, inspeccionando cada acto y gesto que hacía. Si tomaba o rechazaba la libreta de cuero, pero la tome, en silencio, generando que ahora sus miradas estuvieran atentas en mis manos.

Me había atrevido a abrirlo, un año después de los acontecimientos.

"Octubre 17, día del nacimiento

He estado presente en el día del parto. Mi mujer ha dado a luz a dos pequeñas criaturas. He ido con emoción a observar a mis dos tesoros en las incubadoras, pero me encontré con algo desastroso.

Busque su nombre por todos lados, el nombre de mi ángel en cualquiera de esas cajas trasparente, pero no estaba. Le he preguntado a la enfermera donde está mi ángel, pero me ha dicho que ha muerto, a consecuencias de quedar sin oxigeno por mi primer hija

Pero no era mi hija. 

Con manos temblorosas me había acercado a aquel demonio que había matado a mi ángel, estaba plácidamente dormida, pero sabía que esperaría cualquier momento para atacar.

Debía deshacerme de ese demonio que había terminado con la vida de mi preciado ángel.

Las voces me lo estaban pidiendo. Había creído que eran imaginarias, pero ellas estaban en mi mente clamando sangre.

No era solo un bebé. Había observado su nombre en la pequeña placa, Lara, resaltaba en ella.

Pero las voces querían que fuera discreto. Así que actué como si ella fuera mi ángel, la tome en mis brazos, desplegando una falsa sonrisa en mi semblante y camine hacía la habitación, que mi esposa esperaba paciente la llegada de sus dos hijas.

Lástima que ángel había muerto, lastima que el demonio estaba vivo."

"Diciembre 24, noche de navidad.

Toda la familia se ha reunido, algunos de mis hermanos aún no conocía al pequeño demonio que se escondía detrás de ese bebé.

Todos me felicitaban y pasaban a la pequeña criatura como si de una obra de arte se tratara.

Trate de convencerme, de abandonar cada pensamiento de mi cabeza, pero cuanto mas lo intentaba, las voces clamaban mas alto.

¡Sangre, sangre, sangre!

Y las voces no mentirían, ellas jamas me mentían."

"Octubre 17, día de su cumpleaños.

Observo con precisión por la ventana. Hoy es su cumpleaños número cinco, han venido muchos niños para felicitarla.

¿Quien felicitaría a alguien así?

¿Es que no se dan cuenta lo que yo veo?

Claro que no, porque ellos no escuchan las voces.

Las voces son reales, las voces son reales, las voces son reales.

Y las sombras vendrán por ella.

Pero ahora, nadie debe sospechar de las sombras, nadie debe sospechar de las voces, nadie debe sospechar de mi.

Mi esposa ha abierto la puerta, y con una sonrisa me ha exclamado que baje. Le he devuelto el saludo con fingido entusiasmo. 

Ella tampoco conoce que puede hacer ese demonio.

Debo bajar las escaleras, debo actuar como si las voces no estuvieran en mi cabeza."