V (Parte 3)

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Respire concentrándome unos  instantes en las tablas del techo, contando los clavos, pero ya ni eso podía distraer a mi mente. Lauren quería preguntas, y estaba esperando por ellas paciente a mi lado, y yo se las daría.

—Todo... todo es tan extraño— comencé en murmuros—. No comprendo lo que sucede... no puedo asimilar lo que esta ocurriendo...

Escuche su respiración tranquila, nada comparada a la mía, cada palabra que salía de mi garganta parecían cuchillas, pero necesitaba sus respuestas, las que me había prometido, como también debía comprobar que no me estuviera engañando.

—¿Que sucede?— cuestiono—. ¿Tienes algún malestar ahora? ¿quieres un vaso de agua?

Negué de inmediato. 

—No es nada... físicamente— pronuncie y ella asintió, esperando una respuesta a mis actos—. Es demasiado confuso.

—¿Que es lo confuso, Lara?—pregunto, respaldándose en la silla.

Me encogí de hombros, sin saber comenzar lo que guardaba mi mente. Todos los recuerdos estaban tan vivos, que hasta podía sentirlos, podía captar sus presencias, sus toques, hasta el aroma de los árboles. 

—No lo siento ficticio— brame moviendo mis manos en el aire—. Parece todo tan real, como si yo hubiera estado allí— continué, conteniendo mi respiración alterada—. Los olores, las acciones, todo, como si fuera un recuerdo.

Lauren asintió, y acercándose, sujeto mi mano entre sus palmas comenzando a dar leves masajes, me sobresalte al principio, pero luego me tranquilice. Ella intentaba que guardará la calma, y tenía que intentar que mis caladas se tranquilizarán, no podía dejar que me viera desesperada por sus contestaciones, tenía que mantenerme normal ante su mirada fija.

Espere unos momentos, suspire en lo alto y asentí.

—Ellos se sentían reales—trate de explicar nuevamente, esta vez, conteniendo la calma—. Estaban allí y era tan confuso... me hacían hacer cosas que no quería... me trataban... yo...

—Bien, necesitas un vaso de agua— pronuncio, pero en el momento que soltó mi mano la apreté.

No podía impedir que se fuera, no quería que me dejara sola. Tenía que necesitar la compañía de alguien, porque si quedaba sola eso significaba que mi cabeza siguiera procesando las imágenes, para que siguiera pensando en sus rostros, para que me torturara pensando en lo que estaba ocurriendo.

La soledad hacía que pensará, y pensar es el peor enemigo del ser humano.

—No te vayas— susurre—. No, por favor...

Lauren asintió, me sonrió, el único movimiento que hizo fue sujetar la tabla donde tenía la libreta y el bolígrafo, me pareció egoísta no soltar su mano en ningún momento, pero ella logro ingeniárselas para escribir sin problemas.

Los garabatos comenzaron a deslizarse una vez más en la hoja.

—Lara—espeto y asentí esperando que siguiera—. ¿Tuviste un sueño? ¿recuerdas el sueño?

Su pregunta pudo haber logrando que una ciudad riera.

Podía haber generado que ellos se retorcieran.

Era una burla para mi mente, ¿si recordaba?, lo recordaba absolutamente todo, trataba de engañarme a mi misma, convenciéndome todos los días que lo que había vivido fue irreal, que todo había sido producto de mi imaginación. Pero a veces las sensaciones eran mas fuerte que todos, y me burlaban a mi misma.

Solo me límite a asentir.

—Si.

—¿Puedo saber el sueño?—pregunto y mi respiración se acorto—. Vale, lo haremos mas sencillo— dijo y paso a una nueva hoja—. ¿Había alguien principal? un personaje... que pudo ser como... ¿tu héroe?

Sh...Es un secreto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora