78; Cheers

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La botella de champagne fue abierta, rebozando de lo espumosa que era y el señor Lee comenzó a servirla en las copas cuando Jihoon se las fue dando. La pareja había vuelto a Corea por las vacaciones, y ahora que finalmente Seungcheol había concluido sus estudios, era momento de festejar.

Se reunieron con los padres de ambos, era una victoria que debían festejar todos juntos, así que los padres del alfa habían viajado desde Daegu para pasar algunos días de vacaciones, pero también para festejar. Ellos estaban muy orgullosos de que a sus 34 años, Seungcheol haya concluido una segunda carrera, además de que se había conseguido a un omega joven, hermoso y con mucho dinero (palabras que a menudo recalcaba la mamá de Seungcheol).

Por otro lado, Jihoon recién había cumplido 25 años, y estaba muy feliz del logro que su alfa había alcanzado, sabiendo que aún le faltaban muchos más escalones por subir para llegar a ser ese alguien que deseaba, superándose a sí mismo y cada obstáculo que se le atravesara, y ahí iba a estar él en cada paso.

—Brindemos por Seungcheol— dijo su padre cuando todas las copas fueron servidas.

—Y brindemos porque finalmente habrá una boda— agregó la mamá del alfa.

—¡Y bebés!— esta vez dijo la madrastra de Jihoon.

Jihoon la miró con un disgusto bien disimulado, riendo un poco incómodo, pues aún quería esperar un poco más antes de tener a sus tres pequeños hijos (como alguna vez había soñado), sin saber que a Seungcheol ya comenzaba a agradarle la idea de tener sus cachorros junto a su precioso amado.

—Brindemos porque estamos aquí reunidos, celebrando los grandes y pequeños logros de todos los aquí presentes, y por un futuro lleno de más logros y éxitos— mencionó el señor Lee, levantando su copa, y haciendo que todos comenzaran a chocar sus copas antes de darle un sorbo a su bedia.

Todos conversaban animadamente, siendo el tema principal la graduación del menor de los alfas, pero poco a poco la conversación iba tomando rumbos diferentes y se habían dividido en dos grupos, uno donde estaban las mujeres y Jihoon y el otro donde estaban los tres alfas.

—Ya comenzaron a ver lo planes de boda— preguntó la señora Choi acercándose a Jihoon, quien se encontraba junto a su madrastra hablando.

—Sí, ya me he comunicado con los mejores wedding planners de la ciudad, y están preparando los presupuestos. Seungcheol quiere algo sencillo, pero yo quiero algo un poco más extravagante.

—Claro, tienes el dinero, aprovéchalo.

Jihoon sonrió un poco incómodo, ya sabía que la mamá de su novio era materialista, y lo miraba más como un banco que mantendría a su hijo que como una pareja, pero eso no hacía que sus comentarios lo incomodaran de vez en cuando.

—¿Cuándo comenzarán a trabajar en los bebés?— preguntó Yoona de inmediato —tu padre ya comenzó a soñar con sus nietos.

—Quizás unos cinco o seis años después de cansarnos, quiero vivir la luna de miel por el mayor tiempo posible— respondió con las mejillas sonrojándose ligeramente.

—Sí, los primeros años son perfectos, luego llegan los hijos y bueno... el matrimonio se arruina. Luego crecen los hijos y el amor vuelve a crecer, si es que no se arruinó antes— habló la mamá de Seungcheol mirando a su esposo —solo hay que ser pacientes, tanto con los hijos, como con los esposos— esta vez miró a Jihoon —y sé que Seungcheol te ama muchísimo, así que estoy segura de que les irá bien.

—Gracias— murmuró y miró a Seungcheol, pensando en lo mucho que ya quería estar casado con él y comenzar a vivir juntos, que aunque ya llevaban una vida juntos en Estados Unidos, en Corea iba a ser diferente.

Todos disfrutaron de la velada esa noche, Jihoon y Seungcheol volvieron al departamento del bajito, donde ahora estaban quedándose, ya que el alfa había dejado de rentar su departamento cuando se mudaron de país. Mientras ambos estaban en el baño cepillándose los dientes y preparándose para ir a la cama, Jihoon comenzó una nueva conversación.

—¿Qué haremos en nuestra luna de miel?

Seungcheol lo miró con el cepillo en la boca —pensé que ya lo habíamos decidido— dijo escupiendo un poco de pasta.

—Sí pero... estaba pensándolo y no quiero salir a conocer y pasear un nuevo lugar, quiero pasar todo el tiempo amándote. Además, ya he estado en París, no hay nada nuevo que no conozca.

Se enjuagó la boca y luego dijo —pero dijimos que ahí iríamos, que pasearíamos y visitaríamos todos los lugares turísticos posibles— hizo un puchero —además yo nunca he ido, yo si quiero conocer la ciudad.

—¿De verdad quieres pasar nuestra luna de miel caminando por las calles de París?

Seungcheol lo pensó por tres segundos y respondió —sí. Quiero pasarla conociendo la ciudad a tu lado, tomándote de la mano, besándote en cada oportunidad, tomándote fotos en cada lugar y por la noche, quiero pasar haciéndote mío— se acercó al bajito, tomando sus mejillas y acercando sus rostros.

Jihoon cortó la distancia y besó rápidamente sus labios antes de decir —¿y si mejor salimos solo por la mañana y por la tarde y noche nos amamos?

—Tú quieres pasar el día entero en la cama, ¿verdad, pícaro?— sonrió de lado, dándole una mirada coqueta.

—¡Sí! ¡Ese es el propósito de la luna de miel!— expresó entre risas —además, también quiero que vivamos aquí nuestra luna de miel, amándonos todas las noches y todos los días.

—Vas a terminar muy agotado, mi amor— dijo con un toque juguetón, haciendo que el omega riera.

—Cheol~— se quejó con tono vacilante.

—Mira, nos amaremos aquí y en Marte, de lunes a lunes, desde las 00:00 horas hasta las 23:59 horas; pero déjame conocer París— usó un tono de cachorro lastimado, esperando que eso lo convenciera.

Jihoon río —bien, puedes continuar armando el recorrido que dijiste que querías hacer.

Seungcheol volvió a acortar la distancia, esta vez uniendo sus labios por un poco más de tiempo —te amo.

—Yo a ti— se separaron y salieron del baño —oh por cierto— dio la vuelta para ver a Seungcheol, quien se dirigía a la habitación mientras él lo hacía a la cocina —no hay sexo hasta que compre mis anticonceptivos otra vez, sigo olvidando comprarlos.

—Me parece que vi unos condones en el cajón...— Jihoon levantó una ceja y él rió —bien, no hay sexo— se rindió y fue a la habitación.

Si bien, Jihoon había olvidado comprar sus pastillas, solo llevaba ese día de no tomarlas, por lo que el tratamiento no se vería afectado si tenían sexo esa noche, además, una vez que los comprara, su vida sexual sería la misma; pero quería prevenir y evitar el problema de embarazarse antes de la boda, e incluso antes de que los cinco o seis años de luna de miel, pasaran.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora