06; Lust

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Jihoon era un omega muy capaz de controlar sus feromonas y evitar que el alfa a su lado se diera cuenta de lo excitado que lo dejó escuchar su voz de alfa; debía admitir que lo deseaba, y que si tanto lo hacía podía acostarse con él (después de todo era su mascota y era parte de su trabajo hacerlo) y perder su virginidad que reservaba para cuando estuviese enamorado de un gran alfa y casado con él, pero no quería hacerlo, así que prefería fingir que Seungcheol no removía cosas en su corazón. Era demasiado pronto, tan sólo hacía una semana que notó su existencia y ahora parecía que estaba cayendo rendido demasiado rápido.

Al llegar al edificio departamental a las dos de la madrugada, Jihoon iba a decirle en la recepción que se marchara a casa, pero no lo hizo, continuó caminando con su mascota siguiéndolo hasta entrar en su departamento. Seungcheol podía ver venir un regaño de su parte, pues su actuar durante los últimos minutos de la fiesta no había sido el adecuado, así que intentó disculparse antes de que el omega dijese algo.

—Lo lamento, actúe incorrectamente y merezco un castigo— mencionó con la mirada clavada en la nuca del bajito, quien aún no se daba la vuelta para mirarlo.

Su voz hizo erizar la piel de Jihoon y humedecer aún más su trasero, aún no entraba en celo, todavía faltaban cinco semanas para ello, así que no entendía la gran excitación que estaba sintiendo —acércate más— pidió en un hilo de voz.

Para el alfa fue extraño el par de palabras que mencionó, pero dio dos pasos al frente quedando demasiado cerca de Jihoon, sintiendo su espalda en su pecho y el aroma de su cabello. Aquella cercanía hizo temblar a Jihoon; empuñó sus manos con fuerza, tratando de contenerse, pero ya no podía hacerlo más, así que dio la vuelta y tomó a Seungcheol de la correa, muy cerca de su collar e hizo que se inclinara hacia él para unir sus labios en un fogoso beso, demasiado candente a decir verdad. El alfa no pudo contenerse a introducir su lengua en la cavidad bucal contraria, explorando el interior y acariciando con premura la boca ajena; respiraban pesada y sonoramente, dando pasos cortos pero apresurados hacia la habitación del omega, la cual los llamaba.

Sin separarse lograron llegar al pie de la cama, donde Jihoon estuvo a punto de caer si no hubiese sido por las manos del alfa que lo sujetaban con fuerza y posesión; se separaron momentáneamente, tratando de regular sus respiraciones, pero sin conseguirlo con éxito, Jihoon miró al mayor directo a los ojos, en ambos destelleaba una flama candente de pasión y eso lo hizo perder toda cordura. Comenzó a desnudarme apresuradamente, haciendo que Seungcheol pensara que también debía hacerlo, así que sin quitar la mirada de encima del otro, se desnudaron en tiempo récord.

La correa que llevaba Seungcheol en el cuello era un estorbo para él, intentó quitarlo, pero la mano del omega lo detuvo; algo que no comprendía Jihoon era por qué ese collar y esa cadena lo hacían lucir más sexy de lo que ya era, así que antes de dejar que se la arrancara del cuello, lo tomó nuevamente y lo beso al tiempo que subía lentamente a la cama, tanteando por donde iba. Seungcheol entendió que ambos objetos no iban a salir de su cuerpo pronto, así que sólo se dejó guiar; subió a la cama y gateó sobre el cuerpo de Jihoon mientras éste se acomodaba en el centro, pegado a las almohadas, lo envolvió en sus brazos y sus cuerpos se unieron sintiendo el calor del contrario.

Sus cuerpos se meneaban en compás, creando una deliciosa fricción que los excitaba y los animaba a apresurar el sexo que tanto ansiaban los dos, pero entonces Jihoon cayó en cuenta de algo y tuvo que separarse de los labios del pelinegro, deteniendo las acciones de sus cuerpos —no tengo condones.

Seungcheol parpadeó repetidas veces, ¡por supuesto! No podían tener sexo sin protección. Se separó decepcionado, quedando aún entre las piernas del omega y viendo la belleza de su cuerpo, ligeramente húmedo por el sudor que había comenzando a acumularse; su mirada lo recorrió completamente y Jihoon sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ante la idea de que Seungcheol seguramente estaba imaginando toda clase de cosas pervertidas que podría hacer con su cuerpo y eso de alguna manera lo excitaba.

—Tampoco yo— dijo cuando su mirada volvió a encontrarse con la de Jihoon.

Hubo un breve silencio en el que sólo se miraron, conteniendo ese deseo y esa lujuria que estaba recorriéndolos.

—Vete— ordenó Jihoon aún en contra de su voluntad.

La expresión en el rostro del alfa fue entre sorpresa y decepción, y terminó tardando algunos segundos en reaccionar —sí, amo— contestó y se levantó de la cama.

Jihoon lo observó vestirse con un toque de enfado, seguramente él también deseaba hacerlo suyo y reclamar su cuerpo como algunas parejas hacían, aunque claro, ellos no eran pareja, así que Seungcheol ni siquiera tenía el derecho a enfadarse por no tener sexo con su amo. Suspiró con fuerza y se dejó caer hacia atrás en su cama cuando escuchó la puerta del departamento cerrarse, lo peor de su noche había sido no poder coger con su sexy mascota.

Inhaló con fuerza el olor de la habitación, Seungcheol había dejado todas sus feromonas en ella y más en Jihoon con ese roce de pieles que tuvieron cuando estuvo recostado sobre el omega. Chilló por lo lamentable que era no tener condones para esta clase de situaciones, pero rechazando a todo aquel alfa que se le declaraba, jamás había pensando en que necesitaría pronto algo de protección, su protección era la abstinencia y con el alfa que tenía de mascota, muy seguramente pronto dejaría de funcionar.

De cualquier forma tenía una erección entre las piernas y una espléndida imagen mental del cuerpo de Seungcheol, y aún mejor: el sabroso recuerdo de sus labios y el sabor dulce de la gaseosa que había tomado poco antes de irse de la fiesta. Separó sus piernas y metió su mano entre ellas, tocando su duro y húmedo miembro antes de llevar la otra a su húmedo trasero, perfectamente lubricado para que el pene de Seungcheol entrara en él de forma suave y placentera; imaginó cómo habría sido siquiera la sensación de sus dedos acariciando sus paredes anales, e hizo el movimiento que el alfa pudo haber hecho.

Ngh~— gimió con sus labios mordidos, siendo cada vez más rápido con sus movimientos.

Su cuerpo se meneaba al compás de la masturbación y con la imagen mental de Seungcheol desnudo, sobre su cuerpo, tocándolo y besándolo, el recuerdo de sus labios sobre los suyos, la calidez de su cuerpo y el perfume de sus feromonas, terminó corriéndose tan deliciosamente como jamás lo había hecho. Su cuerpo tembló, sus piernas flaquearon y un largo y pesado gemido escapó de sus labios.

Definitivamente compraría condones en su próxima salida.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora