31; The Heat

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Con cada ola de calor que pasaba, Jihoon sentía que necesitaba más del cuerpo de Seungcheol; le era extraño pensar, que en lugar de que lo calmara y ahuyentara su celo más rápido, parecía que lo estaba volviendo más adicto y que muy posiblemente su ciclo duraría los cuatro días, no siempre se alargaba tanto su celo, pero a como iban las cosas, esperaba que sí.

Para el miércoles por la tarde, su calor lo golpeó con más intensidad, lo que le indicaba que estaba en su punto más fértil, y que era el momento de que el alfa le diera cachorros, cosa que no pasaría en ese ciclo. Ambos estaban recostados en la cama viendo una película de suspenso, el alfa llevaba puesta su ropa interior mientras Jihoon decidió quedarse desnudo y cubrirse con las sábanas; pero justo cuando la escena en la que más tenso estaba el ambiente apareció, el omega comenzó a acalorarse. Inició bajando aún más la temperatura del aire acondicionado, luego le subió la intensidad, para después comenzar a ventilarse con su mano.

Seungcheol volteó a verlo —amo, hay demasiado frío aquí, y usted está sudando mucho.

—¡Lo sé!— se quejó chillando por la necesidad que tenía de tener el pene del alfa en su interior —creí que podría resistirlo un poco más, pero ya no lo soporto— dijo quitándose la sabana de encima y exponiendo su duro miembro —quítate la ropa interior.

El alfa sonrió —bien, me haré cargo. Solo...— dejó su oración incompleta y gateó en la cama para llegar al otro lado, se colocó encima del omega sólo para alcanzar el control del aire acondicionado y subirle la temperatura para no morir de frío, aunque con lo que estaban a punto de hacer, no iba a ser necesario.

Sonrió cuando Jihoon comenzó a reír por su acción y luego se inclinó para besar su barbilla, el omega gimió por el contacto y terminó deshaciéndose en gemidos cuando Seungcheol tomó su miembro y comenzó a masturbarlo. Las feromonas de Jihoon no tardaron en envolver al alfa, reclamándolo como suyo y recordándole que él no tenía permitido hacer lo mismo, sin embargo, era imposible controlarse por tanto tiempo y tantas veces, así que cuando Seungcheol acercó sus labios al cuello del omega para besarlo, pudo sentir sus propias feromonas en la piel, incitándolo a dejar un poco más de ellas en el bajito.

Sus cuerpos comenzaron a menearse en compás, frotando sus penes y excitándolos cada vez más, por lo que Seungcheol terminó deshaciéndose de su bóxer para poder tener ese contacto de piel con piel para calmar un poco al omega de Jihoon, pues había comenzado a chillar de lo necesitado que estaba.

Cuando se alejó del bajito para desvestirse y colocarse un condón, el omega se levantó de la cama, gateó hacia el centro, flexionó los brazos y recostó su cabeza sobre ellos, mirando al alfa con una mirada provocadora y con su trasero completamente expuesto y dispuesto al alfa.

—Hazlo duro— le dijo con una sonrisa coqueta.

Seungcheol sonrió de lado y sin negarse, le dio una fuerte nalgada, dejando enrojecido el glúteo —como usted ordene, amo— dijo y dio una nalgada en la otra.

Jihoon gimió con cada una y su piel se erizó cuando sintió al alfa ponerse detrás de él y tomar su cintura con posesión; el pelinegro brindó un par de falsas embestidas al chocar su pelvis contra el trasero, deslizando su pene entre los glúteos, haciéndolo con fuerza y obteniendo sonoros gemidos por parte del omega. Luego de frotar por unos instantes su pene entre las nalgas, las tomó con fuerza estrujándolas y separándolas para darle paso a su pene, el cual introdujo lentamente.

Mgh— gruñó Seungcheol con ese primer desliz y luego apretó nuevamente las nalgas para aprisionar su miembro en el interior.

Aagh— suspiró Jihoon con gemidos —ya, hazlo, por favor, lléname de cachorros— pidió sin pensar lo que decía.

La piel de Seungcheol se erizó por sus palabras, pues su alfa reaccionó al pedido del omega, así que no se negó a ello. Comenzó las embestidas con algo de brusquedad, siendo fuertes y pausadas, haciendo que sus pieles chocaran sonoramente y sus labios expresaran gemidos de placer; nalgueó con fuerza los enrojecidos glúteos y de pronto aumentó el ritmo.

Ah ah, ah ¡agh! Ah ah sí, ah sí ah ah... ngh ah... ah ah— gemía Jihoon con descontrol, amaba lo rudo que era Seungcheol y lo fuerte y lo potente que lograba darle.

El alfa apretó con más fuerzas sus manos alrededor de la cintura y caderas del bajito, dejando las marcas de sus dedos en la piel. El vaivén de sus caderas se hizo más intenso con el aumento de su placer, estando cada vez más cerca de llegar al clímax; terminó inclinándose, colocando sus manos a los costados de la cabeza de Jihoon, pero poco a poco fue bajando su cuerpo hacia adelante, aprisionando al omega contra el colchón, hasta que sus labios tocaron la piel de su hombro derecho.

Jihoon fue le primero en correrse, escuchar jadear y gemir a Seungcheol con su profunda y ronca voz cerca de su oído lo estimuló tanto, que logró encontrar su placentero orgasmo, haciendo que su ano se contrajera en palpitantes movimientos, y el alfa pudo sentir la exquisitez de las paredes anales cerrándose cada vez más contra su pene. Finalmente luego de alrededor de unos treinta minutos, con ese ritmo fuerte, potente y duro, Seungcheol se corrió en el interior del condón.

La idea de salir del interior de Jihoon antes de que el nudo creciera y eyaculara en su espalda se presentó por un segundo en su mente, quería reclamarlo y que su amo oliera a él durante una semana, quería hacerlo suyo como era debido, pero no podía, no si Jihoon no se lo pedía, así que terminó mordiendo el hombro del bajito y anudándolo cuando llegó a su clímax.

—¡Aaagh!— gimió fuerte el omega cuando el nudo creció en su interior y su omega se sintió nueva y tontamente preñado.

Seungcheol respiró profundo contra su oreja al soltar la piel y entre jadeos comentó —c-creo que... se quedará en cama, u-unos días.

Jihoon rió con dificultad, pues trataba de regular su respiración —d-diré que me... enfermé.

Ambos rieron y finalmente sus cuerpos se debilitaron, Jihoon bajó su trasero cuando sus piernas resbalaron abiertas en la cama y Seungcheol terminó cayendo también cuando fue jalado por el nudo en el interior del omega. Ambos se quejaron con una combinación entre dolor y placer y miraron hacia la televisión, pues finalmente se revelaba la identidad del psicópata que estaba provocando los eventos de la película.

—Te dije que era el mayordomo— comentó Jihoon con un toque de gracia —aunque ahora no sé cómo terminaron los demás.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora