80; The Wedding

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Cada vez que Jihoon pensaba en su pasado, recordaba mucho lo inmaduro que era y lo tonto que fue al no declararle su amor al hombre que ahora lo esperaba en el otro lado del altar; claro que ahora ya no importaba, vivía feliz junto a él y ahora que caminaba por el pasillo hacia el altar vestido con un esmoquin blanco y un ramo de flores blancas, esperaba una vida larga y feliz junto a él.

Llevaba una enorme sonrisa, sintiéndose flotar en una esponjosa nube blanca que lo guiaba hacia su amor eterno y no podía estar más agradecido por ello. Seungcheol estaba correspondiéndole la sonrisa, igual de ilusionado y de enamorado, pues Jihoon completamente de blanco parecía un ángel bajando del cielo.

Al llegar al altar, Seungcheol tomó de su mano, lo miró con esa enorme sonrisa y dejó un rápido beso en su mejilla antes de mirar al frente y dar comienzo a la ceremonia. Sus amigos y familiares los miraban con sonrisas, algunos con celos, otros con envidia, pero muchos más los miraban con cariño, deseándoles lo mejor.

—Queridos amigos aquí presentes, nos hemos reunido hoy para unir a este alfa y a este omega en matrimonio...— comenzó el padre la ceremonia, añadiendo su sermón con palabras especiales para la pareja que se unía en matrimonio. Al cabo de varios minutos comenzó a decir —¿Choi Seungcheol recibe usted a este omega para ser su esposo, para vivir juntos en matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en la salud y en la enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

—Acepto— respondió Seungcheol mirado a su futuro esposo directo a los ojos, tomándolo de ambas manos y transmitiéndole todo su amor y cariño en esa sola palabra.

—¿Lee Jihoon recibe usted a este alfa para ser su esposo, para vivir juntos en matrimonio, para amarlo, honrarlo, consolarlo y cuidarlo, en la salud y en la enfermedad, guardándole fidelidad, durante el tiempo que duren sus vidas?

—Acepto— respondió Jihoon con la misma devoción y amor.

El padre le indicó a Seungcheol que era el momento de decir sus votos, así que el alfa, con un poco de nerviosismo por no olvidar ni una palabra, dijo —yo Choi Seungcheol, te recibo a ti Lee Jihoon para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.

Jihoon sonrió ampliamente y esperó a que el sacerdote le indicara que ya podía decir sus votos —yo Lee Jihoon, te recibo a ti Choi Seungcheol para ser mi esposo, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe.

Un par de niños de la familia de Jihoon se acercó con ellos, llevando en sus manos una pequeña almohadilla, donde los anillos estaban reposando. Seungcheol tomó el que le pertenecía a Jihoon y al colocarle el anillo lentamente, pronunció —yo te coloco esta alianza como señal y promesa de nuestro amor constante y fidelidad duradera.

Al recibir su anillo, Jihoon tomó el que le pertenecía a Seungcheol y repitió las mismas palabras mientras deslizaba el anillo con lentitud —yo te coloco esta alianza como señal y promesa de nuestro amor constante y fidelidad duradera.

—En virtud de la autoridadque me conceden las leyes del Estado, los declaro esposos. Pueden besarse.

Seungcheol y Jihoon unieron sus labios, escuchando los aplausos y algunos chiflidos de sus familiares, sintiéndose completamente felices y regocijados. Fueron felicitados por los asistentes, y aunque quisieron un poco de privacidad en ese momento, era imposible, pues cada vez que un invitado pasaba a felicitarlos y se marchaba, otro más llegaba a interrumpirlos.

Las mejillas de ambos comenzaban a doler por tanto sonreír ante la cámara, y aunque Seungcheol no estaba tan acostumbrados a ese tipo de eventos y posar tanto, estaba soportándolo bastante bien.

De las casi 200 personas presentes, más de la mitad se trataban de los invitados de la familia Lee, algunos eran socios de Minho, su familia, amigos de la familia; otros eran más cercanos a Jihoon y habían sido invitados por él y no por su padre, mientras que el poco restante eran amigos y familiares de Seungcheol, quienes seguían sin creer que el alfa se había conseguido tan buen omega, y aunque no todos pudieron asistir por problemas económicos, todos habían enviado sus regalos y buenos deseos para la pareja.

—Al fin tenemos un momento a solas— dijo Seungcheol acercándose al bajito.

Jihoon rió —Cheol, estamos en el baño— comentó lavándose las manos.

—Lo sé, tuve que decirle a tus amigos que cuiden la puerta.

El omega rió un poco más escándaloso y se dejó acorralar contra el lavamanos, mirando a su esposo a través del espejo —¿qué planeas hacer?

—Abrazarte y besarte un poco— dijo haciendo un recorrido con sus labios por la mejilla del castaño, bajando por el mentó y besando un poco la piel del cuello, o al menos lo que el cuello del esmoquin no tenía cubierto.

—¿Sólo eso? Esperaba un poco más— empujó sus caderas hacia atrás, haciendo que su trasero colisionara con el miembro de Seungcheol.

El alfa reaccionó rápido y se alejó del menor —no, no cariño, eso es para la noche, no quiero interrupciones, ni tener que apresurarme.

Nuevamente el omega reía un poco, dio vuelta para mirar a su esposo y con dulzura se acercó a él para abrazarlo —de acuerdo, espero una magnífica noche.

—No lo dudes— unieron sus labios en un suave beso y luego salieron del baño para continuar con la fiesta.

Hubo un poco de baile, y la cena estuvo exquisita, pero como era costumbre en ese tipo de fiestas era momento de arrojar el ramo y que algún omega, beta o mujer lo atrapara para que próximamente se casara con su pareja. Todos se prepararon y Seungcheol ayudó a Jihoon a subirse a una silla para tener una mejor altura a la hora de tirar el ramo.

Varias personas esperaban con ansias para recibir el ramo, pero todos habían sido advertidos de que no harían el intento de atrapar el ramo, pues habían planes para ello. Jihoon hizo el amago de aventar el ramo tres veces, hasta que finalmente lo hizo, miró hacia atrás esperando que la persona indicada lo atrapara y así fue.

Joshua tomó emocionado el ramo y comenzó a festejar con Seungkwan cuando alguien tomó su hombro, al dar la vuelta, se encontró a Jeonghan arrodillándose, teniendo una cajita de terciopelo en una mano y abriéndola con la otra. El omega quedó en shock por unos instantes, hasta que el alfa hizo la pregunta.

—¿Te casarías conmigo?

—¡Sí, sí! ¡Dios, sí!— dijo con mucha emoción y se lanzó a los brazos de su alfa, aceptando sin duda alguna la propuesta.

Jihoon y Seungkwan habían sido cómplices de aquello, y más que nadie estaban felices de su amigo, quien ya llevaba rato esperando que Jeonghan le propusiera matrimonio, pero aún no se había dado el momento hasta ahora.

Todos se divirtieron en la fiesta, la cual terminó demasiado tarde por la madrugada, incluso sin los recién casados presentes, pues estos se habían marchado poco después de la media noche y sin decirle a nadie. Y no es que no estuvieran divirtiéndose, es que ellos tenían otros planes para concluir aquella noche.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora