79; The Suit

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Durante las vacaciones la pasaron tranquilamente en casa, saliendo de vez en cuando en citas improvisadas, o yendo de compras como a Jihoon tanto le encantaba, haciendo que en ocasiones recordaran aquellas veces en las que el omega había llevado a su mascota de compras, pues así como en esos tiempos, Jihoon era quien decidía lo que Seungcheol iba a usar.

Las vacaciones no duraron tanto como les habría gustado, Jihoon sólo tenía dos semanas y aunque Seungcheol estaba completamente libre, debía comenzar sus trámites de titulación, además de que debía apresurarse en regresar a Corea para comenzar a trabajar en la empresa de su suegro nuevamente.

Los planes de la boda estaban marchando bajo la expectativa del omega, quien tenía la ilusión de que todo fuese perfecto para el día de su boda. Al final Jihoon había decidido que la empresa de la familia de Seungkwan fuese la encargada de llevar a cabo todo el evento, encargándose de los arreglos florales, la decoración, el lugar, la vajilla, las invitaciones (y de enviarlas), el juez que los casaría, y hasta cada mínimo detalle exceptuando sus atuendos, pues de eso quería encargarse plenamente el omega.

Cuando regresaron a Estados Unidos, Jihoon no tardó más que un par de semanas para presentar su renuncia, era una decisión que había tomado con más firmeza durante sus vacaciones en Corea, pues pasar los días libres con su prometido le habían sentado tan bien, que deseaba más días como esos.

Así que una vez que Jihoon renunció a su empleo en Biltmore y trabajó durante la última quincena que le correspondía, se tomaron algunas semanas para quedarse en aquel país, visitando algunas ciudades y aprovechando a comprar sus trajes de novios; sin embargo, nada de lo que veía terminaba de gustarle, ni para lo que él usaría, ni para lo de Seungcheol.

—Cariño, creo que hemos agotado todas nuestras opciones— dijo Seungcheol mirándose en el espejo de la tienda, llevaba un esmoquin azul marino, en un tono tan oscuro que incluso parecía negro. Era de terciopelo, y en las solapas del traje llevaba una tira de diamantes, o al menos una réplica de ellos.

Al alfa no le encantaba demasiado, era demasiado brilloso para su gusto, y le alegró saber que a Jihoon tampoco le había gustado.

—Creo que sí— dijo desanimado, su turno de probarse los trajes había terminado, así que estaba sentado en el cómodo sillón admirando a su prometido.

De pronto a Seungkwan se le ocurrió algo (porque sí, Jihoon le había pedido a sus amigos que viajaran hasta el otro lado del mundo para que lo ayudaran a escoger el traje perfecto) —¿por qué no hablas con el tío de Jeonghan?

—¡Oh, es verdad! El hermano de su padre es diseñador de pasarela, seguro te hace algo exótico y glamuroso para sus trajes— comentó Joshua mirando a Jihoon con entusiasmo.

A Jihoon le agradó la idea, pero rió un poco cuando vio a través del espejo la expresión de desagrado en Seungcheol cuando Joshua pronunció la palabra "exótico". Jihoon sabía exactamente lo que quería, después de haber visto tantos hermosos trajes y otros no tanto, se había hecho una idea clara de lo que le gustaría, así que decidieron dejar de visitar las tiendas y Jihoon se dispuso a plasmar en un boceto lo que quería.

Seungcheol amaba ver las expresiones del bajito cuando estaba tan concentrado en dibujar, le recordaba aquella vez que posó para la clase del omega y Jihoon lo miraba con tanta atención y tanta concentración, que su corazón latió demasiado rápido durante todo ese tiempo.

—¿Este ya está listo?— cuestionó cuando Jihoon tomó un respiro, estirando los brazos por sobre su cabeza.

—Sí, ese es el tuyo, ¿te gusta?— lo miró atentamente, esperando una respuesta.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora