74; The Scent

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Durante el tiempo que había pasado, el amor de Jihoon y Seungcheol había crecido demasiado, y la marca que los unía, se había reforzado en cien ocasiones (quizás hasta más), haciendo que cada vez fuese más fácil para los dos compartir los sentimientos que los invadía en determinadas situaciones, ayudando también a su comunicación.

Sus padres seguía sin enterarse de aquella marca, la cual planeaban finalmente exponer cuando volvieran de su luna miel cuando se casaran. Ambas familias estaban contentos con la relación de sus hijos, e incluso se habían reunido más veces, aún si ellos no estaban.

Su relación ya no era tan secreta para el mundo, cuando Jihoon se graduó de su carrera, Seungcheol estuvo en la ceremonia, llevando un enorme ramo de flores que llamaba la atención de todos; claro, eso y que era un apuesto alfa en un traje elegante, con una presencia aplastante. Todos se cuestionaron a quién había ido a ver, hasta que al final, cuando los recién graduados se reunieron con sus familias, Jihoon se acercó a él con timidez.

El bajito debía admitir que cada vez que Seungcheol lucía así de apuesto, algo en él (su omega) se volvía sumiso, y sólo quería que el alfa lo amara como muchas veces ya lo había hecho. Recibió el ramo en sus manos y un enorme beso de amor en sus labios, haciendo que todo mundo supiera finalmente de la relación.

Nadie cuestionó la clase a la que pertenecía el alfa, pues su presencia imponía un gran estatus, que incluso muchos alfas de la alta sociedad no tienen. Además, Jihoon a menudo le compraba ropa cara y de marca, así eso naturalmente hacía que todos pensaran que se trataba de alguien rico que venía del extranjero o algo parecido.

Cuando se mudaron al otro lado del mundo, nadie hizo esas cuestiones, ya que ambos eran un don nadie en aquel nuevo sitio, pero fueron ganándose su lugar poco a poco. Así que ahora que ya llevaban casi dos años y medio viviendo en Estados Unidos, ellos tenían un lugar alto en la sociedad, siendo invitados a fiestas con personas adineradas, y asistiendo a eventos importantes, aunque claro, la influencia de Minho fue de bastante ayuda para ambos.

Jihoon amaba su trabajo en Biltmore, donde era el encargado de organizar las exposiciones que rotaban mensualmente en algunas de las salas, así como asegurarse de que los recorridos por la gran casona (si es que a eso se le podía llamar casa, pues el lugar cuenta 250 habitaciones en la casa, incluidas 35 habitaciones para la familia y los invitados, 43 baños, 65 chimeneas y 3 cocinas) fueran llevados acabo puntualmente en sus horarios, a veces también se colocaba en los horarios de los recorridos, así que guiaba a los turistas por todo el lugar, explicando con fascinación y amor cada dato que sabía y que había aprendido sobre la mansión.

Ahora que estaba en celo, podía imaginarse en una de las habitaciones bien amuebladas y decoradas, siendo follado por su alfa e impregnando de sus aromas cada rincón del lugar. Era una fantasía que por desgracia no podría cumplir, pero no lo necesitaba, pues de lo principal (que era calmar su celo), Seungcheol estaba haciéndose cargo de maravilla.

Ah ah ah sí ah ah... mgh, ¡ah Cheol~ ah! Ah ah más r-rápido ah... ah ah— gemía sin contenerse.

Estaba apoyado de rodillas y manos sobre la cama, mientras Seungcheol golpeaba su trasero con su pelvis, haciendo que su pene entrara y saliera con fuerza en su ano. Sus pieles chocaban sonoramente, acompañando a los gemidos del omega, y a los jadeos roncos que el alfa estaba emitiendo, elevando la excitación de ambos.

El alfa aumentó el ritmo tal como su prometido lo pedía, embistió rápido y fuerte, llegando a un punto profundo y delicioso en el interior del ano de Jihoon, causando su deseado orgasmo, el cual salió disparado directo a la cama. Seungcheol continuó con el vaivén, ya llevaban un rato cambiando de posiciones en esa ronda, lo que ocasionaba que su orgasmo se retrasara cada vez que se movían, así que estaba ansioso por conseguirlo.

Golpeó con fuerza un par de veces más, hasta que el nudo creció en el interior del omega, y los atrapó a ambos con una placentera sensación.

Agh... mgh ah~— gimió con voz ronca el alfa cuando anudó a su pareja, llenándolo de su semen como tanto le encantaba al omega (ventajas de seguir llevando un tratamiento anticonceptivo).

Sus manos habían tomado con fuerza las caderas del bajito, así que en cuanto terminó de correrse, sus manos y todo su cuerpo se destensaron, soltando el cuerpo de su amado y mirando aquellas marcas de sus dedos que quedaron en la piel, no solo de sus manos, sino también de sus labios.

Se inclinó hacia adelante, alcanzando el cuello y mejilla de Jihoon, besándolo con suavidad y amor —hueles tan bien— susurró contra su oreja.

—Quiero oler a ti, deberías correrte sobre de mí en la próxima vez— murmuró con una gran sonrisa, sintiendo su cuerpo estremecerse por el aliento del mayor que golpeó contra su cuello.

—Creí que ya no querías que te reclamara con mi semen— dijo extrañado, pero sin parar con los besos que estaba dándole.

—Mhmm— jadeó por lo bien que se sentía el aliento caliente de su alfa y sus labios contra la piel de su cuello —llegó un nuevo alfa al departamento, y... ah~ será necesario hacerle saber a quién le pertenezco— murmuró.

—De acuerdo, me encargaré entonces— dijo dejando un beso más, sólo que esta vez en sus labios, volviéndolo intenso y apasionado.

Sus cuerpos comenzaron a removerse en un lento y calmado vaivén, pues el nudo aún les impedía iniciar una nueva ronda; sin embargo, no pasó demasiado tiempo para que finalmente fueran liberados y Seungcheol comenzara con las embestidas con intensidad, como si la ronda anterior no hubiera acabado y aún continuaran en ella.

Sus pieles chocaban sonoramente y sus fluidos se mezclaban provocando un excitante sonido que les enloquecía, pero ya habían pasado demasiado tiempo en aquella posición, así que Seungcheol detuvo lentamente las estocadas hasta que finalmente pararon. El omega fue guiado por las grandes manos del alfa, primero lo hizo levantarse, quedando arrodillado frente a él, unió sus labios con lascividad antes de hacerlo recostarse en la cama.

Jihoon abrió sus piernas exponiendo su cuerpo, y Seungcheol no lo pensó ni dos veces para inclinarse y engullir el pene de su amado, subiendo y bajando la cabeza con un poco de prisa un par de veces antes de separarse y tomar las piernas del bajito y colocarlas sobre sus hombros.

—Mgh ah... ay Cheol aah— gimió cuando el alfa nuevamente se introdujo en su ano, sintiendo lo exquisito del gran pene caliente y duro.

Nuevamente comenzó a embestir el alfa con fuerza, sacando los mejores gemidos de los labios de Jihoon, enloqueciéndolo y haciéndolo llegar a las estrellas por lo delicioso que estaba siendo todo. Un nuevo orgasmo golpeó el cuerpo del omega, haciéndolo sentirse tan bien, como en cada una de las rondas que tuvieron.

El nombre de Seungcheol fue pronunciado una vez más al tiempo que el semen de Jihoon salía disparado y su ano se contraía en una exquisita sensación de placer; su espalda se arqueó y sus manos se aferraron a las sábanas, tensando todo su cuerpo hasta que la sensación se esfumó de su cuerpo en algunos segundos.

Seungcheol amaba ver cómo Jihoon se retorcía del placer, sabiendo que él era quien lo provocaba, eso lo llevó a embestir con más fuerza, y en poco tiempo sintió su orgasmo acumularse en la base de su pene. Sus testículos golpeaban con fuerza el trasero del omega, hasta que el movimiento se detuvo, sacó su miembro y se masturbó con rapidez algunas veces antes de correrse sobre el cuerpo del bajito.

—Aagh Hoonie~— gimió con una voz ronca y profunda.

El semen salió disparado, mojando el pene del menor, su vientre y llegando hasta su pecho; lentamente el alfa fue restregando el glande en todo el camino ya hecho, dejando que algunas gotas más se derramaran en la piel del omega, reclamándolo como suyo como algunas pocas veces lograba hacer, pues a Jihoon le disgustaba un poco la sensación de sentirse sucio, aunque ahora que estaba en celo, no negaba que era de lo más excitante que podía sentir.

Seungcheol se tomó muy enserio lo de reclamar a su novio y hacerle saber a cualquier alfa que Jihoon era suyo, pues no le bastó con una ronda para dejar impregnado su aroma en su omega, ya que en las siguientes tres rondas terminó eyaculando sobre el bajito, sin llegar a anudarlo, lo que comenzó a ser un problema para el omega, quien necesitaba sentirse lleno del semen de su alfa y sobre todo, sentirse preñado.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora