11; Drunk

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No había manera de que Seungcheol supiera cuánto bebía normalmente Jihoon en una fiesta y hasta cuándo ya era suficiente, pero cuando el omega comenzó a desabrochar su camisa diciendo que había mucho calor en el lugar, con sus mejillas demasiado enrojecidas y la mirada casi perdida, el mayor supo que era momento de retirarse de la fiesta. Otro alfa pensaba lo mismo que él: llevarlo a casa, y tal como él pensaba, quería tomarlo y hacerlo suyo; pero la diferencia entre ese alfa y Seungcheol, era que él jamás se aprovecharía en el momento más vulnerable del omega como el otro alfa quería hacerlo.

Así que en cuanto notó que ese alfa se acercaba a Jihoon con obvias intenciones, tomó al bajito de la cintura, lo cargó y lo puso sobre su hombro como un saco de papas llevándolo al estacionamiento, donde pediría el auto para que ambos pudiesen irse a casa. Mientras esperaban a que el valet parking llegara con la limosina, bajó a Jihoon, quien apenas se podía sostener en pie.

—Gracias por pedir el auto, me encargaré de Jihoon desde este momento— dijo el alfa con voz de superioridad y mando, pero no con el tono suficiente para que se tratara de la voz de un alfa imponiéndose ante su enemigo. Jaló al omega de la cintura, quien trastabilló, y entre el mareo y el alcohol, terminó vomitando encima del alfa.

Seungcheol alzó las cejas en sorpresa, si el alfa no hubiese hecho aquello, todo lo habría recibido él. El alfa se asqueó y empujó a Jihoon con brusquedad, haciendo que cayera de espaldas hacia el pecho del pelinegro, quien lo sostuvo para que no terminara en el suelo.

—Maldito omega alcohólico, mídete más la próxima vez— se quejó en un gruñido y se alejó al momento que el auto llegaba por ellos.

—Gracias por hacerte cargo de él— dijo Seungcheol con sarcasmo en voz baja.

Sujetó a Jihoon con fuerza y lo ayudó a subir al auto; el camino no fue mucho mejor para el omega, aún sentía náuseas y su cuerpo se agitaba con cada paso peatonal, freno inesperado, vuelta o bache que pasaban, haciendo que las náuseas se intensificaran. Afortunadamente para el mayor, Jihoon no volvió a vomitar y llegaron a casa sin mayor problemas, pero ahora Seungcheol debía enfrentarse a lo que los demás iba a pensar cuando vieran el estado de Jihoon, así que para tarar de disimularlo un poco, lo cargó cual princesa e hizo que apoyara la cabeza en su hombro. Caminó tratando de pretender que todo estaba en orden, y aunque las miradas estuvieron en ellos, nadie sospechó lo muy ebrio que estaba el omega, y dado a que Seungcheol era su mascota (como ya todos sabían), no sería extraño que aquella forma de andar en el lobby del edificio, fuese un pedido de Jihoon.

Fue difícil abrir la puerta del departamento y entrar en ella con Jihoon cayéndose en medio del pasillo, pero finalmente entraron y logró recostarlo sobre la cama, aprovechando a quitarse la máscara del rostro. El menor se quejaba por su malestar de estómago y de cabeza, había excedido su límite y ahora está sufriendo el comienzo de las consecuencias; las náuseas habían disminuido cuando su cuerpo tocó la cama y todo se estableció como debía ser; sin embargo, comenzó a reír con travesura y poco control por el alcohol en su sistema cuando sintió las manos de Seungcheol desanudándolo.

El alfa no haría nada con él, sólo quería quitarle la ropa que se había ensuciado un poco cuando vomitó, así que inició abriendo su camisa (la cual más de la mitad de los botones ya estaban desabrochados) y luego abrió los pantalones, deslizándolos por sus blanquecinas piernas hasta deshacerse de ellos. Dio la vuelta para ir al armario por una camisa, tal vez sería más cómodo para el omega si dormía en ropa interior, así que cuando regresó con la camisa en manos, notó la mirada que Jihoon tenía sobre de él.

—¿Vas a follarme~?— dijo con un tono torpe y balbuceante.

—No, sólo le cambiaré la camisa— le respondió terminando de llegar hasta él.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora