37; The Broken Heart

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El corazón de Jihoon estaba completamente destrozado, se había enamorado de la persona incorrecta, no sólo porque no correspondía sus sentimientos y porque amaba a alguien más, sino porque a demás, el alfa pertenecía a un estatus que la sociedad no aprobaría para él. Lloró durante toda la tarde, sus amigos ni siquiera pudieron consolarlo, pero pasaron la noche con él esperando que al día siguiente fuese mejor para el pequeño omega.

A la mañana siguiente se había arrepentido mucho de haber llorado, sus ojos estaban muy hinchados y rojos y todo su rostro estaba hecho un desastre, así que usó una mascarilla durante todo el día y evitó el contacto social lo más que pudo. Sin embargo, lo peor había sido al llegar a casa, Seungcheol estaba en su lugar como cada día, con una mirada neutra sobre de él; su corazón se agitó con dolor y se fue a la habitación a seguir llorando.

Seungcheol notó lo muy mal que lucía el omega, se sentía mal por él, pero no quería preocuparse demasiado, pues era sólo un juguete para su amo, así que no le importaba si se ponía triste o mal, aún así su corazón no lo dejó tranquilo, y en más de una ocasión dio un paso para ir a la habitación y preguntarle qué tenía, pero con la misma, se arrepentía y regresaba a su lugar.

Para la tarde Jihoon salió finalmente de su habitación solo para decirle al alfa que debían arreglarse para la cena en casa de su padre, nuevamente sería con esas personas que menospreciaba a los omegas, pero al menos no asistirían sus amigos, simplemente irían los más importantes para el señor Lee.

—Mi padre quiere que vayas como mi guardaespaldas— le dijo Jihoon mientras se colocaba un brazalete en la muñeca, ya casi estaba listo, y había logrado ocultar sus ojeras y ojos hinchados con algo de maquillaje —pero yo te quiero como mi mascota, así que debes obedecer únicamente mis órdenes.

Al notar que Jihoon estaba batallando en abrocharlo, se acercó a ayudarlo —sí amo— respondió y se miraron por escasos segundos cuando el brazalete estuvo cerrado; sus corazones dolían, ambos tenían una errónea idea sobre los sentimientos del contrario, y eso los hacía cegarse y no ver el amor que realmente se tenían el uno al otro.

Seungcheol volvió al espejo del pasillo para terminar de peinarse; Jihoon lo siguió poco después y lo vio a través del reflejo antes de acercarse a darle su collar de encaje y cuando el alfa lo tomó para cambiarse los collares, Jihoon desabrochó un par de botones de la camisa negra del alfa —no quiero que ocultes tu collar— miró la piel de sus clavículas y el deseo de pasar su lengua en ellas se presentó.

Sin embargo, rechazó la idea de hacerlo, pues él no iba a ser de esas personas que rompen bonitas relaciones; y ya que su celo había pasado, no había más necesidad de coger con Seungcheol, aunque la tuviera.

Fueron los primeros en llegar a la cena y en cuanto el señor Lee vio que S.Coups llevaba su máscara, su collar y una cadena que lo ataba a la muñeca de Jihoon, se cruzó de brazos y refunfuñó.

—Te dije que lo trajeras como guardaespaldas.

—Y te dije que es mi mascota, no un guardaespaldas; así que así se va a quedar— se cruzó se brazos con la misma expresión de terquedad que su padre tenía.

El señor Lee refunfuñó nuevamente, pero antes de poder regañar a su hijo, vio a los primeros invitados llegar, así que se limitó a decir —al menos sácale la máscara, llamará menos la atención así— dijo y se fue.

Jihoon sonrió por el éxito de su cometido y le dijo a Seungcheol —puedes quitártela.

Durante la velada, Jihoon estuvo un poco inquieto entre tantos alfas, algunos eran señores mayores que no le prestaron ni la más mínima atención, pero otros eran jóvenes y claro que lo habían notado. Su padre no hacía más que ofrecerlo para que su hijo tuviese una buena relación antes de decidir casarse (pues seguía sin estar convencido de que Jihoon se quedara con su mascota; iba a respetar su decisión, eso sí, pero primero quería hacer el intento de que se relacionara con otro alfa antes de una decisión definitiva).

Por un lado, a Jihoon le pareció bueno que su padre lo presentara con esos alfas y que pasara la mayor parte de la velada hablando con ellos, así podría olvidarse de Seungcheol y reparar su corazón roto, pero sentía que era demasiado pronto, apenas un día había pasado desde lo ocurrido, así que era demasiado rápido pensar en relacionarse con algún alfa.

Cuando todos se levantaron del comedor, después de la deliciosa cena, Jihoon decidió salir al jardín, se sentía tan abrumado por la pesada mirada de dos alfas en particular, que sólo quería alejarse de ellos; le reconfortaba saber que Seungcheol seguía pegado a él (pues no se había quitado la correa de su muñeca en ni un sólo momento) y que cualquier cosa que pasara, estaría ahí para protegerlo, o eso esperaba. De pronto, la idea de que Seungcheol se volvería como la otras mascotas que sólo se quedan parados observando en lugar de ayudar a sus amos, lo invadió y provocó que sus feromonas se amargaran un poco.

Seungcheol notó de inmediato que algo le ocurría a su amo, y ya que había pasado toda la tarde llorando (o al menos eso había escuchado), le preocupó que realmente algo malo le estuviese pasando a Jihoon.

—Amo... ¿le ocurre algo?

Jihoon contuvo las lágrimas que querían escapar por el dolor que su corazón sentía, respiró profundo antes de contestar, pero cuando se giró para mirar al alfa, la voz de otro lo desconcertó.

—Aquí estás— habló el alfa al encontrarlo —eres un poco escurridizo, eh.

Jihoon se limitó a sonreír incómodo —sí.

El alfa miró a Seungcheol con su semblante serio y luego miró a Jihoon —¿por qué no envías a tu perro a pasear? Me gustaría que estuviéramos solos un rato— dijo con un toque coqueto y tomó la mano de Jihoon para besar el dorso.

Por un segundo Jihoon pensó en hacerlo, en dejar que Seungcheol se marchara y él se quedara solo con el alfa, después de todo, se había cuestionado durante toda la cena si debía tener una relación para reparar su corazón roto, pero ese hombre en particular no le daba confianza, lo hacía sentir pequeño y aplastado y era una sensación que no le gustaba.

—Me temo que es muy tonto y podría perderse— comentó haciendo que Seungcheol contuviera su expresión de molestia.

—Que se pierda, luego lo encontrarás— dijo comenzando a deslizar la correa por la muñeca de Jihoon para deshacerse de su mascota.

Al darse cuenta, Jihoon se arrebató con sutileza y suavidad —yo creo que no.

—¿Seguro? Podríamos besarnos un poco y algo más— dijo sin ocultar sus insinuaciones.

Jihoon sonrió incómodo y negó con la cabeza —no, él se queda.

El alfa frunció su ceño, pero no le importó —de acuerdo, entonces sólo dile que no se excite— le dijo y tomó a Jihoon de las mejillas con una clara intención de besarlo por la fuerza.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora