66; The Routine

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Seungcheol era consciente de que las miradas que tenía encima se debían al aroma que ahora desprendía, y es que su omega en celo se había encargado de marcarlo con sus feromonas durante toda la tarde y noche, así que eso estaba haciendo que fuese el foco de atención. Le había prometido a Jihoon que llegaría temprano a casa, pues la ronda que tuvieron en la mañana no sería suficiente para que soportara todo el día sin una siguiente ola de calor.

Mientras trabajaba tranquilamente en registrar unos documentos en el sistema, comenzó a sentirse ansioso y acalorado; suponía que se debía a lo mucho que estaba pensando en su novio y en las muchas ganas que tenía de follarlo en ese instante. Estaba sintiéndose algo raro, pues las ganas que tenía de coger en ese preciso momento eran bastante intensas; descartó la idea de iniciar su rutina, pues aún faltaban unas cuantas semanas para ello, así que no tenía sentido.

De pronto su jefe lo llamó a la oficina y se dio cuenta de lo endurecido que estaba su pene y de las feromonas que había comenzado a emitir. Tragó en seco con preocupación y trató de controlarse, logrando llegar a la oficina del jefe sin llamar demasiado la atención.

—Choi necesito que... ¡ugh! ¿Qué es se aroma? ¿Eres tú?— miró con desagrado a su empleado.

Seungcheol olfateó, pero no encontró nada mal con el olor del ambiente —uhm... no.

El señor Soo cerró los ojos y comenzó a olfatear —sí, sí, eres tú, parece que entraste en rutina. Lo hubieras reportado y faltado hoy... agh que desagradable— dijo asqueado.

—No puede ser, aún falta— se quejó consigo mismo.

—No importa, ¡anda lárgate de aquí! No quiero verte hasta que dejes de emitir ese asqueroso aroma— tomo unos cuantos papales de su escritorio y comenzó a ventilar.

Seungcheol lo miró con incomodidad y disgusto, sintiéndose más enfadado de lo que en otra ocasión se hubiese sentido. No le dio importancia, ya que ahora tendría los días libres para encargarse de su omega como debía ser.

Uno de sus compañeros alfa también notó que el pelinegro había entrado en rutina en ese momento, ya que en la mañana que se habían saludado, el aroma de Seungcheol era de un agradable olor a omega en celo. Sabía lo complicado que era tramitar por primera vez el permiso para faltar por su rutina, así que lo ayudó en ese proceso y Seungcheol estuvo libre para el medio día.

Decidió no avisarle a su omega que iba de regreso a casa, y que la pasaría con él al menos los siguientes dos días, pues su rutina usualmente duraba unas 48 horas. Al entrar al departamento, Jihoon estaba en la cocina, tratando de prepararse algo para merendar, sin embargo el ruido de la puerta abriéndose lo hizo salir al pasillo.

—¡Cheolie! ¿Por qué tan tempra...no?— se detuvo al sentir el aroma de su alfa en rutina —oh— expresó con interés.

Seungcheol no dijo nada, se acercó al omega y lo cargó rápidamente colocándolo contra la pared —te haré mío sin parar— no dejó que Jihoon comentara algo, pues de inmediato unió sus labios y comenzó a besarlo con intensidad.

Jihoon recibió muy bien su lengua en su boca, disfrutando del húmedo beso y comenzando a entrar en una nueva ola de calor.

—Desabróchame los pantalones— pidió el alfa con voz profunda y grave.

Aquella voz ponía al omega completamente sumiso ante su alfa, y haría cualquier cosa que le pidiera, pero cuando liberó el gran y endurecido pene, comenzado a acariciarlo, dijo: —hay que ir por los condones, n-no podemos hacerlo solo así.

El alfa gruñó contra sus labios, sabiendo que tenía razón. Jihoon río por el disgusto del alfa y Seungcheol bajó al menor para ir por los condones —quédate ahí.

The Omega's Pet [JiCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora