The Omega's Pet [JiCheol]

35; Sighs

Al día siguiente Seungcheol seguía molesto y se cuestionó demasiado si debía ir a perder su tiempo en casa de Jihoon, pues ya no lo podía llamar trabajo con lo molesto que estaba. Cada día era más claro para el alfa que significaba nada para Jihoon, que era su simple mascota y que jamás habría una relación entre ellos, pero aunque su mente le dijera eso, su corazón lo contradecía y le hacía tener la mínima esperanza de que las cosas mejorarían y que sí habría un futuro para ellos si lograba enamorar al omega; pero la cuestión ahora era: ¿cómo enamorar a un niño caprichoso y mimado que lo tenía todo y que él no tenía nada para darle?

Cuando Jihoon llegó de la escuela, tenía un buen humor, estaba hablando con alguien por teléfono y riendo hasta que vio a Seungcheol en el rincón, estaba serio, mirando hacia el frente y bien parado, no como en otras ocasiones, en que solía mirarlo con atención y a veces con dulzura. Se sentó en el sofá y continuó su conversación hasta que fue suficiente y colgó, suspiró y miró a Seungcheol.

—El viernes iremos a una cena con mi padre, ¿podrás comportarte?

Seungcheol movió los ojos para mirarlo, sin cambiar ese semblante serio y malhumorado —¿me puede explicar cuál fue mi mal comportamiento?

Jihoon bufó —te dije que te quedaras en tu sitio...

—Su padre me ordenó que me moviera para cuidarlo— interrumpió.

—¡No necesito que me cuides! Eres mi mascota, no mi guardaespaldas; son mis órdenes las que debes seguir, eres mío, no de mi padre, ni de nadie más— dijo con un tono molesto —ademas, desobedeciste las reglas, claramente tienes prohibido hablar con alguien más y te pusiste a coquetear con un omega.

Ni con mirada furiosa que le dio Jihoon, Seungcheol comprendió el enojo del omega, o por qué la noche anterior lo había reclamado con sus feromonas, ni los celos que claramente estaba sintiendo —yo no coqueteé con nadie, él fue quien se me acercó.

—Y no lo hubiera hecho, si me hubieras obedecido— volvía a recriminar.

—No tiene nada que ver, de cualquier manera Minki me habría hablado...

—Oh y sabes su nombre— se cruzó de brazos y frunció más su ceño.

—Pues sí, es mi ex novio— respondió con mala gana. Jihoon abrió los ojos perplejo, sin ser capaz de decir palabra alguna —así que no tiene derecho a recriminarme, es mi vida personal.

El omega estuvo apunto de quedarse callado sin saber qué decir al respecto, pero rápidamente pudo decir —sí la tengo, estabas en tu horario laboral y no debiste desobedecerme— reclamó.

Seungcheol rodó los ojos —ya le dije que su padre me ordenó...

—Y yo te dije que no obedeces las órdenes de los demás, sólo mías— interrumpió —no voy a decirlo nuevamente, así que espero tu comportamiento mejore— dijo y se puso de pie para encerrarse en su habitación.

[...]

Los días estaban pasando como una tortura para ambos, quienes se había acostumbrado a pasarla bien por el celo del omega, hablando de lo que fuese, mirándose con una coquetería que no notaban, oliendo el aroma del otro y Jihoon llenando de feromonas a Seungcheol, enrollándose entre las sábanas y probando el dulce sabor de los labios contrarios.

—Es la tercera vez que suspiras, ¿qué pasó?— preguntó Seungkwan dejando su lápiz en el escritorio. Se encontraban en casa del menor de los omegas, realizando un proyecto en equipo.

Joshua sólo miró al bajito, esperando por una respuesta y Jihoon volvió a suspirar. Luego de unos largos segundos de silencio en el que ni miró a sus amigos, dijo —me enamoré de S.Coups— confesó, aunque no fue fácil hacerlo.