A la deriva

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Han estado a la deriva por un largo, largo tiempo.

No sabes exactamente cuánto tiempo llevas inconsciente, o qué estabas soñando mientras dormías, pero cuando volviste en sí, te diste cuenta de que estabas en una balsa... flotando completamente sola en medio de un mar azul oscuro.

Bueno, completamente sola a excepción de tu capitán acostado a tu lado, al menos.

No recuerdas haberte quedado dormida, y mucho menos lo habías hecho en los brazos de tu capitán envolviéndote protectoramente, con la cabeza escondida en su hombro. Cuando despertaste, el olor a sal de mar y la calidez del sol golpean insistentemente tus sentidos, te sobresaltas y casi volteas por completo la balsa de la que dependen sus vidas.

Ahora, sin embargo, te alegras al contemplar la suave luz del sol que se filtra entre las nubes reflejadas en las olas. Cuidadosamente te sientas al borde de la balsa, resistiendo la tentación de sumergir los pies en el océano sin fondo, bancos de peces arcoíris inspeccionan la balsa con curiosidad y sus escamas iridiscentes brillan como diamantes líquidos mientras esperas que tu capitán despierte.

El mar es tranquilo, el cielo es de un suave azul no-me-olvides, y si no estuvieras al tanto de la situación, casi creerías que estás de vuelta en la cubierta del Treasure.

¿Cómo estará Wooyoung? ¿Sabrá que tu capitán y tú están desaparecidos? ¿Está tu maestro con él, consolándolo ahora mismo mientras Mingi y Yeosang están perdiendo la cabeza intentando descubrir a dónde podrían haber ido ustedes dos?

Aun así, por alguna razón, no estás preocupada en lo más mínimo. El mar está tranquilo, y tú también.

De repente, se escucha un gemido detrás de ti, y te das la vuelta para ver a tu capitán intentando sentarse, con una mano en la cabeza -donde ha surgido un doloroso bulto debido al golpe que recibió antes-, y sin el parche de su ojo que perdió en algún momento durante la enorme tormenta. Ahora su ojo verde parpadea adormilado, nublado por el sueño, mirándote fijamente. Hay una pizca de confusión, antes de aclararse y sus labios se abren formando una palabra.

—¿Chin Hae?

—Por fin despiertas. —Dices alegremente, dándote la vuelta para mirarlo de frente. Te sonríe y se sienta completamente, los últimos jirones de su chaqueta roja que pusiste sobre sus hombros caen en su regazo.

Hongjoong los recoge, inspeccionándolos brevemente, se ríe y los deja caer en la balsa —Eso fue todo para ti, vieja amiga.

Sonríes tímidamente, acercándote más a él. Ahora queda vestido sólo con una sencilla camisa blanca y pantalones de retazos, su ojo verde brilla como un mar de esmeraldas. —Puede que haya terminado de arruinarla... ya estaba bastante desgastada, así que rompí algunas partes y las usé para limpiar la sangre de tu cara.

Tu capitán deja salir una pequeña risa y niega con la cabeza. —Bueno, estamos con vida, así que no tengo ninguna queja. Aunque es una lástima que haya perdido esa cuerda. —Su sonrisa se desvanece ligeramente, con una expresión de nostalgia pintada en su rostro—. Es el último recuerdo que tenía de ella.

Lo miras fijamente. —¿Tu benefactora? Ese fue el único regalo que te dio cuando fuiste abandonado en esa isla, ¿Cierto?

Él asiente en silencio, observando con cariño el océano. —Tal vez regresó al mar, justo de donde ella vino. Pero, —un brillo juguetón aparece en sus ojos—, ese no fue el único regalo que me dio. Mira esto.

Con curiosidad te inclinas cuando tu capitán se arrodilla en la orilla del agua, sumergiendo los dedos en el mar. Los peces cerca de la balsa se dispersan por un momento, asustados por la repentina intrusión, pero luego se atreven a acercarse a él, sin miedo, al parecer explorando su mano.

Pirate King (pirate!au) ➵ ATEEZ (Traducción al Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora