Arela, Rose, Ghysa, Arianne y Nysa avanzaban por las bulliciosas calles de Volantis, cada una inmersa en sus propios pensamientos sobre la misión que estaban por cumplir. La carta de Daenerys había llegado con instrucciones claras, y ahora dependía de ellas asegurar los barcos necesarios para cruzar el mar Angosto hacia Poniente. A medida que se acercaban a la Casa del Mercader, Arianne, curiosa e intrigada por la mujer que iban a visitar, no pudo evitar preguntar:
"No me has dicho a quién vamos a ver. ¿Quién es esta Viuda del Puerto?"
Ghysa, siempre dispuesta a compartir su conocimiento, respondió con calma:
"Es una mujer muy anciana que tiene varios negocios, muelles y naves. Una vez fue una esclava de Yunkai, entrenada en los siete suspiros. Fue comprada por un Triarca de Volantis llamado Vogarro, quien se enamoró de ella y la liberó, escandalizando a la sociedad al casarse con ella. Cuando él murió, ella heredó sus negocios y se convirtió en una figura poderosa en Volantis. Se la conoce como la Viuda del Puerto porque controla una gran parte del comercio marítimo de la ciudad."
Arianne asintió, impresionada por la historia."Interesante... ¿Y esta señora va a conseguirnos los barcos?"
Arela respondió con seguridad:"Si alguien tiene barcos, es ella. Pero, como siempre, habrá un precio."
Cuando llegaron a la Casa del Mercader, entraron en un patio amplio y lleno de vegetación, donde la Viuda del Puerto solía recibir a sus invitados. La anciana mujer estaba sentada en su mesa habitual en la esquina del patio, con su delgado cabello blanco cayendo sobre su rostro. Tenía una mirada penetrante, sus ojos negros y brillantes observaban cada movimiento de las recién llegadas.
La Viuda del Puerto, con su figura jorobada, no tardó en notar la llegada del grupo y, con un gesto, las invitó a sentarse. Arela tomó la iniciativa, inclinándose ligeramente hacia adelante y diciendo:"Hemos venido por barcos. Necesitamos suficientes naves para transportar un gran ejército a Poniente."
La Viuda del Puerto levantó una ceja, su voz rasposa pero firme."¿Para quién son estos barcos?"
Arianne, tomando la palabra, respondió con confianza:"Para Daenerys Targaryen."
Al escuchar el nombre, la Viuda del Puerto mostró un destello de reconocimiento en sus ojos. Se recostó en su asiento, evaluando a las mujeres frente a ella."Daenerys Targaryen... He oído que tiene un gran ejército. Esto os costará caro."
Rose, impaciente por naturaleza, se adelantó, cruzando los brazos."Venga, suelta el precio. No tenemos todo el día."
La Viuda del Puerto sonrió, pero no era una sonrisa cálida; más bien, tenía un toque enigmático."El precio es que le deis las gracias a Daenerys de parte de todos los esclavos de Volantis. Ese es el precio."
El grupo intercambió miradas confusas. Ninguna de ellas entendía a qué se refería la Viuda. Finalmente, Ghysa rompió el silencio."¿Qué quiere decir con eso?"
La anciana mujer señaló hacia la dirección de las Murallas Negras, el límite de la ciudad donde vivían los libertos y los esclavos liberados. Su voz, aunque suave, cargaba una profunda emoción."La Muralla Negra... Es un símbolo de lo que significa ser un esclavo en Volantis. La mayoría de los libertos viven allí, nunca igualados, siempre marcados por su pasado. Pero Daenerys... ella es un símbolo de esperanza para todos ellos. Ha liberado a miles, y su nombre es una luz para aquellos que todavía están encadenados. El precio de los barcos es simple: cuando lleguéis a Poniente, quiero que le transmitáis a Daenerys el agradecimiento de todos los esclavos y libertos de Volantis. Que sepa que su causa no ha sido en vano, y que su nombre resuena con esperanza en lugares donde el dolor y la opresión aún reinan. Eso es todo lo que pido."
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THE FIRST OF HIS NAME
FanfictionEn las profundidades de los misteriosos confines de Volantis, donde la magia y el misterio se funden en un torbellino de poderes antiguos, un sacerdotisa roja en trance vislumbra una visión: una figura envuelta en llamas, con cabellos de plata ondea...